No crea que el título es un error. Quiero
hablar de un KARADIGMA, uniendo el ejemplo brutal del sacerdote católico chileno
Fernando Karadima, contra jóvenes de la parroquia El Bosque denunciado desde 2004
a la autoridad eclesiástica.
Su parroquia era de clase alta , facilitando
a este sacerdote, que se jactaba de haber recibido su vocación del padre Hurtado,
crear una poderosa red de influencias y rodearse de seguidores jóvenes para
futuras vocaciones sacerdotales. La élite chilena lo tenía como su “Director”
espiritual y confesor de cabecera.
Ese es KARADIMA. Ahora paso al PARADIGMA, que
en su raíz griega, significa modelo, patrón, ejemplo. Es algo que sirve como
modelo o ejemplo a seguir, son directrices que condicionan nuestras acciones.
Se convierte así en lente, un principio,
una teoría, un referente que pautea todas acciones teñidas y enmarcada por el
paradigma que nos domina.
Pareciera que los paradigmas primeramente nos
los impusieron los dioses y luego aquellos vivarachos que nosotros endiosamos… terminando por manipular nuestra percepción
de la realidad y nuestra forma de actuar en ella. ¿Ejemplos de paradigmas? Uno
popular: el machista. Uno brutal: el neocapitalismo. Los paradigmas en sí no son malos, se vuelven
negativos cuando se hacen absolutistas y excluyentes,
Quisiera invitarle a reflexionar sobre un
paradigma eclesial: el KARADIGMA (Karadima + Paradigma). Creo que es un modelo de percibir la vida en
la Iglesia, principalmente desde su jerarquía, que envuelve , controla y pautea
el pensar y actuar de las comunidades cristianas.
El MODELO KARADIGMÁTICO nos hace ver la
realidad de una forma sesgada, instrumentalizada en que aquellos que piensan
diferente deben ser excluidos, descalificando las demás opciones.
Su énfasis está en trabajar en dobles
discursos: el público, ordenado, litúrgico, magisterial… perfecto. El otro, el
privado, receloso, ofensivo, manipulador, sectario. Uno busca quedar bien, el
otro busca “que quede bien” la curia (social y cómodamente ubicados).
Su mayor recurso es crear círculos de poder
cerrados y bravos… usted grita al párroco y saltan los monaguillos… para que se
respalde a un pequeño núcleo decisional jerarquizado. Comunión y participación,
que pide el Vaticano II, acá no se sigue. Prevalece más el “cuidado” por las
estructuras y sus viejas prácticas, que la animación de la comunidad.
La perversidad de este modelo está en manejar
las conciencias, anulando la maravillosa criticidad de nuestro cerebro y la libertad
del Espíritu. Esta red de energía negativa,
va conformando una Matrix de poder soterrado, oculto, generando temor,
ambición, confabulación y sometimiento. ¿No es penoso ver laicos que se
convierten en mensajeros de esto modelo karadigmático? Aquellos que ocupan
lugares en la curia y se convierten en ácidos
y dogmáticos jefes de sus hermanos laicos.
Hoy vivimos una fuerte crisis paradigmática
en la Iglesia. Surge el Paradigma del Papa Francisco, pero convive con los
antiguos paradigmas, entre ellos el KARADIGMA.
Cambiar de Paradigma es una reingeniería mental, una critica de la
visión imperante de la realidad y una renovación de nuestra forma de actuar.
¿Con qué velocidad y profundidad los
cambiaremos? Eso dependerá de la madurez de nuestros pastores… y del pueblo que
haga ver sus razones.
Sabemos que una maldad y mentira repetida mil veces se vuelve una verdad paradigmática, un mito, un dogma que todos respetaremos pese a que nos esté aniquilando. También sabemos que estamos llamados al cambio paradigmático en la Iglesia: de un Iglesia piramidal, a una Iglesia horizontal; de una Iglesia Jerárquica, a una Iglesia comunidad; de una Iglesia clericalista, a una Iglesia hermanada; de una Iglesia de las formas y ritos, a una Iglesia sencilla y servidora; de una Iglesia poderosa, a una doblada por el dolor de los pobres…
Ahhh ¿Y todo esto a título de qué?
De esos
correos poco adecuados para los adultos y cardenales que los escriben.
Winston H. Elphick D.