Esta pregunta salió en una
conversación que el Papa Benedicto XVI sostuvo con los periodistas que le
acompañaban en su viaje a México (marzo 2012).
La pregunta toma fuerza al
observar el rol que la Iglesia desempeña en América Latina, que siendo católica
vive en las peores condiciones de distribución de los bienes y servicios entre
su pueblo. A pesar del gran desarrollo
de muchos países, ha aumentando la brecha entre ricos y pobres... la mayoría de
esos países y sus economías dirigidas por católicos.
El cuestionamiento de los
periodistas al Santo Padre estaba en la linea de cuestionar si la Iglesia está
haciendo todo lo posible por levantar las temáticas sociales en su discurso y
en su quehacer o más bien se le ha quitado su participación y preocupación por
insertarse en ese sector. Y
¿En ese contexto se puede
hablar de una nueva "teología de la liberación"?
Parece que el tema no está
tan claro
entre la Iglesia jerárquica
y la Iglesia en la voz de los teólogos latinos.
entre la Iglesia jerárquica
y la Iglesia en la voz de los teólogos latinos.
Cuando se habla de Teología
de la liberación,
de inmediato surge una suerte de amonestación:
Si, haga teología, pero sin caer
en aquellos excesos que se la han criticado:
excesivamente política, revolucionaria, poco espiritual, etc.
de inmediato surge una suerte de amonestación:
Si, haga teología, pero sin caer
en aquellos excesos que se la han criticado:
excesivamente política, revolucionaria, poco espiritual, etc.
Uno como simple laico y con una básica formación teológica
es poco lo que puede aportar a esta discusión ...
pero si entiendo una simple cosa que me enseñó Bernardino Piñera:
No olvides que ningún dolor o alegría humana es ajena a la FE.
Eso me entusiasmó siendo joven y me anima hoy ya algo viejo.
Este Señor ql que seguimos NADA de lo humano le fue indiferente.
Es más, optó por los más pobres, les llamó bienaventurados,
los pequeños regalones de Dios...
¿Cómo no creer en una Iglesia que mantiene esa tradición?
es poco lo que puede aportar a esta discusión ...
pero si entiendo una simple cosa que me enseñó Bernardino Piñera:
No olvides que ningún dolor o alegría humana es ajena a la FE.
Eso me entusiasmó siendo joven y me anima hoy ya algo viejo.
Este Señor ql que seguimos NADA de lo humano le fue indiferente.
Es más, optó por los más pobres, les llamó bienaventurados,
los pequeños regalones de Dios...
¿Cómo no creer en una Iglesia que mantiene esa tradición?
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