Estar desnudo de todo... ante todos
Cuando uno ve a una persona desnuda
(cuando no lo es por propia voluntad)
uno tiende a cubrirlo, a protegerlo.
O bien lo desnudamos para explotarlo sexualmente,
o para ridiculizarlo, para mostrar su ignorancia,
Pocas veces valoramos la fuerza de la desnudes humana
como un signo de develar, de mostrar lo que realmente somos...
Despojarnos, saber perder y soltar, dejar nuestras "vestiduras" ... es una tarea permanente y tan necesaria... |
En lo personal no me gusta andar desnudo...
pero en esta operación que les vengo contando,
me pusieron esta pequeña bata,
que no cubre toda la humanidad que uno quisiera...
se da vuelta y muestra un cachete o nalgita,
se sienta a conversar y las piernas quedan todas al aire...
pese a esto, es increíble lo que esta batita me enseñó...
pero en esta operación que les vengo contando,
me pusieron esta pequeña bata,
que no cubre toda la humanidad que uno quisiera...
se da vuelta y muestra un cachete o nalgita,
se sienta a conversar y las piernas quedan todas al aire...
pese a esto, es increíble lo que esta batita me enseñó...
Primeramente me hizo sentir la desnudez física,
"acá todos los enfermos la usan",
me dijo gentil pero con voz de comando una enfermera...
ponerme algo que me incomoda,
que me muestra sin mis acostumbradas "coberturas"...
no tenía mi chaqueta, mi camisa regalona,
tampoco la corbata que tanto adorna y cubre las manchas de la camisa...
"acá todos los enfermos la usan",
me dijo gentil pero con voz de comando una enfermera...
ponerme algo que me incomoda,
que me muestra sin mis acostumbradas "coberturas"...
no tenía mi chaqueta, mi camisa regalona,
tampoco la corbata que tanto adorna y cubre las manchas de la camisa...
Esta desnudez me hizo experimentar otras cosas,
de cierta forma la pobreza, el no tener nada para cubrir esas zonas que deseo ocultar...
mis rollitos por ejemplo...
¿Y en la vida no vamos cubriendo nuestras miserias,
debilidades, egoísmos, apariencias?
¿No les aplicamos "cosméticos" sociales,
el título obtenido, la universidad en que estudiamos,
el auto, el cargo, los amigos como "contactos"?... uf,
nos vestimos de tanta cosa secundaria, burdas, exitistas... cáscara, máscara...
de cierta forma la pobreza, el no tener nada para cubrir esas zonas que deseo ocultar...
mis rollitos por ejemplo...
¿Y en la vida no vamos cubriendo nuestras miserias,
debilidades, egoísmos, apariencias?
¿No les aplicamos "cosméticos" sociales,
el título obtenido, la universidad en que estudiamos,
el auto, el cargo, los amigos como "contactos"?... uf,
nos vestimos de tanta cosa secundaria, burdas, exitistas... cáscara, máscara...
Allí, frente a mi desnudez, me miraba en el espejo...
¡ese soy yo!, un pobre hombre que acostumbrado al juego de las apariencias,
odiaba este pequeño atuendo hospitalario...
¡ese soy yo!, un pobre hombre que acostumbrado al juego de las apariencias,
odiaba este pequeño atuendo hospitalario...
Allí reflexionaba gracias a a esto, que desnudo nací,
sin nada que me disfrazara ni vistiera de arrogancia,
de telas coloridas, de zapatos, cinturones, de ritos sociales ...
Desnudo un día dejaré este mundo.
Desnudo me presentaré ante TI Señor,
con la piel que me diste, con mis huesos y mis manos,
sin nada en ellas, más que el recuerdo de las pocas semillas que planté en la vida.
Danos la humildad de aprender a desnudarnos
de todo lo accesorio que cubre nuestro rostro verdadero,
danos la sencillez para desnudar
nuestro lenguaje (hablar con claridad y verdad),
para desnudar nuestra mirada
(no "ver debajo del agua" no imaginar ataques aparentes);
para desnudar nuestro pensamiento de todo aquello que no sirve,
los yoísmos, las ideas contaminantes de los ambientes, las frases irónicas y burlonas...
Desnúdame Señor, para no esconder nada,
ni la verdad, ni lo riesgoso de decirla;
hazme transparente frente a los demás;
despójame de los temores y del poder
que nace del temor a ser visto en mi desnudes,
en lo que realmente soy, con mis inseguridades y errores.
Hazme valorar tu propia desnudes en la cruz,
por hacerte nada, siendo Dios; por expresar sin temor tu angustia y soledad;
por tu apertura a entregar la capa que te cubría;
por tu libertad para hablar y callar;
por tu decepción de la comunidad que formaste.
Hazme valorar la fuerza de tu palabra y el saber hacer silencio,
un desnudo silencio que hasta hoy nos sigue susurrando que venciste a la muerte.
Un desnudo silencio que hoy nos sigue llamando por nuestro nombre,
que nos grita por nuestro nombre para ser tus discípulos y misioneros
en medio de tanto plumaje, tanto ropaje elegante,
tanto disfraz y juegos de apariencia ... desnudos, nos quieres desnudos...
Le saluda, con algo de verguenza, Winston Elphick D.