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No se preocupe, si el consumo le provoca ansiedad y no tiene para pagar la cuota... el mercado tiene muchas terapias maravillosas... |
No crea que la pregunta es tonta,
cada concepto tiene tras
de si valores, actitudes,
escala de opciones en la vida.
Muchos definen al ciudadano como un consumidor:
los
modistos, la farándula televisiva, la Sra. María del Kiosko,
el retail, los
publicistas, los moteleros, los colegios, el panadero,
los empresarios y sus
accionistas, el mercado… ¿pero que es un consumidor?
La teoría microeconómica define al consumidor
como un
portador de recursos, con un presupuesto el que puede gastar
en lo que el
mercado logre ofrecer en una diversas de productos,
tanto bienes como servicios.
En palabras
simples: una persona-alcancía,
con poca capacidad de decisión (ya que la
publicidad hace su trabajo hipnotizador)
y con muchas posibilidades de consumir
y endeudarse
en caso de agotar sus recursos.
Y ojo, pues cuando hablamos de “recursos”,
no es solamente el dinero, sino también su tiempo, sus expectativas,
el
trabajo, el esfuerzo, las tensiones, el estrés, la calidad de vida, etc.,
todo lo que
gasta para obtener el producto o bien que espera.
La persona vista como consumidor, ciertamente pasa a ser
parte del consumo.
Ella misma se consume al consumir… creemos que elegimos,
pero no:
hemos sido elegidos para consumir “sus” productos
y en las condiciones
que el mercado y su publicidad han definido.
¿Se ha fijado que nos preocupa más consumir el último plasma,
la red
digital, el cable, el pan y la cebolla, antes de “consumir” recreación en
familia,
caminar por el mar, silenciar y leer un buen libro, pensar sobre
nuestras vida?
… no podemos, estamos trabajando para “pagar” el brutal consumo…
¿Quién se impone en nuestros países, el ciudadano o el
consumidor?