Mostrando las entradas con la etiqueta iglesia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta iglesia. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de septiembre de 2011

¿DÓNDE ENCONTRARTE?

Tan de pronto saliste
que ya no pude encontrarte.

Me dijeron que saliste corriendo
con ganas de ocultarte.
Yo solamente me quedé
con una hebrita de tu manto.

La cogí en medio de la gente al querer tocarte.
Aquí la tengo
es simple, natural, pequeñita.

Con ella en la mano
recorreré pueblito tras pueblito
para vengar las risas de los fantasmas
que me juraban que no te encontraría.

Tengo una hebrita,
la deshilvanaré, la alargaré,
llamaré a su memoria de tejido vivo
para despertar su sangre de lino,
y poder seguir hasta encontrarte.

¿Dónde encontrarte Señor?
¿A dónde iremos en este cruce
incansable de caminos?

Con esta simple hebrita
como pista es complejo…

Pero seguiré tu ruta,
despegaré los párpados,
activaré mi poca fe vigilante pero aún viva,
olfatearé tus cansancios,
escucharé tus nocturnos ruegos,
hasta hacerme uno contigo
en el grito adolorido
de aquella cruz injusta.

Seguiré tu ruta con esta simple hebrita
hasta que los pulmones
llamen a todas las hebritas
para rehacer tu manto entero,
con todas ellas, ya hermanadas.


Seguiremos muchos buscando tus pisadas
hasta no descansar y poner este, tu manto
que han rearmado nuestras manos heridas,
a tanto Jesús despreciado en medio nuestro...

A ese que no vemos,
por estar embelesados observando
esas caritas rosaditas de tanto Jesús falso
que hemos levantado y que nos impide
distinguir la fuerza de una simple hebrita,
que guarda el secreto para armar tu tejido vivo.

domingo, 12 de junio de 2011

¿Quién es un cristiano-neumático?

Hemos comentado lo que es una persona-neumático

y lo que puede significar para un cristiano ser un neumático...

¿Qué define a una mujer o un hombre

que son cristianos-neumáticos?


Un cristiano neumático NO ES:

- El que solamente piensa en la vida eterna,

descuidando la vida terrena.

- El que habla de lo metafísico sin preocuparse de la pobreza,

los problemas políticos y sociales que le rodean.


Un cristiano neumático ES:

- El que vive una experiencia como amigo de Jesús: le escucha,

conversa, interactúa… no es un “amigo imaginario”.

- Un profundizador de esa experiencia de amarlo, de dialogar con EL.

- Un insatisfecho que no queda contento con su vida de fe,

que se exige un poco más.

- Un co-responsable de la Iglesia,

que no espera todo de las “autoridades” de la Iglesia,

logrando encontrar a Cristo en el amor a la Iglesia.

- Un comprometidos con la realidad de su país,

con la verdad y fidelidad de las instituciones.

- Quien busca unir razón y fe, afecto y lógica en su vida de fe,

evitando dejarse confundir con personas,

que como nosotros, pueden ser ídolos de barro.

- El que no “sube al altar al sacerdote”,

evita idealizarlo al punto que le exige lo que no siempre uno da:

santidad las 24 horas, los siete días a la semana.

¿Por qué exigir a otros lo que YO no alcanzo a dar?

- El que trata de superar su propia pobreza reflexiva en su vida espiritual,

que no logra hacer dialogar su pensamiento con su actuar,

con la vida política, económica, con lo cotidiano.


Jesús es profundamente neumático, espiritual, trascendente,

pero a la vez profundamente presente, terrenal y concreto,

denuncia al mal poder políticos,

a los errores de la teocracia judía,

al maltrato y discriminación de los pobres.

Es capaz de entregar su voz crítica a los sacerdotes judios

que traicionaron sus mayores preceptos.


Hoy, este mismo Jesús coloca en nuestros oídos

sus palabras para hacernos reaccionar

y ver por dónde están nuestras “fugas de aire”,

de ese aire que no es otro que la fuerza del Espíritu de Dios

que nos inyecta su fuerza, su amor, su pasión para dirigirnos

al proyecto que desde siempre nos ha invitado:

“Hemos salido de EL y nuestro corazón

estará inquieto hasta que no lleguemos a EL” -como dice Agustín-

Es ese el Espíritu que sopla y llena nuestra vida,

Que nos hace cristianos-neumáticos,

transitando por la vida comprometidos

con la construcción de rutas humanizadoras.

Dios sopla, infla los neumáticos, hincha las velas,

enciende hasta los fuegos más pequeños

para traer vida a este mundo con vientos siempre nuevos.


Nosotros somos el neumático, las velas, las fogata,

que han de colaborar con este Dios que no quiere títeres,

sino amigos cercanos, hijos que reconozcan su paternidad,

mujeres y hombres jugados por la vida humana

que Dios ha donado y cuidado en nosotros.


Nosotros somos el neumático vivo y las velas abiertas

para iniciar el viaje aún en medio de las críticas,

el temporal, la furia de los que nos denuncian

con justa razón por andar con nuestros neumáticos desinflados

y salirnos escandalosamente de la ruta original…


En fin ¿seguiremos llorando sobre lo malo que hemos hecho

o nos decidimos a seguir navegando,

rectificando el rumbo en esta hermosa y santa,

a la vez que pecadora, pobre y crujiente barca?

viernes, 10 de junio de 2011

¿Es usted un cristiano-neumático?


En la última reunión de comunidad algo pasó
que nos dejó a todos con un sabor a fracaso…
El tema pasó a segundo lugar y hablamos ¿sabe de qué?
De eso, el tema del año: la pedofilia en la Iglesia.

Se hizo agotador, discutimos, nos enojamos.
Carlos indicó que con esto el ya no creía en la Iglesia,
Marisol se lanzó en picada contra el párroco
diciendo que no era pedófilo, pero que era un autoritario atroz.
Ximena, por otra parte defendía la santidad de los sacerdotes
y su rol de pastores y nexos entre el cielo y la tierra.
Jano, que observaba pacientemente,
de pronto se convirtió en metralleta:
¡Tenemos que reclamar y exigir a los curas y obispos
que sus prédicas y sus actos sean fieles al Evangelio!
Yo –continuó- ya no confío, he perdido sentido, fe, pasión…

Uf … que reunión más triste aquella –fue mi pensamiento de salida-

Más tarde me puse a pensar en lo ocurrido
y poco a poco fui descubriendo otros elementos:
Fue bueno haber soltado el dolor y las rabias más intimas.
Fue bueno discutir y exponer todo lo que pensábamos…
pero faltó algo: separar la fe de las personas que comenten errores.
Yo no dejo de ver el fútbol por los futbolistas violentos,
no pongo en duda el maravilloso servicio de los bomberos
por dos o tres de ellos que robaron en una casa incendiada.

Mi fe no puede debilitarse por la debilidad de otros.
En la Iglesia siempre han habido hay y habrán malos testimonios
¿Acaso eso debilita la presencia de Jesucristo como Señor resucitado?
¿Acaso eso convierte a la Iglesia en un nido de ratas?
¿No ha sido ella quién nos ha fortalecido en la fe?

Creo que nos falta aire y culpamos a los curas de nuestras debilidades.
YO, USTED, señora, señor, los laicos, somos Iglesia viva
tan vital e importante como el párroco o el obispo.
Somos co-responsables de ella, si pese a que algunos no nos tomen en cuenta.

Pero no siempre nos damos cuenta de la falta de “aire”
en nuestros neumáticos, en nuestra vida de fe
y culpamos al empedrado y a la carretera de nuestra mala dirección.

“Pneumatiko” del griego, es todo aquello
que se relaciona con la vida del Espíritu.
Neuma, proviene de la etimología griega
que significa soplo, aire, respiración, vida.

San Pablo habla del hombre pneumático,
es decir de la persona espiritual,
capaz de abrirse a realidades trascendentes
y de vivir responsable y maduramente su fe.

Una mujer o un hombre que son cristianos-neumáticos
se hacen dueños de sus pasos,
no son guiados de la manos de otros
deciden seguir a Jesucristo por opción, nunca por presión.

sábado, 4 de junio de 2011

Fe y Razón: ¿un buen maridaje?


Juntar Fe y Razón en una misma proposición puede parecerle a algunos una contradictio in terminis. Y es cierto que estamos hablando de dos universos distintos. Como diría Wittgenstein, se trata de dos juegos de lenguaje distintos. Sin embargo si seguimos la lógica de Wittgenstein, al tratarse justamente de un juego en el que las piezas pueden ser colocadas en un lugar o en otro según el significado otorgado por el uso que se hace de ellas y el contexto en el que se insertan, podríamos llegar a la conclusión que puede existir algún “aire de familia” entre ambos términos y sus propios universos. Aunque Fe y Razón nos remiten a dos áreas distintas, el hecho que ambas formen parte del universo del ser humano hace que podamos establecer vínculos entre ellas. Más allá de la legitimidad de la Fe que pueda ser puesta en cuestión por un racionalismo a ultranza, al ubicarnos en el orden de la constatación, la Fe tiene su lugar bien ganado. Así ha sido reconocido a lo largo de la historia de la civilización occidental, sobre todo en la tradición cristiana.

Desde los inicios del cristianismo Fe y Razón han sido puestas la una al lado de la otra, tratando de establecer entre ellas un buen maridaje como nos lo muestra el inicio del Evangelio de Juan: “En el principio era la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. El autor del texto utiliza la palabra griega Logos, que significa Palabra o Discurso, y que también se refiere al ejercicio de la Razón que está ligado justamente al uso del lenguaje. Las dos tradiciones, la filosofía griega y la religión hebrea, unidas en el primer versículo del cuarto Evangelio. Este esfuerzo será una constante en la tradición cristiana. La Razón no tiene por qué estar peleada con la Fe. Al contrario, pueden ser entendidas en complementariedad.

Así lo entendió el autor de la primera carta de Pedro cuando señala lo siguiente: “Siempre ten tu respuesta lista para quienes te pregunten por las razones de tu esperanza, pero bríndala con cortesía y respeto y con una consciencia clara”. Este es el axioma que fundamenta lo que antes se conocía como Apologética, pero que en los tiempos modernos se denomina Teología Fundamental, aquella que busca justamente establecer el diálogo entre Fe y Razón como fundamentos de la Teología. Justamente hablar de teología es hablar de la conjunción de ambos términos, conjunción que no siempre es fácil de entender ni de llevar a cabo, conjunción que en muchas ocasiones es más bien un ejercicio dialéctico, sano ejercicio de cuestionamiento mutuo entre Fe y Razón.

Como dice Etienne Gilson, en la cultura occidental cada capítulo empieza con los griegos. Son ellos los primeros en establecer la diferencia entre mito y razón. Los denominados presocráticos buscaron entender el origen de la naturaleza sin recurrir a los mitos. Y aunque Tales de Mileto señalaba, según Aristóteles, que “todo estaba lleno de dioses”, su razonamiento no estaba guiado por la mitología que reinaba en la religión griega, sino guiado por la razón. El Bien de Platón no es un dios. Los dioses estaban presentes en el pensamiento de Platón, pero estaban por debajo de la Idea del Bien, que es la que gobierna el sistema filosófico platónico. Religión y Filosofía estaban separadas.

La Razón, el Logos, se convierte así en el centro del pensamiento griego. El principio de no contradicción enunciado por Aristóteles en su libro la Metafísica se convierte en el principio que domina la filosofía occidental. Los dioses que todavía pululan en los diálogos platónicos, serán erradicados por el Primer Motor de Aristóteles, el Pensamiento que se piensa a sí mismo, y que tiene rango de Dios. Sin embargo, todavía estamos lejos del Dios cristiano, el Dios al que se puede acceder por la Fe y por la Razón, como lo establecerá siglos más tarde Tomás de Aquino.

El Doctor Angélico es quien probablemente más se esforzó en establecer el vínculo entre Fe y Razón. Pero Tomás es heredero de una larga tradición. No solo los textos del Evangelio que hemos citado nos muestran este esfuerzo. Los Padres de la Iglesia, los primeros teólogos durante los primeros siglos del cristianismo, son los pioneros de esta tarea. En un mundo dominado por el pensamiento helénico, ellos se encargaron de traducir su fe en un lenguaje comprensible para sus contemporáneos. Fue así como se elaboraron los dogmas trinitario y cristológico, en un esfuerzo por expresar aquello en lo que se creía, la fe en Jesucristo y en un Dios uno y trino, en un lenguaje cargado de sentidos y significados de corte filosófico.

El Papa Benedicto XVI ha sido claro al respecto en las diversas intervenciones que ha tenido, incluido su famoso discurso en Ratisbona. El cristianismo es heredero de esta conjunción de fe bíblica y razón griega. Cómo no establecer una relación entre el nombre que Dios le da a conocer a Moisés: “Yo soy el que soy” con la reflexión filosófica elaborada por los griegos sobre el “Ser”. Cómo no entender entonces a Jesús como el Logos, por el que el mundo ha sido creado. Fe y Razón de la mano. Y como lo señala el magisterio en el Concilio Vaticano II, Dios nos es accesible también por la razón.

La historia es larga y hemos dado apenas un esbozo de este complejo tema. Cómo podemos entender hoy este diálogo entre Fe y Razón después del paso de la modernidad, una modernidad que establece claras diferencias, una modernidad heredera del giro copernicano de Kant, que deja a la Fe fuera del acceso de la Razón. Y que más allá de las propuestas de Hegel de tratar de tener una mirada más integrada de ambos espacios, no ha dejado de mirar con sospecha a la Fe. La Razón se erigió en divina por derecho propio, alejada de toda concepción religiosa. El Logos fue puesto en el centro del mundo, pero exento de connotaciones de fe.

Sin embargo, aunque somos herederos de esta modernidad, somos también conscientes de los límites de la Razón, no solo en términos kantianos, sino en términos más concretos como nos lo mostró la segunda guerra mundial, que esa misma Razón erigida en reina del pensamiento occidental, fue llevada a cometer excesos, abusos o incluso nos atreveríamos a decir con el riesgo de caer en la contradicción, irracionalidades tales como la Shoa, el exterminio de los judíos.

La Razón entonces puede ser comprendida hoy de una manera mucho más amplia, de una manera más integrada. La fenomenología ha aportado mucho en ese sentido, por ejemplo el trabajo elaborado por Merleau-Ponty sobre la percepción y el lugar del cuerpo. La Razón no puede ser comprendida solamente como un ejercicio del intelecto, sino como un ejercicio del intelecto comprendido en su integración con el cuerpo y la sensibilidad del ser humano. Hoy en día la razón se ve confrontada a las racionalidades distintas de las diversas culturas.

La Razón tiene un lugar importante en el acceso a Dios. Eso no lo podemos negar. Pero tampoco podemos negar que hay aspectos de la Fe, de la doctrina cristiana, de los misterios de la fe cristiana, que no son comprensibles por la Razón, sobre los que no hay una explicación lógica. Dios mismo, aunque los filósofos hayan tratado de entenderlo y de ubicarlo como el origen del mundo gobernado por las leyes de la ciencia, se escapa de toda comprensión. Dios siempre se mantiene como misterio. La Razón nos puede ayudar a entenderlo. Pero necesitamos de la Fe para creer en El. De la misma manera el ser humano necesita de algo más que la razón para dar cuenta del sentido de su existencia.

AUTOR: Víctor Hugo Miranda S.J.

sábado, 30 de abril de 2011

La ciencia lo dice: nuestra biología nos lleva a Dios...

Creados para buscarlo, sugiere la ciencia...


Algo interno nos abre los ojos, que muchos nos intentan cerrar...

Nuevos estudios de psicología encuentran «razones para creer» en el sistema neuronal del ser humano, que se manifiestan desde la más tierna edad.
Aunque en muchos medios se siga vendiendo el enfrentamiento entre religión y ciencia, resulta mucho más interesante atender a aquellos estudios científicos que se acercan al fenómeno religioso y gracias a ello van avanzando en el conocimiento del ser humano. 
Un resumen de algunos de los avances más interesantes han sido publicados en el último número de 2010 de la prestigiosa revista mensual Monitor on Psychology, editada por la Asociación Americana de Psicología.
En la revista se analiza el fenómeno religioso desde nuevas perspectivas que aportan investigaciones de la última década en neurociencia, psicología, sociología y antropología. La idea central que se extrae es que la espiritualidad surgiría de procesos cognitivos básicos del ser humano, que tiene una base neuronal y su causa podría ser evolutiva.


Buscamos un propósito


La búsqueda de trascendencia podría estar “escrita” en nuestro cerebro, afirman los expertos. Justin Barret, especialista en este tema de la Universidad de Oxford, explica que sus estudios recopilan datos de diversos procesos básicos que darían lugar a las creencias religiosas. Procesos que hacen que veamos el mundo como si tuviese un diseño intencionado “creado por algo o alguien”.


Una investigación de científicos de la Universidad de Boston mostró cómo aún en niños pequeños existe esta tendencia a pensar que el mundo ha sido creado con un propósito. Si se le pregunta a los niños “¿por qué existen los ríos?”, una respuesta corriente sería: “para que los peces puedan nadar”. 


Algo que también concuerda con la capacidad del ser humano de buscar coherencia y orden constantemente en todo tipo de patrones visuales.


El psicólogo afirma que lo que se está demostrando es que “nuestra estructura cognitiva básica nos predispone a cierto tipo de pensamientos, a pensar en la pre-vida, en la vida después de la muerte, en dioses, seres invisibles que hacen cosas, es decir, en los temas comunes de las religiones del mundo”.




©2011. AMÉRICA NUEVA, MÉXICO.

jueves, 28 de abril de 2011

NEURONAS RELIGIOSAS... ¿Cómo te lo digo?...

Si la ciencia lo dice... lo podríamos creer...


       ¿Qué me levanta?      
¿Qué me abre a este Dios de la Vida?

Son tantos los que nos dicen que lo religioso es parte de esas creencias esotéricas de la tribu ignorante... el opio del pueblo, como dijo un viejo político muerto... 
Ver para creer, dicen... entonces VEA: la  religión y la ciencia pueden llegar a conclusiones compartidas, así lo dice un estudio científico publicado en el último número de 2010 de la revista Monitor on Psychology, editada por la Asociación Americana de Psicología.
Una de sus conclusiones es que la espiritualidad surgiría de procesos cognitivos básicos del ser humano, que tiene una base neuronal y su causa podría ser evolutiva.


Uno de los investigadores afirma que “nuestra estructura cognitiva nos abre a pensamientos sobre la vida,  la muerte, en dioses, seres invisibles que hacen cosas, es decir, en los temas comunes de las religiones del mundo”... ¿Quién provoca esto? ...

Neuronas religiosas

Esta predisposición hacia las creencias espirituales o sobrenaturales tiene una base neuronal, señalan las investigaciones más recientes realizadas por neurocientíficos. 

Según ellos, la tendencia a la religiosidad se extiende por todos los sistemas del cerebro, y probablemente surja de circuitos neuronales desarrollados para otros fines.

Como ejemplo, en 2009, Jordan Grafman, director de la sección de neurociencia del National Institute of Neurological Disorders and Stroke de Estados Unidos, publicó los resultados de un estudio realizado con tecnología fMRI (exploración de resonancia magnética funcional de la actividad neuronal) que demostraron que los pensamientos religiosos activan un área del cerebro implicada con la interpretación de las emociones e intenciones de otras personas.

Según los autores del estudio, estos resultados sugieren que cuando la gente piensa en Dios desarrolla un pensamiento similar al que tienen cuando piensan en cualquier figura de autoridad especial, como una madre o un padre.

En todo caso, estas investigaciones sirven para comprender al ser humano como un todo que integra elementos biológicos, psicológicos, sociales, culturales y espirituales que están conectados entre sí. 

Según Barrett, a medida que los estudios avanzan, se tiene una mayor comprensión acerca de la naturaleza de la religión y su desarrollo.

AUTOR: ©2011. AMÉRICA NUEVA, MÉXICO.

lunes, 25 de abril de 2011

¿De qué resucitaremos Señor?

La resurrección de Jesucristo no es un recuerdo de un hecho pasado... es un acto performativo,
capaz de transformar nuestra vida e interactuar activamente con cada uno de nostros, hoy, aquí, ahora...

He sentido cerca la muerte rozando mi rostro
respirando y jadeando en mi piel
la he visto en una fila enorme
de hombres y mujeres que juraron amar
y que desde una ética amnésica han llenado el mundo
de soledad y silencio, de muerte y oscuridad.Son pastores consagrados pastores,
son religiosas y religiosos que lo han olvidado todo
hasta el más simple abecedario de la fe y del amor.

¿De qué resucitaremos Señor?
De la muerte que hemos provocado
de las torpezas y las vanalidades
del pastor que ha engordado
despreocupado del pasto de sus ovejas.

He sentido tan de cerca el paso y la estadía maligna,
como león nos ha cogido y como leones
hemos sido socios en la cruenta muerte de tanta oveja.

¿De qué resucitaremos Señor?
de la pasividad cómplice de proteger al poderoso,
de nuestro silencio como laicos,
de nuestro miserable rol de laicos,
de nuestra timidez por anunciar a Jesucristo
también a una jerarquía lejana
y por lejana con visión borrosa,
con oídos llenos de tantas voces
que finalmente no escuchan a ninguna.

¿De qué resucitaremos Señor?
de la soberbia de sabernos pontífices,
puentes que se adornaron y entronizaron a plenitud
sin saber que éramos eso, simples puentes
que permiten llegar a la otra orilla,
pero nos aferramos a los escritorios,
al dorado y al boato, a los títulos y al canon,
a la soberbia de “querer ser como Dios”
olvidando que somos obra de sus manos,
servidores infieles, hombre y mujeres de dura cerviz,
administradores que no tienen nada, nada de nada,
pero que creen tenerlo todo, poseerlo todo.

¿De qué resucitaremos Señor?
He sentido la muerte, rodeado por sombras y apariencias.
Hemos sido enemigos de tu Iglesia Señor,
estamos destruyendo la viña que tu plantaste,
enterrando los talentos que tu creaste.

Somos destructores desde dentro,
somos enemigos desde dentro,
vamos prostituyendo la santa vida que nos diste.

Los mayores secretos están a la vista:
La madre, la Santa está siendo destruida desde dentro,
sus mayores celadores y protectores
se han convertido en sus mayores y eficaces enemigos.

¿A qué nos llamas a resucitar Señor hoy, aquí, ahora?

sábado, 16 de abril de 2011

EL CARDENAL YA NO TIENE ESOS SUEÑOS...

El Cardenal Carlo M. Martini, jesuita, biblista, arzobispo que fue de Milán y colega mío de Parkinson, es un eclesiástico de diálogo, de acogida, de renovación a fondo, tanto de la Iglesia como de la Sociedad. En su libro de confidencias y confesiones Coloquios nocturnos en Jerusalén, declara: 

«Antes tenía sueños sobre la Iglesia. 
Soñaba con una Iglesia que recorre su camino 
en la pobreza y en la humildad, 
que no depende de los poderes de este mundo; 
en la cual se extirpara de raíz la desconfianza; 
que diera espacio a la gente que piensa con más amplitud; 
que diera ánimos, en especial, 
a aquellos que se sienten pequeños o pecadores. 
Soñaba con una Iglesia joven. 
Hoy ya no tengo más esos sueños». 

Esta afirmación categórica de Martini no es, no puede ser, una declaración de fracaso, de decepción eclesial, de renuncia a la utopía. Martini continúa soñando nada menos que con el Reino, que es la utopía de las utopías, un sueño del mismo Dios.

Él y millones de personas en la Iglesia soñamos con la «otra Iglesia posible», al servicio del «otro Mundo posible». Y el cardenal Martini es un buen testigo y un buen guía en ese camino alternativo; lo ha demostrado.

Tanto en la Iglesia (en la Iglesia de Jesús que son varias Iglesias) como en la Sociedad (que son varios pueblos, varias culturas, varios procesos históricos) hoy más que nunca debemos radicalizar en la búsqueda de la justicia y de la paz, de la dignidad humana y de la igualdad en la alteridad, del verdadero progreso dentro de la ecología profunda. Y como dice Bobbio «hay que instalar la libertad en el corazón mismo de la igualdad»; hoy con una visión y una acción estrictamente mundiales. Es la otra globalización, la que reivindican nuestros pensadores, nuestros militantes, nuestros mártires, nuestros hambrientos...

La gran crisis económica actual es una crisis global de Humanidad que no se resolverá con ningún tipo de capitalismo, porque no cabe un capitalismo humano; el capitalismo sigue siendo homicida, ecocida, suicida. No hay modo de servir simultáneamente al dios de los bancos y al Dios de la Vida, conjugar la prepotencia y la usu- ra con la convivencia fraterna. La cuestión axial es: ¿Se trata de salvar el Sistema o se trata de salvar a la Humanidad? A grandes crisis, grandes oportunidades. En idioma chino la palabra crisis se desdobla en dos sentidos: crisis como peligro, crisis como oportunidad.

En la campaña electoral de EE UU se enarboló repetidamente «el sueño de Luther King», queriendo actualizar ese sueño; y, con ocasión de los 50 años de la convocatoria del Vaticano II, se ha recordado, con nostalgia, el Pacto de las Catacumbas de la Iglesia sierva y pobre. En el 16 de noviembre de 1965, pocos días antes de la clausura del Concilio, 40 Padres Conciliares celebraron la Eucaristía en las catacumbas romanas de Domitila, y firmaron el Pacto de las Catacumbas. Dom Hélder Câmara, cuyo centenario de nacimiento estamos celebrando este año, era uno de los principales animadores del grupo profético. El Pacto en sus 13 puntos insiste en la pobreza evangélica de la Iglesia, sin títulos honoríficos, sin privilegios y sin ostentaciones mundanas; insiste en la colegialidad y en la corresponsabilidad de la Iglesia como Pueblo de Dios, y en la abertura al mundo y en la acogida fraterna.

Hoy, nosotros, en la convulsa coyuntura actual, profesamos la vigencia de muchos sueños, sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo podemos renunciar. Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal, el neoimperialismo del dinero y de las armas, una economía de mercado y de consumismo que sepulta en la pobreza y en el hambre a una grande mayoría de la Humanidad. Y seguiremos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza. Exigimos la transformación sustancial de los organismos mundiales (ONU, FMI, Banco Mundial,OMC...). Nos comprometemos a vivir una «ecológica profunda e integral», propiciando una política agraria-agrícola alternativa a la política depredadora del latifundio, del monocultivo, del agrotóxico. Participaremos en las transformaciones sociales, políticas y económicas, para una democracia de «alta intensidad».

Como Iglesia queremos vivir, a la luz del Evangelio, la pasión obsesiva de Jesús, el Reino. Queremos ser Iglesia de la opción por los pobres, comunidad ecuménica y macroecuménica también. El Dios en quien creemos, el Abbá de Jesús, no puede ser de ningún modo causa de fundamentalismos, de exclusiones, de inclusiones absorbentes, de orgullo proselitista. Ya basta con hacer de nuestro Dios el único Dios verdadero. «Mi Dios, ¿me deja ver a Dios?». Con todo respeto por la opinión del Papa Benedicto XVI, el diálogo interreligioso no sólo es posible, es necesario. Haremos de la corresponsabilidad eclesial la expresión legítima de una fe adulta. Exigiremos, corrigiendo siglos de discriminación, la plena igualdad de la mujer en la vida y en los ministerios de la Iglesia. Estimularemos la libertad y el servicio reconocido de nues- tros teólogos y teólogas. 

La Iglesia será una red de comunidades orantes, servidoras, proféticas, testigos de la Buena Nueva: una Buena Nueva de vida, de libertad, de comunión feliz. Una Buena Nueva de misericordia, de acogida, de perdón, de ter- nura, samaritana a la vera de todos los caminos de la Humanidad. Seguiremos haciendo que se viva en la práctica eclesial la advertencia de Jesús: «No será así entre vosotros» (Mt 21,26). Sea la autoridad servicio. El Vaticano dejará de ser Estado y el Papa no será más Jefe de Estado. 

La Curia habrá de ser profundamente reformada y las Iglesias locales cultivarán la inculturación del Evangelio y la ministerialidad compartida. La Iglesia se comprometerá, sin miedo, sin evasiones, en las grandes causas de la justicia y de la paz, de los derechos humanos y de la igualdad reconocida de todos los pueblos. Será profecía de anuncio, de denuncia, de consola- ción. La política vivida por todos los cristianos y cristianas será aquella «expresión más alta del amor fraterno» (Pío XI).

Nos negamos a renunciar a estos sueños aunque puedan parecer quimera.

«Todavía cantamos, todavía soñamos». 
Nos atenemos a la palabra de Jesús: 
«Fuego he venido a traer a la Tierra; 
y qué puedo querer sino que arda» (Lc 12,49). 

Con humildad y coraje, en el seguimiento de Jesús, 
miraremos de vivir estos sueños en el cada día de nuestras vidas. 

Seguirá habiendo crisis y la Humanidad, 
con sus religiones y sus iglesias, seguirá siendo santa y pecadora. 

Pero no faltarán las campañas universales de solidaridad, 
los Foros Sociales, las Vías Campesinas, los Movimientos populares, 
las conquistas de los Sin Tierra, los pactos ecológicos, 
los caminos alternativos de Nuestra América, 
las Comunidades Eclesiales de Base, 
los procesos de reconciliación entre el Shalom y el Salam
las victorias indígenas y afro y, en todo caso, 
una vez más y siempre «yo me atengo a lo dicho: la Esperanza».

Cada uno y cada una a quien pueda llegar esta circular fraterna, en comunión de fe religiosa o de pasión humana, reciba un abrazo del tamaño de estos sueños. 
Los viejos aún tenemos visiones, dice la Biblia (Jl 3,1). 
Leí hace unos días esta definición: «La vejez es una especie de posguerra»; no necesariamente de claudicación. El Parkinson es sólo un percance del camino y seguimos Reino adentro.

Pedro Casaldáliga Circular 2009

martes, 12 de abril de 2011

Compro a un Jesús chiquito...


Compro a Jesús ,
uno pequeñito,
que pueda instalar en mi casa,
que sea un adorno bonito 
y que no hable mucho,
de tal forma que no me repita 
esas palabras que no quiero escuchar...

"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, 
con todo tu ser y con toda tu mente y al prójimo como a ti mismo."

"Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, 
lleve su cruz y me siga".
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá.
 ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?
 ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?"

"Los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos.
Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, 
el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, 
y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos".

"Ustedes han oído que se dijo: "Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo." 
Yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? 
¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? 
Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes?"

Uf Señor, cuesta ser amigo tuyo...
por eso sigo buscando una figurita de Jesús Niño,
quiero un Jesús chiquitito, sanito, de bellos ojitos,
que no hable aún, a mis años no estoy para complicarme la existencia,
con tus palabras que incomodan a mi conciencia...


Artículos más leídos en última semana

Libro de Winston H. Elphick D.

Libro de Winston H. Elphick D.
Disponible venta en AMAZON.COM

Temáticas de artículos

Estamos en Creative Commons

Licencia Creative Commons
Winston Elphick.net está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.

Somos parte de Creative Commons Internacional

Contra lo que piensan algunos que NADA es gratis en la vida, creemos que TODO es un regalo, un don de la Vida, los Amigos, Dios...
Por eso este sitio tiene Licencia Creative Commons Internacional: Puede usar los escritos con total libertad, sin pedir permiso... el conocimiento es un regalo que entre todos construimos.

FORMANDO REDES, PERO PARA ALGUN CAMBIO SOCIAL!!


Artículos anteriores

¿Buscas algún tema? ¡AQUI!