Un día llegó a mi ciudad un predicador a hablar de Dios,
usó los mejores argumentos y valiosos testimonios de convertidos,
pero pocos lo escucharon y recogieron su mensaje.
Muchos se preguntaban ¿acaso el hombre de fe es un ser en extinción?
Pareciera que la razón del rechazo no era el contenido del mensaje,
el problema no era aceptar o rechazar la voz de Dios,
sino la causa estaba en la sordera del hombre de hoy.
¿Qué se requiere para poder escuchar el llamado y la voz de Dios?
Definitivamente: poder escuchar y acoger mi propia voz,
entablar un diálogo interno sincero y ascendente
para responder las preguntas esenciales de mi vida.
Para encontrar a Dios, primero es necesario encontrarse,
para escuchar a Dios, primero es necesario escucharse,
para interrogar a Dios, primero hay que interrogarse.
Sólo puede hablar con Dios quienes han abierto canales internos
de conciencia sobre su valor humano y su condición de persona.
Lograr claridad de lo que soy, de mis temores, ansiedades, ilusiones,
es la condición necesaria para escuchar la voz y entender el lenguaje de Dios.
Vivir la experiencia de ser hombres y mujeres en plenitud,
superando los facilismos, reduccionismos y fragmentaciones de la vida,
es la vía directa para provocar al Dios que nos habita y que le encanta dialogar.
Quien no descubre la maravilla de su propia creación e identidad humana
¿Cómo podrá descubrir y vivir la maravilla y grandeza del creador?
Es cierto, como valorar a Dios, si primero no ciento que lo necesito. Y cómo sentir que lo necesito si no diálogo con migo mismo, y conozco mi realidad interior.
ResponderBorrarEs cierto, cuando me conozco, reconozco mi sed de Dios.
Me gusto el mensaje, lo encuentro muy sabio.
Muchas gracias.
Gracias por tu opinión, me parece muy cierto que el diálogo interior es clave, especialmente hoy cuando estamos tan rodeados de bulla, que no nos permiten la voz que resuena en nuestro interior.
ResponderBorrarUn abrazo
winston