Ya lo sabemos ... El cardenal argentino Jorge Mario Berboglio ha asumido
el sillón pietrino vacante y eligió por nombre el de Francisco.
No es un nombre cualquiera, es el de un gran discípulo
misionero que optó por el uso de caminos que en su contexto eclesial y social
eran, por decir lo menos, extraños. San Francisco de Asís (1181/1226) un joven
italiano de familia adinerada, que se vuelve un gran reformador de la Iglesia y
fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden conocida como Hermanas
Clarisas, ambas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia Católica en la Edad
Media.
San Francisco de Asís, cuyo nombre era Giovanni di
Bernardone, nació en Asís, Umbría, centro de Italia, se auto impone vivir en la
pobreza total y la observancia de los Evangelios.
Opta por la ruta desechada, la pobre, la sencilla e
incomprendida muchas veces.
En ese camino le ocurre un hecho misterioso: Frente
a la cruz de la Capilla de San Damián, cuando realizaba sus oraciones
solitarias discerniendo sobre lo que Dios pedía para su vida, recibe un mandato
directo. Se cuenta de que el crucifijo frente al que rezaba, le dice:
"Francisco, repara mi iglesia, que se está cayendo en
ruinas".
Ante esta llamada, Francisco observa que la capilla
requería ser restaurada, en realidad se estaba cayendo a pedazos ... por eso se
arremanga la camisa y con sus amigos comienza enseguida a reparar paredes y
techos.
Con el tiempo se da cuenta que había sido llamado a
otra tarea mucho mayor: tenía que restaurar la Iglesia- comunidad ... Tarea que
requiere algo más que tablas, ladrillos y tejas.
El contexto para la misión de San Francisco no era
fácil … sus exigencias provocaban las molestias de quienes vivían en el
hartazgo, las cruzadas generaban un clima exitista y de poder, el crecimiento
de la economía y el comercio, fortalecían la idea del consumir y acaparar.
Similar a nuestros tiempos, se vivían brechas escandalosas producto de la
expansión económica, que ofrecía mando y riquezas para algunos y trabajos
perversos y pobreza para muchos... uf, complejo ambiente para hablar de
pobreza, humildad, Iglesia servidora de los pobres, sencillez.
Iglesia y nobleza tenían importantes beneficios, para
algunos irrenunciables ¿Cómo podría un jovencito inexperto venir a decirle a
toda una curia, como comportarse?
El clero crecía en patrimonio económico y en
influencia social. Opulencia, privilegios, política y religión estaban unidos
en forma descarada.
San Francisco quiere cambiar esto, así el año 1209 presenta al Papa Inocencio III, la
primera regla de la su nueva Orden.
Al interior de la curia romana, algunos rechazaban
esta locura de Francisco, se temía que fuese una moda pasajera, o bien un grupo
que podría perder fácilmente el rumbo y convertirse en un movimiento
anticlerical mas de ese tiempo o incluso al no tener respaldo material ni
económico, se convirtiera en una futura carga para la Iglesia.
Finalmente la orden de Francisco se aprueba y con
sus apenas 44 años de vida se convierte en el gran reformador de la iglesia,
solamente basado en su testimonio de vida, que llamaba a la sencillez y a la
opción radical por Jesucristo.
Hoy Francisco I tiene frente a sí una Iglesia
derruida, añosa y descuida. Es urgente repararla. ¿No surge el llamado para el
nuevo Papa: Francisco repara mi Iglesia
que se está cayendo en ruinas?
Ayer el Concilio Vaticano II hablaba de que era
tiempo de abrir las ventanas, para que el aire fresco entrara en ella, hasta
sus piezas más cerradas y ocultas… Hoy,
pareciera que es urgente arreglar la ventana, no abre, tiene óxido y sus goznes
están desgastados.
"Francisco, repara mi Iglesia", es el
claro llamado que los signos de los tiempos hacen al nuevo Papa y a los
cristianos de hoy.
¿Cómo hacerlo, si el daño es tan serio? Ya el Papa
ha dado signos importantes en ese pequeño acto del balcón vaticano:
- Desde la sencillez, ha dejado varios de los
ornamentos que revestían al Papa. Se permite romper el protocolo al tomar
nuevamente la palabra, cuando ya le habían retirado el micrófono.
- Desde la identidad de pueblo. Antes de dar la
bendición 'Urbi et Orbi', pide que la comunidad presente le bendiga… el pueblo
bendice a su Pastor.
- Desde la
transparencia. Su mirada abierta, sus palabras simples.
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