El COVID y su brutal pandemia, alteró de tal forma nuestra vida y convivencia familiar y social, que hoy tenemos nuevas formas de ver la vida y su precariedad, el bienestar y el sano ocio, el valor de la educación, el tiempo necesario para mirarnos y convivir, el rol del trabajo y lo que realmente importa en la vida.
La nostalgia es una reacción y un medio de enfrentar las soledades que
vivimos, los tiempos perdidos, los cambios no queridos, esta sensación de vacío
y soledad que se ha transfundido en nosotros y entre nosotros.
¿Podríamos traer una palabra o un neologismo que represente lo que
hemos vivido en pandemia? ¿Podríamos integrar en una palabra, el encierro, el
dolor, la separación, el extrañamiento, la tristeza, la indigencia, lo transitorio, la desconfianza, la
inestabilidad, la compasión o el quebranto?
Se me ocurre una, se las presento: COVIDALGIA, que es una suma de COVID
más ALGIA, que hace referencia al dolor, la pena de lo perdido, la nostalgia, la
saudade vivido en pandemia.
La covidalgia puede ser una mezcla entre nostalgia, que tiende a ser
pasajera; la tristeza que va y viene o la depresión que puede ser una
carcelera. No incursionaré en ámbitos que no manejo, lo hago desde lo
convivencial, lo educativo, desde este sentimiento de orfandad que ha provocado
esta pandemia a tanta gente, este sentir que estamos solos en medio de un caos
sobre el cual nadie tiene poder de ordenarlo. Por ello soñamos con esa “casa”,
que es más que un espacio habitable por una familia, esa “casa” anhelada es un
estado de ánimo, en una ciudad no amortajada, sino abierta que nos acoja a
todos en los espacios que antes nos reunían.