Chaitén antes de morir ...

Esta foto es pasado, poco o nada existe de lo que usted puede ver en ella.

El 2 de mayo de 2008 unido a temblores, hizo erupción el volcán Chaitén, cubriendo el cielo con una enorme nube de cenizas que se extendió desde Puerto Montt a diversas localidades de Argentina, llegando incluso a Buenos Aires.

El Volcán Chaitén ese 1 de Mayo , sepultó con inocente violencia al pueblo del mismo nombre. Poco a poco depositó en ese hermoso suelo  hasta dos metros de ceniza en un día.

Se empezó a sacar a sus habitantes, se preveía algo peor, se coordinó de inmediato un operativo de evacuación: 1.500 personas fueron trasladadas a Puerto Montt y Chiloé en las primeras horas y al día siguiente ya habían partido más de cuatro mil personas.

Algunos no quisieron abandonar sus casas (o lo que quedaba de ellas),  pese a que el gobierno estableció una zona de evacuación con un radio de 50 km en torno del volcán.

Hoy poco a poco se empieza a reconstruir. Surge la Nueva Chaitén más al norte, en el sector de Santa Bárbara. Poco a poco se levanta la ciudad nueva y se quitan las cenizas de los árboles, permitiendo que coman los animales, surjan los nuevos brotes y con ello la esperanza de que la vida continúa.

Esta foto es pasado, la tomé en pleno vuelo, con un miedo amordazado por los vientos que tomaban al pequeño avión y lo sacudían, jugando al “corre que te pillo”… es que es una de las zonas mas riesgosas del mundo, con ventisqueros, montañas, bosques y lagos, lluvias, tormentas y fuertes vientos que pueden sobrepasar los 120 Km/h, tormentas de nieve, frecuente visibilidad cero, lluvias interminables, nieblas y neblinas, profundas quebradas,  cerros y montañas que juegan a esconderse en gruesas nubes, el hielo y el deshielo que suele afectar principalmente a las pistas de aterrizaje… es como para ir con susto…

Es una zona de héroes y proezas, de grandes accidentes, que pronto se olvidan, de temblores, terremotos, volcanes, naturaleza en su grado más salvaje y acogedor … es una zona de contrastes, en que la vida se hace amiga de la grandeza y pequeñez humana, en que afloran los grande valores humanos, pero también nuestra fragilidad, finitud, ojo de pobre, mano de pobre que, muchas veces espera solamente que el sol brille, que las nubes sean movidas por el viento, que la mar se calme, que la mesa tenga pan caliente y conversación afectuosa.

Esta foto es pasado, pero me trae al presente sus enseñanzas … me dice que vamos de paso, que nuestra ciudad es otra, de nada vale llenar el granero si queda sepultado en nuestras debilidades, enfermedades, abruptos cambios de la naturaleza ¿qué nos queda entonces? 
Buscar lo esencial, lo que no sepulta el volcán, dejar lo que plenifica la  mirada y el corazón, buscar esa vida que ningún avión capotado logra destruir… vivir la cultura de lo esencial…

W. Elphick D.