
Hace tiempo que te contaba algunas experiencias vividas en Cuba.
Una de ellas fue con una comunidad cristiana cubana, fuerte, pobre, unida.
Al salir de una Misa cubana (en una CASA-MISION) nos quedamos a conversar unos minutos con el sacerdote...
(No te preocupes, no es política, sigue leyendo, te contaré una de las mayores enseñanzas que obtuvimos de nuestro paso por Cuba).
No ha sido fácil, nos dijo. Yo vengo de España ... hay algunas diferencias materiales...
pero lo que he aprendido en Cuba que antes tenía miles de cosas que no eran necesarias.
pero lo que he aprendido en Cuba que antes tenía miles de cosas que no eran necesarias.
Esta es una cultura de lo básico, de lo mínimo para vivir y comer,
pero también es una fuerte cultura de lo esencial.
pero también es una fuerte cultura de lo esencial.
La cultura del colesterol o de la miseria...
No estoy justificando la pobreza que vive el pueblo cubano, de ninguna forma. El penoso el proceso que hoy están viviendo en relación a lo mínimo para vivir: los alimentos... grita al cielo, apena ver a tanta gente hermosa sufriendo por no tener lo básico.
Aclarado este punto, se pueden obtener otras enseñanzas:
En ese momento me acordé del Principito: "Lo esencial es invisible a los ojos" ... por Dios que es cierto.
No estoy justificando la pobreza que vive el pueblo cubano, de ninguna forma. El penoso el proceso que hoy están viviendo en relación a lo mínimo para vivir: los alimentos... grita al cielo, apena ver a tanta gente hermosa sufriendo por no tener lo básico.
Aclarado este punto, se pueden obtener otras enseñanzas:
En ese momento me acordé del Principito: "Lo esencial es invisible a los ojos" ... por Dios que es cierto.
Nosotros lo hemos transformado y nuestro credo es: lo esencial es lo "visible"... y nos pusimos a engordar la cartera y la billetera, el poder, el estatus, la competencia, el consumo, el auto grande y mejor que el del vecino, la casa llena de artefactos, el armario cubierto de zapatos y ropa que muchas veces usamos UNA o DOS veces al año... lo visible...
En Cuba viví la cultura de lo invisible, de lo esencial, compartí con muchos hogares que el la tarde se abrían a compartir un café (sin nada más, porque simplemente no hay más) con una grata conversa, alegre conversa, la mirada que tienen sobre el tema social, la cercanía entre los vecinos.
Podemos vivir de alguna forma la cultura de lo invisible, de lo esencia, por cierto. Apagar la TV, reducirla, maniatarla a ella y liberarnos nosotros (o al menos bajar el tiempo de exposición a ella), compartir un poco más, sacar lo que está demás en nuestra casa, regalarlo ... a veces tengo dudas si lo que a mí me sobra ¿será mío? ¿o es de alguien que a la vuelta de la esquina está esperando recibirlo?
Podemos vivir de alguna forma la cultura de lo invisible, de lo esencia, por cierto. Apagar la TV, reducirla, maniatarla a ella y liberarnos nosotros (o al menos bajar el tiempo de exposición a ella), compartir un poco más, sacar lo que está demás en nuestra casa, regalarlo ... a veces tengo dudas si lo que a mí me sobra ¿será mío? ¿o es de alguien que a la vuelta de la esquina está esperando recibirlo?
Amig@ que me lees ¿no es tiempo de achicar la mochila? incluso de lo que creemos imprescindible... hay tanta carga afectiva negativa que nos pesa ¡suéltala! tantos rencores ¡suéltalos! ... hay tanto cosa mía que no ocupo (y que a lo mejor no es mía, sino de un hermano que espera) ¡suéltala!
Finalmente ¿qué creo que es lo esencial en mi vida? ¿Por qué daría mi vida hoy?