Estimado Sebastián,Hace unos días dijiste que “nada es gratis en la vida”, lo dijiste seguro, golpeando la mesa y hablando desde tus afectos.
Existen otros que piensan que todo es gratis en la vida. Si observas estas dos frases contrapuestas, son también un ejemplo de dos formas de mirar la vida, la propia vida y la que nos rodea: como una adquisición, una compra, un premio al esfuerzo o como un regalo, un bien gratuito, algo inmerecido.
Nada es gratis en la vida.
Quien se planta frente a la vida como un comprador de ella, lo hace desde su propia soberbia, desde aquella actitud del que dice “a mi nadie me ha dado nada”, “Yo me he hecho solo”, “no le debo nada a nadie”.
No deja de ser penoso que la frase brutal “Nada es gratis en la vida” haya calado tan a fondo en tu afecto y en tus opciones de vida.
El “nada es gratis”, significa que tuviste que hacer un enorme esfuerzo por “comprar” la vida, y la sientes como un mérito bien ganado y pagado. Sientes que has cumplido con conquistar y ganarte la vida. Pero esto ¿no nos convierte en Clientes de la vida? ¿En personas que hacen de su vida una transacción en que algunos nos pagan y a otros les cobramos?
El pensar que lo puedes comprar todo, ¿no te vuelve un latifundista de la vida, un empresario de la vida? ¿No sientes que no debes nada a nadie, ya que todo te lo han cobrado, pero que muchos te deben algo?
No es bueno pensar Sebastián, que estás pagando facturas a la vida. Es una actitud soberbia que esclaviza y te coloca siempre en el mostrador de la vida: cada cosa vale, cada cosa se compra, cada persona tiene un precio, cada acto tiene que tener un retorno o una ganancia… ¿No nos convierte esto en reptiles, en mercantiles y usureros de la vida?
Todo es gratis en la vida.
Tu tío Bernardino cree que “todo es DON”, que todo es gratis y regalo en la vida y que esa gratuidad de la vida nos vuelve sencillos, con sentimiento y razón para abrir nuestras pobres manos y dar gracias a la vida, porque nos da mucho más de lo que merecemos.
Si observas a tu alrededor, todo es regalo, toda la naturaleza, tus ojos, el aire, el sol, la vitalidad … nada se vende, sólo se vende lo que nosotros hemos prostituido: las relaciones, el poder, los intereses, las influencias, las utilidades, la dominación, el mercado, el tener y retener.
Pero la vida nos sigue empujando a creer que todo es gracia, don, regalo o si lo quieres un eterno préstamo sin intereses ni embargos. Si, somos deudores (y no compradores) de la vida , siempre nos da más de lo que recibe de nosotros.
Es bueno dar sin esperar, es bueno entender la vida como una enorme gratuidad que debemos dar a los demás, todo es regalo, tú mismo eres regalo para otros, no cobras por compartir. Malo sería que el rol político te exija hacerlo para mejorar las encuestas… quien se regala fuera de cámara, siempre recibirá a manos llenas el amor de los que libre y desinteresadamente ama.
Con afecto y preocupación, te saluda el ciudadano Elphick
