19. Mito de la ingratitud evaluativa
“Un día me PUSIERON un tres;
pero otro día
me SAQUÉ un siete”
Es probable que usted, siendo estudiante,
haya dicho también estas palabras. Hoy son repetidas por nuestros alumnos, que
de alguna manera expresan esta separación entre lo que hace el alumno (sacarse
buenas notas) y lo que genera el docente (“poner” malas notas al estudiante).
Lo anterior lo podemos vincular con un
tema más amplio: nuestra capacidad para manejar el conflicto y la frustración,
tanto de parte del docente como del estudiante.
¿Cómo podemos remediar esta situación?
Formando en la responsabilidad por las acciones previas y por la
responsabilidad personal en los resultados. No basta hacer una “autopsia” de
los malos resultados (análisis de las notas obtenidas, tras el proceso
educativo), sino es necesario formar en la responsabilidad por las acciones
previas a ese resultado, poner atención en el proceso y no solamente en el post.
Debemos también cambiar el tipo de
análisis, no basta con decir ¿Quién se hace cargo de esta nota?, sino más bien
¿Quién toma la responsabilidad por llegar a buenos resultados académicos?
Ciertamente aparecerá más de una persona responsable.
Es fundamental trabajar con los
estudiantes, el asumir responsabilidades sobre las consecuencias de sus
acciones, por ejemplo si decide ir a una fiesta con los amigos, cuando al otro
día tiene una evaluación importante ¿Eso no afectará los resultados?
El estudiante debe ser ayudado para que
sea crítico en la forma en que usa su tiempo y desarrollar su habilidad para
identificar las decisiones críticas en el momento adecuado… ¿Qué debo hacer
para lograr el resultado que espero?
Los docentes junto a los padres deben
fortalecer la idea y la acción de que el primer responsable de los procesos
educativos es el propio estudiante en sus decisiones respecto de su proceso de
enseñanza.
Así romperemos varios mitos de la
evaluación, entre ellos, que se ha concebido como una “medición” ejercida por
el docente, que el estudiante es un
elemento pasivo del sistema evaluativo, que siempre es unidireccional y
jerárquica, olvidando otras instancias evaluativas como la autoevaluación y
coevaluación.
Tarea para la casa:
¿Cómo podemos evitar el análisis centrado
en el post o en la autopsia del proceso evaluativo?
¿Estamos educando en la responsabilidad
por las acciones previas y por la responsabilidad personal en los resultados
educativos?
¿Percibo como educador, que una mala
evaluación obtenida por el estudiante es también mi mala evaluación?
¿Acojo la crítica hacia mi trabajo o me
tensionan los padres o estudiantes que opinan de mi tarea?