¿Quién está más cerca de Dios?





Hay Personas que Dicen: 
Padre ruegue por mi, 
usted que está más cerca de Dios....

Usted no lo diga!!! 



- A pesar del estudio y del tiempo que el Sacerdote o la monjita dedica a Dios, no significa que por esto este "mas cerca" de él que el vendedor, el medico o un profesor.- La perfección cristiana no sólo se puede alcanzar siendo consagrado (Sacerdote o religiosos/as), sino también en la vida soltera o casada.
- Viviendo lo que Dios nos ha llamado a ser (Vocación), se logra la perfección cristiana, en el estado de vida que cada fue llamado (casado, soltero, consagrado).
- Todos, consagrados o laicos (los fieles en general) estamos cerca de Dios, si buscamos la vida que nos pide.
- Usted, en su casa o en su trabajo está tan cerca de él como el sacerdote o el Papa en sus actividades religiosas.

por: Winston H. Elphick D.

Castigo de Dios





Hay Personas que Dicen: ¡Esto es castigo de Dios! ¡Por algo nos envió este terremoto!

Usted no lo diga!!! 




- Frente a situaciones tristes, como el desastroso temporal reciente que produce muertes y miseria, muchas personas se quejan contra Dios, se rebelan: ¡Dios es injusto!, otros, los más espiritualistas, dicen esto es obra de Dios, ¡El lo quiere así!. Sin saber con exactitud la respuesta, quiero plantearle algunas interrogantes:

- ¿Ud. Castigaría a su hijo, a tal punto de quitarle la vida?

- ¿Si Ud. No lo hace, Dios con mayor razón: El nos ama insondablemente.

- ¿No será el desahucio del hombre y su imprevisión los que provocan las desgracias?...

- Si existen personas damnificadas, es porque existen pobres, mas aun personas que viven en la miseria en contradicción con aquellos que lo tienen todo. Ciertamente que un techo de fonolitas o una casa sin bases firmes no dura mas allá de un aguacero... menos con este temporal.

- No confundamos entre la voluntad de Dios y la Injusticia, (que produce pobres), de los hombres.

 Winston H. Elphick D.

Fin del mundo y calendario Maya


Hay Personas que Dicen: El calendario Maya dice que la tierra desaparecerá el 23 de diciembre del año 2012.

Usted no lo diga!!! 




- Algunos incluso unen la confusión sobre el acercamiento del asteroide 2004 MN4 ese mismo año para sacar conclusiones catastrofistas.
- Los mayas fueron grandes astrónomos y su forma de medir el tiempo no estaba relacionada ni con los ciclos lunares ni con los estacionales; de hecho solo se sincronizaba aproximadamente con el año solar.
- Tras la invasión española en el siglo XVI el calendario dejó de emplearse, y no fue hasta la década de 1990 que los arqueólogos lograron reconstruirlo.
- Se cree que el formato que empleaban para contar los días estaba limitado a 1.872 millones de días, de modo que teniendo en cuenta la fecha de inicio, este calendario alcanzaría su valor máximo en torno al 23 de diciembre del 2012.
- Ahí es donde empiezan las predicciones agoreras. Lo que parecen olvidar es que los mayas veían al universo adscrito a ciclos diurnos, lunares, estacionales y solares. No existen razones para pensar que los mayas creyesen que el final de este calendario supusiese el fin del tiempo.
- ¿Qué bueno podemos sacar de esto? Dicen que los mayas predijeron miles de años atrás, que existirá gente que completará la sagrada misión de la "purificación de la Tierra" ... entraremos en una nueva civilización, más humana, para reflexionar sobre sí mismos y trabajar por un mundo mejor... ¿y esto no es una tarea permanente de los cristianos? ¡Por cierto que somos constructores de la civilización de la justicia, la verdad, el amor!

Autor: w. elphick d                              http://www.discipulomisionero.com

Mi vida será imperfecta si no estudio respetuosamente la vida de Jesús

¿Quién, quién es este hombre por quien tantos han muerto,
 a quien tantos han amado hasta la locura 
y en cuyo nombre se han hecho también -¡ay!- tantas violencias? 

Desde hace dos mil años, su nombre ha estado en boca de millones de agonizantes, 
como una esperanza, y de millares de mártires, como un orgullo. 
¡Cuántos han sido encarcelados y atormentados, 
cuántos han muerto sólo por proclamarse seguidores suyos! 
Y también -¡ay!- ¡cuántos han sido obligados a creer en él con riesgo de sus vidas, 
cuántos tiranos han levantado su nombre como una bandera 
para justificar sus intereses o sus dogmas personales! 

Su doctrina, paradójicamente, inflamó el corazón de los santos 
y las hogueras de la Inquisición. 
Discípulos suyos se han llamado los misioneros que cruzaron el mundo 
sólo para anunciar su nombre y discípulos suyos nos atrevemos a llamarnos quienes 
-¡por fin!- hemos sabido compaginar su amor con el dinero.

¿Quién es, pues, este personaje que parece llamar a la entrega total o al odio frontal, 
este personaje que cruza de medio a medio la historia como una espada ardiente 
y cuyo nombre -o cuya falsificación- produce frutos tan opuestos de amor o de sangre, 
de locura magnífica o de vulgaridad? 

¿Quién es y qué hemos hecho de él, cómo hemos usado o traicionado su voz, 
qué jugo misterioso o maldito hemos sacado de sus palabras? 
¿Es fuego o es opio? ¿Es bálsamo que cura, espada que hiere o morfina que adormila? 

¿Quién es? ¿Quién es? 
Pienso que el hombre que no ha respondido a esta pregunta 
puede estar seguro de que aún no ha comenzado a vivir. 

Gandhi escribió una vez: 
"Yo digo a los hindúes que su vida será imperfecta 
si no estudian respetuosamente la vida de Jesús". 

¿Y qué pensar entonces de los cristianos -¿cuántos, Dios mío?- 
que todo lo desconocen de él, que dicen amarle, pero jamás le han conocido personalmente?

Y es una pregunta que urge contestar porque, si él es lo que dijo de sí mismo, 
si él es lo que dicen de él sus discípulos, 
ser hombre es algo muy distinto de lo que nos imaginamos, 
mucho más importante de lo que creemos. 
Porque si Dios ha sido hombre, se ha hecho hombre, 
gira toda la condición humana. 
Si, en cambio, él hubiera sido un embaucador o un loco, 
media humanidad estaría perdiendo la mitad de sus vidas.

Conocerle no es una curiosidad. Es mucho más que un fenómeno de la cultura. 
Es algo que pone en juego nuestra existencia. 
Porque con Jesús no ocurre como con otros personajes de la historia. 
Que César pasara el Rubicón o no lo pasara, es un hecho que puede ser verdad o mentira, 
pero que en nada cambia el sentido de mi vida. 
Que Carlos V fuera emperador de Alemania o de Rusia, 
nada tiene que ver con mi salvación como hombre. 
Que Napoleón muriera derrotado en Elba o que llegara siendo emperador 
al final de sus días no moverá hoy a un solo ser humano a dejar su casa, 
su comodidad y su amor y marcharse a hablar de él a una aldehuela del corazón de África.

Pero Jesús no, Jesús exige respuestas absolutas. 
Él asegura que, creyendo en él, el hombre salva su vida e, ignorándole, la pierde. 
Este hombre se presenta como el camino, la verdad y la vida (Juan 14, 6). 
Por tanto -si esto es verdad- nuestro camino, nuestra vida, 
cambian según sea nuestra respuesta a la pregunta sobre su persona. 
¿Y cómo responder sin conocerle, sin haberse acercado a su historia, 
sin contemplar los entresijos de su alma, sin haber leído y releído sus palabras?"




José Luis Martín Descalzo
Escritor Sacerdote y periodista español nacido en Madridejos (Toledo). Cursó estudios en Roma. Ordenado sacerdote en 1953, fue profesor de Literatura en el seminario de Valladolid y dirigió, en la misma ciudad, un teatro de Cámara. En 1956 recibió el Premio Nadal. Su labor literaria incluye narrativa, ensayo, teatro y poesía. Entre sus obras de poesía figuran: Fábulas con Dios al fondo (1957), Camino de la cruz (1957), Querido mundo terrible (1970), Apócrifo (1975), Apócrifo del domingo (1983) y El joven Dios (1986). En narrativa: Diálogos de cuatro muertos (1954), La frontera de Dios (1956), El hombre que no sabía pecar (1961), Lobos, perros y corderos (1978), El demonio de media tarde (1982), Paco y su gata (1984). Como obras teatrales destacamos: La hoguera feliz (1962), A dos barajas (1972) y Las prostitutas os precederán en el reino de los cielos (1986).

Fallece el 27 de agosto de 1930- Madrid, 11 de junio de 1991.

FRAGIL

Por mucho tiempo pensaba que era como una dura y fuerte bola de acero: vanidad, autosuficiencia, la carrera, el trabajo, las apariencias, eran los signos del estatus que buscaba.  ¿Frágil yo?

Los años me han enseñado que en realidad mi vida,  yo entero, no soy más que una simple pompa de jabón… de alto vuelo, hermosos colores, de sutil danza, pero frágil, endeble, quebradizo, débil, sujeto de un deterioro cotidiano, de pensamientos, afectos y salud frágil.

El tiempo me hizo ver que la dureza, consistencia, solidez y fuerza de la juventud, pasan rápidamente y que al detenerme y mirar lo andado,  me veo caduco, perecedero, inconsistente, vulnerable, precario.

¿Qué se puede hacer conmigo?  Con este amasijo de huesos sentado y evaluando su paso por esta vida…  ¿Qué se puede hacer contigo? –siento que me pregunta la vida-

Debo dar una respuesta, efectiva…  solamente se me ocurre que tengo que abrirme al gran don de la fragilidad,  de sentir que con mi pequeñez creciente,  me hago felizmente más dependiente de la fuerza de Dios en mi vida.

Tengo la certeza que no es “debilidad”, sino fragilidad.  La debilidad me limita, me encierra, es la carcelera de mis sueños,  es la invalidez de mis pasos hacia la conquista de nuevas alturas.
Siento que este Dios del que acepto total dependencia,  no me hace débil, sino frágil, que es simplemente la capacidad de vivir humanamente la fragilidad de la vida.

Fragilidad es estar abierto a la imprevisibilidad del vivir, es saber que no puedo manejar todas las variables, incluidas las de la otra gente.

Es asumir que no soy autónomo,  que siempre soy un ser dependiente y relacionado con los demás…  es vivir la armonía de la complementariedad…
Es descubrir el enorme valor de que soy co-credor,  con Dios, con la naturaleza, con los demás  ¡al fin, no somos islas, sino continentes llamados a co-crear!
Estamos llamados a ser con otros un tejido vivo, hebra unida con hebra…

Es aceptar mis límites como una posibilidad para que los otros puedan desplegar sus capacidades.

He aprendido que primero hay que valorar LO QUE SOMOS, luego trabajar lo que sabemos y LO QUE HACEMOS… esto último es importante,   pero lo primero es esencial…  sin eso simplemente no existo como humano,  sino como ser productivo, eficiente, racional, animal…

La fragilidad me ha enseñado a que existe un nuevo derecho humano: el derecho a equivocarnos, a no acertar, a trastabillar, a tartamudear…  He aprendido que un fracaso tiene algo de logro, en la medida que se convierte en escuela.
La soberbia inhabilita la enseñanza del error. En cambio la aceptación de nuestras  equivocaciones nos ayuda a entender que el modelo de competitividad  y neo mercadista del éxito y crecimiento constante,  destruye la esencia colaborativa del ser humano y lo reviste de una capa de acero, chocando y guerreando, pero con un innegable interior de fragilidad humana.

La fragilidad me ha enseñado que también los otros son limitados como yo, que la “solidaridad fragilitaria”, se expresa en la acogida, el aceptar y cuidar al otro, el descubrir que nuestros límites, nos abren a una mayor creatividad, tolerancia, afecto, comprensión,  colaboración.

La fragilidad le dijo a mi  boba Inteligencia que hay algo más, que ella sola  es simplemente química, neuronas actuando, pero que junto al afecto, a la fe, al buen actuar,  se hace animadora y servidora de la vida plena.

La Fragilidad me ha permitido creer y esperar que todo pasa, que nada efectivamente logra anular la mirada de futuro, la esperanza de que otra vida es posible, de que otro mundo surge en medio de este.

Me ha hecho entender esa aparente contradicción entre indigencia y grandeza humana que Santa Teresa de Avila lo grafica al hablar de la “osadía” de la hormiga: “Oh grandeza de Dios, y cómo mostráis vuestro poder en dar osadía a una hormiga. Y cómo, Señor mío, no queda por Vos el no hacer grandes obras los que os aman, sino por nuestra cobardía y pusilanimidad”.

Qué grande y bueno eres Señor nuestro, que muestras tu enorme poder y confianza al dar una incansable osadía y fe a estas frágiles y pequeñas hormigas.


Autor del texto y foto: Winston H. Elphick D.

SEGUNDO GALILEA ... HA RESUCITADO

Después de una misa celebrada en la capilla de la Residencia Sacerdotal Santo Cura de Ars, en Manuel Montt 1467, los restos del Padreegundo Galilea, fallecido en la mañana del jueves 27 de mayo, fueron sepultados en el Cementerio Católico.




La misa fue presidida por el Obispo emérito Jorge Hourton y concelebrada por Monseñor Antonio Moreno, Arzobispo emérito de Concepción; Monseñor Sergio Valech, Obispo emérito de Santiago; el Padre Manuel Paz, Vicario de la Zona Oriente; el Padre Julio Dutilh, encargado del Departamento del Clero, y sacerdotes amigos del Padre Segundo como los presbíteros Alfonso Baeza, Mario Garfias y Fernando Tapia, entre otros presbíteros residentes de la casa, familiares y amigos.

En la homilía, Monseñor Hourton recordó que había recibido en el Seminario al entonces joven estudiante Segundo Galilea, con quien tuvo una gran amistad, y destacó rasgos de la vida del fallecido sacerdote. El Padre Fernando Tapia comentó que era “un hombre de Dios, de profunda oración, empapado en el Evangelio, lo que se traducía en una vida muy sencilla, muy pobre”. Recordó que el Padre Galilea era llamado de distintas partes de América Latina y del Norte, también de Asia, para predicar retiros. “Su vida fue ayudar a las personas a un encuentro con Dios y a crecer en el discipulado de Jesucristo. Creo que es uno de los que más ha aportado a la renovación de la Iglesia en América Latina, como director del Instituto Pastoral Latinoamericano, cuando se inició la reforma pastoral después del Concilio”.

Por su parte, el Presbítero Alfonso Baeza, ex vicario de la Pastoral de los Trabajadores, recordó al Padre Segundo Galilea como un hombre sencillo, cercano y sabio. "Nos ayudó mucho en la creación y formulación del trabajo de la Vicaría de Pastoral Obrera. Fue un hombre extremadamente generoso y humilde”.

Predicó retiros e numerosos países
El Padre Segundo había nacido el 3 de abril de 1928. Fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1956. Fue un destacado exponente de una corriente de la Teología de la Liberación. Como director del Instituto de Pastoral Latinoamericano, con sede en Bogotá, Colombia, hizo importantes aportes a la Pastoral de la Iglesia en América Latina. Su pensamiento teológico, pastoral y espiritual, quedó plasmado en numerosos libros, publicaciones y escritos. Como predicador de retiros espirituales, recorrió casi todos los países de nuestro continente, viajando igualmente a Europa, Asia y África. Por varios años fue misionero en Cuba.

En la Arquidiócesis de Santiago trabajó pastoralmente en las parroquias de Nuestra Señora del Carmen, de Til-Til; de la Santa Cruz, en la comuna de Ñuñoa; y del Sagrado Corazón de Jesús, entre otras.

Fuente: DOP Santiago www.iglesiadesantiago.cl 

Esa intocable tecla de apagado … o pensando en la posibilidad de vivir el sano y olvidado ocio…



Lo invito a un ejercicio.
¿Sabe usted cuál es la tecla menos usada del control de la televisión o el cable? … efectivamente, la del apagado, permanece limpia, clara en sus dibujos y fuerte ante su poder.

“Yo soy quien tiene el control en esta casa” –dirá esta autoritaria tecla –
“A mí nadie me toca, me manosea,
ni me viene a apretar ni amasar en forma desesperada porque no funciona …
simplemente yo soy intocable, doy poder, hago que funcione, pero yo no trabajo…
Mi tarea es vigilar y controlar que todas mis teclas funcionen…
¡Esa soy yo, la tecla del encendido y apagado del televisor!”

¿Qué gano si puedo vencer a esta autoritaria tecla?

·      El tocar esta tecla y apagar la TV, me despierta del sopor.
·      Abre ventanas de mundos no visitados de actividades de ocio,
·      Nos libera de poder de esta caja idiota o caja negra.
·      Nos vuelve ecológicos, reducimos el consumo de electricidad y nos movemos, hacemos ejercicios, salimos al campo, a la plaza, a caminar.
·      Nos vemos obligado a pensar ¿Qué hacemos ahora Dios mío con la TV apagada?


Llenamos el tiempo libre de actos-basuras.
El uso del tiempo libre y la ansiedad que provoca en algunos adultos y niños el tener tiempo pero sin “tener nada que hacer” nos ha llevado a convertir el tiempo libre en un nuevo “trabajo”, tan lleno de actividades y tensionante como el tiempo laboral o escolar.
Los padres tienen mucho que hacer, la casa, la ropa, el arreglo del pelo y la tintura, las visitas al shopping  y las ofertas “sólo por hoy”.  Inventando viajes snob para poder contar sus aventuras… que nos distinguen como familia de buena clase social.
Los hijos llenos de llamados en el chat que deben responder y de tareas escolares interminables.
Vamos repitiendo el modelo laboral y productivo en la casa, en el tiempo libre… vivimos para el trabajo, para la productividad, para la caza de amigos, para la colección de videos en youtube.

 ¿Para qué todo esto?
¿Qué sentido tiene pasarse la vida moviéndose, sin pararse nunca a pensar. Cargada de tareas laborales y de ese exceso de actividades habituales. ¿Acaso es esto aprovechar el ocio? ¿Estamos ganando o más bien perdiendo?
¿No será que este exceso de actividades esconde a menudo simplemente miedo?

·      A pensar
·      A discutir
·      A romper la costumbre del “dejarse llevar”.
·      A tener que conversar un poco más…

El buen uso del ocio.
El buen ocio nos enseña a usar de mejor forma el tiempo. Nos quita prejuicios como el sindrome del turista, que es la sensación de angustia o desengaño, esa insatisfacción de quienes vuelven de vacaciones, esa sensación de haber perdido tiempo, de no haber ganado nada con este paseo.
Es la mentalidad productiva y enferma que pone como condición del uso del tiempo libre a que sea algo productivo. No es lo mismo decir, el fin de semana vi el partido del Madrid con el Barcelona, dos películas maravillosas… que decir: el fin de semana me dediqué a pensar, a caminar por mi barrio … ¡Uf, pero que aburrido, esta mujer no tiene cable acaso! –pensará quien le escucha-

Pensar, reflexionar, crear, idear cambios.
¿Cómo se podrán cambiar los malos hábitos sino tenemos tiempo para pensar en ellos? Si cada minuto del fin de semana lo tenemos copado en mirar TV, chatear, navegar en páginas idiotas, subir fotos que muestren lo ocupado e importante que soy-
¿Cómo se puede pensar mientras viajo raudo e histérico  a la playa, para llegar antes y poder hacer lobbie con un vecino del edificio?
¿Cómo podré reflexionar si vivo pensando en el terror de estar sólo, por tanto debo  programar un asado con los amigos o bien tener esas interminables conversaciones por teléfono, para repetir lo mismo que vivió, con los mismos que conversa, en el día de trabajo?

El click mágico y doloroso.
Necesitamos de esa tecla del apagado, el desconector de las actividades locas que me permiten justificar mi tiempo sobre un exceso de actividades y agitación, que me evita pensar y sentir en lo que es realmente importante para mi vida, para nuestra vida.
El ocio personal es el bien mayor del que puedo disponer. El ocio en familia es lo más gratificante que podemos regalar a los otros. El ocio es la mayor inversión en calidad de vida familiar y personal.

Niños aburridos ¿niños ociosos?
No Señor, no nos engañemos. El niño aburrido, al que hay que crearle entretenimiento, que es incapaz de actuar sin la tecla de encendido, no le preocupa el “ocio”, le preocupa el “negocio”: ¿qué hacer? ¿cómo mostrarme ocupado y haciendo algo interesante? ¿Cómo sumar amigos en Facebook?  ¿Cómo demostrar que tengo más fotos comentadas por mis “contactos”? ¿Cómo le gano a mi compañero de curso en tener más “posteos”?

El desprestigio del ocio.
Si, efectivamente llamamos “ocioso” a un tipo flojo, impávido frente al trabajo. Hemos desprestigiado la palabra, hemos olvidado que su riqueza viene desde los griegos, los “ociosos” por esencia. Ellos veían en el tiempo de ocio una oportunidad para pensar, reflexionar, filosofar, proyectar. Veían el “ocio”, contrario al “negocio” la negación del ocio, el estar preocupado de “hacer” cosas, por sobre el “ser”. El negocio mata el tiempo del silencio, de la introspección, del pensar bien para actuar mejor, del detenerse como condición del avanzar.

El ocio crea y “produce”.
Es tremendamente “productivo”. Quien se mira, quien reflexiona sobre sus actos, ciertamente estará en condiciones de ordenar de mejor forma  sus opciones de vida y la mejoría de ella.
El buen tiempo de ocio en familia, hace de nosotros personas creativas, nos libera espacios para inventar, indagar, mirar los bichitos, usar la lupa y jugar con las hormigas o las hojas secas… ¿Cuánto poeta, pintor, filósofo, escritor, religioso, músico, emprendedor, no surgió gracias al  ocio?
El mismo Pablo Neruda, poeta chileno y Premio Nobel de Literatura, llenaría como adulto miles de hojas a partir de recuerdos de una infancia rodeada del ocio y de sus juegos en el bosque, de sus paseos entre locomotoras ancianas, frente al mar buscando hallazgos de naufragios imaginarios, de su “mamadre” (no le gustaba llamarla madrastra) que le hacia platos que abrían su fantasía (de allí la Oda a la Cebolla, Oda al Caldillo de Congrio, etc).
Muchas vocaciones maravillosas surgen a partir del bendito tiempo de ocio… pocas del “negocio”.

¿Tiempo perdido o invertido?
Quienes ven como tiempo perdido el vivir un fin de semana en una casa en el campo o en una playa sin gente, quienes ven perdido un fin de semana sin TV o Internet, sin chateo, sin redes digitales, sin contestar los correos electrónicos … viéndose “obligados” a caminar, a salir tomaditos del brazo, a tener horas para leer y pensar, dibujar y pensar, conversar y pensar,  escuchar y pensar … no saben del enorme aprendizaje que están logrando y que a futuro les dará buenos “dividendos” en su vida.

¿Cuáles por ejemplo?
·      Desarrollarán su creatividad e imaginación, base para emprender y abrir nuevas rutas.
·      Los hijos no re refugiarán en la vieja teoría de la inmovilidad: ¡estoy aburrido!
·      Los Padres tendrán tiempo para mirarse, tomar sus manos en silencio y sentir palpitar el corazón del otro.
·      Se abrirán al valor y rescate del silencio.
·      Podrán disfrutar de la música, del arte que nos muestran las hojas secas.
·      La lectura nos abrirá a nuevos mundos, misteriosos, enigmáticos, entusiasmantes.
·      La escritura nos ayudará a expresarnos y comunicarnos de mejor forma.
·      Podremos desarrollar ideas, proyectos, inventar en familia.
·      Mejoraremos nuestra vida, reflexionaremos  sobre el COMO estamos viviendo, el PARA QUE me “muevo” o “negocio” tanto con mi tiempo, mis amigos, mi vida.

Gane la batalla.
Sea capaz de demostrarle a la tecla maldita, que usted tiene el control y apague los equipos de música, la TV, el computador u ordenador. Rompa con el clásico fin de semana, revolucione sus horas, invente. Haga la prueba y me cuenta, seguro que gana.

W

Foto: Tomada por el autor de este artículo, Winston H. Elphick D. en la ciudad de la Serena, mirando hacia la península de Coquimbo, IV región de Chile... un hermoso momento de ocio.

¿ESTUDIAR O AMAR A DIOS?


Los teólogos buscan a Dios mediante complejos estudios.
Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.
Jesús ofrece otro camino: nos invita a mirar a Dios como Padre,
a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado,
y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo.
Nos enseña así a abrirnos al misterio santo de Dios.

Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano,
bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido.
Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza,
sino su bondad y su compasión infinita.

Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende,
nos quiere y nos perdona como nadie. Nadie está solo.
Jesús nos muestra que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón:
construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno,
más justo y solidario. Jesús lo llama "reino de Dios"
e invita a todos a entrar en ese proyecto del Padre
buscando una vida más justa y digna para todos
empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.

Jesús invita a sus seguidores a que confíen también en él:
"No se turbe tu corazón. Crees en Dios; cree también en mí".
Él es el Hijo de Dios, imagen viva de su Padre.
Sus palabras y sus gestos nos descubren cómo nos quiere el Padre de todos.
Por eso, invita a todos a seguirlo.
 El nos enseñará a vivir con confianza y docilidad al servicio del proyecto del Padre.

Con su grupo de seguidores, Jesús quiere formar una familia nueva
donde todos busquen "cumplir la voluntad del Padre".
Ésta es la herencia que quiere dejar en la tierra:
un movimiento de hermanos y hermanas al servicio de los más pequeños y desvalidos.
Esa familia será símbolo y germen del nuevo mundo querido por el Padre.

Para esto necesitan acoger al Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús:
"Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá
sobre ustedes y así serán mis testigos".
Éste Espíritu es el amor de Dios, el aliento que comparten el Padre y su Hijo Jesús,
la fuerza, el impulso y la energía vital que hará de los seguidores de Jesús
sus testigos y colaboradores al servicio del gran proyecto de la Trinidad Santa.

FUENTE: JOSÉ ANTONIO PAGOLA



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