¡No soporto el silencio en una conversación!
Me decía un amigo criticando una fiesta de fin de semana.Es verdad, el silencio en una conversación causa pánico,
nos asusta que en un momento nadie saque palabras.
Para muchos el silencio es signo de aburrimiento.
Imagine un grupo sentada en una playa maravillosa,
todo es bla, bla, bla, bulla, brindis, risas.
¡Ellos si lo están pasando bomba, muy bien, están entretenidos!
Cuando se produce un silencio... "pasó un ángel"
-dirá uno para justificar que ese ángel
quitó las palabras de estos parlanchines-
no faltará el que se sienta incómodo por ese silencio...
es como un signo de que la conversación se puso fome, perdió calidad ...
Uf, hemos desprestigiado el sano silencio
retratándolo como falta de "buena onda", de amistad.
Pocos en ese grupo valorarán el enorme bien
que es compartir el silencio con el amigo,
para dar espacios para mirar juntos las olas,
detenerse en la belleza de los pájaros
o simplemente sentir que me apoyo en tu espalda...
Recuerdo un hecho que viví en Alto Jahuel,
pueblo de campo cerca de Buin, en Chile.
Al llegar al pueblo habían dos ancianos
sentados a la salida de la frutería.
De intruso le pregunte al dueño del negocio por estos viejitos.
Mire -dijo con comprensión- vienen casi todos los días,
Se sientan, de repente dicen algunas frases,
pero el mayor tiempo lo pasan en silencio ...
les gusta estar juntos y mirar ...
Estos viejitos me dejaron una enseñanza :
El silencio sano, libre, compartido en amistad,
se puede volver reflexión y contemplación.
¡Tan distintos de nuestros encuentros de amigos!
Estos deben ser en un happy hours,
con música, muchas risas...
con fiestas espumas, con camisetas mojadas,
con la miss pompis, con challas, serpentinas,
cotillón, gritos, sorderas mutuas...
Más bulla, mucha bulla
y poquitos sonidos, poquitos.
Winston H. Elphick
nos asusta que en un momento nadie saque palabras.
Para muchos el silencio es signo de aburrimiento.
Imagine un grupo sentada en una playa maravillosa,
todo es bla, bla, bla, bulla, brindis, risas.
¡Ellos si lo están pasando bomba, muy bien, están entretenidos!
Cuando se produce un silencio... "pasó un ángel"
-dirá uno para justificar que ese ángel
quitó las palabras de estos parlanchines-
no faltará el que se sienta incómodo por ese silencio...
es como un signo de que la conversación se puso fome, perdió calidad ...
Uf, hemos desprestigiado el sano silencio
retratándolo como falta de "buena onda", de amistad.
Pocos en ese grupo valorarán el enorme bien
que es compartir el silencio con el amigo,
para dar espacios para mirar juntos las olas,
detenerse en la belleza de los pájaros
o simplemente sentir que me apoyo en tu espalda...
Recuerdo un hecho que viví en Alto Jahuel,
pueblo de campo cerca de Buin, en Chile.
Al llegar al pueblo habían dos ancianos
sentados a la salida de la frutería.
De intruso le pregunte al dueño del negocio por estos viejitos.
Mire -dijo con comprensión- vienen casi todos los días,
Se sientan, de repente dicen algunas frases,
pero el mayor tiempo lo pasan en silencio ...
les gusta estar juntos y mirar ...
Estos viejitos me dejaron una enseñanza :
El silencio sano, libre, compartido en amistad,
se puede volver reflexión y contemplación.
¡Tan distintos de nuestros encuentros de amigos!
Estos deben ser en un happy hours,
con música, muchas risas...
con fiestas espumas, con camisetas mojadas,
con la miss pompis, con challas, serpentinas,
cotillón, gritos, sorderas mutuas...
Más bulla, mucha bulla
y poquitos sonidos, poquitos.
Winston H. Elphick
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