El Doctor León Seltzer, ha publicado en su portal Psychology Today una interesante reflexión, que publicó el 7 de septiembre el Diario La Tercera en Chile.
Allí se comenta como las personas que tienden a dar consejos, sin que se los pidan, "lo hacen por la poderosa necesidad de probarse a sí mismos que pueden lidiar con las dificultades del otro, mejor de lo que él podría".
Afirma que "tal comportamiento apunta a una persona cuyo ego demanda un reaseguramiento perpetuo. O sea, una persona necesita que regularmente le confirmen que es excepcional. La razón de este sentimiento tiene que ver con que dar consejos le permite a una persona sentirse importante o, de alguna forma, superior a la persona que está recibiendo el consejo... de alguna forma sé más que tú, así que hazme caso".
Hasta aquí el texto que he referido.
Yo agrego al consejero compulsivo, el predicador contradictorio.
Aquel que muchas veces está "obligado" a predicar, como por ejemplo un sacerdote o diácono a sus fieles el domingo o un directivo de un colegio, un profesor,
un gerente.
¿Qué tiene de complejo ser un predicador?
Que corre el riesgo de ser seducido por las mismas razones que el consejero compulsivo.
¿No afloran las mismas condiciones de sentirse "superior" a quienes le escuchan?
¿No puede ser tomado por rasgos narcisistas que necesitan de una audiencia que reciba sus palabras y aplauda sus reflexiones?
¿No afloran sentimientos de inseguridad en que se busca competir con muy buenas reflexiones y con intereses intelectuales que a los que escuchan no les interesan?
Pero la mayor tensión en este tema, lo agrega el tema de la contradicción de aquellos predicadores de verdades, que las logran separar radicalmente de lo que viven.
Uno de ellos diría: Haz lo que te DIGO no lo que yo HAGO...
Algunos predican de forma angelical el domingo y el lunes látigo en mano estrujan a la vaca para que de más de la leche que puede dar... cambie "vaca" por trabajador, amigo, etc... ¿cruel no?
Bueno, por mi parte les dejo este consejo...
no predico en ninguna parte,
pero convulsivamente aconsejo cada cierto tiempo...
perdonen mis incoherencias compulsivas... es lo que hay...