
El INSPIRADOR DE ALBERT CAMUS.
El gran autor Albert Camus, como todos, un tiempo fue niño. Tuvo mirada, temores, inseguridades, búsqueda, inquietudes, juegos de niño.
Tuvo familiares, amigos y docentes que le ayudaron a ser un día lo que sería. El Señor Bernard es uno de ellos.
“La Clase con el Señor Bernard era siempre interesante por la sencilla razón de que él amaba apasionadamente su trabajo. Fuera el sol podría aullar en las paredes leonadas mientras el calor crepitaba incluso dentro de la sala. También podía caer la lluvia, en cataratas interminables y la clase apenas se distraía. Sólo las moscas, cuando había tormenta, perturbaban a veces la atención de los niños.)
El método del Señor Bernard, que consistía en no aflojar en materia de conducta y por el contrario en dar a su enseñanza un tono viviente y divertido, triunfaba incluso sobre las moscas.
Siempre sabía sacar del armario, en el momento oportuno, los tesoros de la colección de minerales, el herbario, las mariposas y los insectos disecados, los mapas.... que despertaban el interés languideciente de sus alumnos.
Era el único en la escuela que había conseguido una linterna mágica y

En la clase del Sr. Bernard la escuela alimentaba un hombre más esencial todavía para el niño que para el H, que es el hombre de descubrir. En las otras clases les enseñaban sin duda muchas cosas, pero un poco como se ceba a un garza. Les presentaban un alimento ya preparado rogándoles que tuvieran a bien tragarlo”.
(El primer hombre - Albert Camus Tusquets Editores, Barcelona 1994).
Que motivador es encontrar un testimonio de educador renovado, aún teniendo tantos años su ejemplo, es un testimonio nuevo. Bernard y muchos otros, han decidido matar la vieja escuela y levantar la nueva, la humana, la inspiradora, la animadora (la que pone alma en lo que hace).
welphick