Esta fragilidad enorme
del Dios creador de las galaxias
me deja sin palabras.
No lo entiendo,
atrapado en nuestra temporalidad,
dominado por el frío y el hambre,
maniatado por un edicto romano.
No entiendo su paso brutal
de su maravillosa eternidad
a la pobreza de nuestro tiempo.
No entiendo su mensaje liberador
cuando lo veo tan encadenado
por nuestros poderes económicos,
religiosos y políticos.
Económicos (no puede pagar por alojamiento...
eso de que no "había lugar"
con unos dolarcillos se hubiese arreglado).
Políticos (un decreto romano
le obliga llegar a Belén
y se teme a un anunciado "Reinado").
Religiosos (se anuncia un "mesías" peligroso,
que podría romper esquemas y jerarquías).
Los mayores poderes humanos
le tienen retenido y sin embargo
Dios mantiene su compromiso:
vendré a liberar, a ser voz y a rescatar...
Treinta años después de su pobre nacimiento
Dios expresa su voz cuando Jesús proclama:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar
a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos”
(Evangelio de San Lucas 4:18)
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos”
(Evangelio de San Lucas 4:18)
No es sencillo entender
este mensaje liberador
de un Dios que voluntariamente
se ha encadenado
a nuestras miserias...
Este Dios es nuestro Dios,
amante de los desechados,
amor de los intocables,
fuerza de los niños,
pancarta de los indignados.
Este es nuestro Dios
debilitado y pobre
solidario con nuestras
pobrezas más ocultas.
wed