Charles Darwin nos hizo ver que el peso genético es muy fuerte,
Que somos seres en permanente evolución,
que hemos nacido de la tierra, del "humus" y que por eso somos "hombres".
Y pese a esto todavía existen algunos Señor, que contraponen
la teoría de la evolución con la mirada de la creación divina...
Somos seres que vamos en constante evolución,
no terminamos de nacer, lo vamos haciendo cada día,
permanentemente voy muriendo y voy naciendo.
En el camino voy dejando células muertas, sueños abortados,
amigos perdidos, posibilidades no explotadas.
Pero también voy renaciendo cada día,
con nuevas células, con mayor sinergia, con dinamismo,
con sueños y trabajos por realizar.
Este Dios no nos deja tranquilos, siempre llama a más...
Pero también es cierto Señor que pareciera
que la fuerza genética del mono aún no ha evolucionado totalmente en nosotros,
nos coge de cuando en cuando y se manifiesta amordazando a la razón.
Transforma nuestras palabras y los gestos,
nos hace señores de la metralla, amantes de la bravura, peones de la violencia.
Nuestro primer idioma como género humano fue el gemido,
el gesto acompañado del grito, del salto, del espanto.
Era necesario gritar y contorsionarse hasta el dolor del rostro
si era necesario para manifestar el peligro
que significaba el aparecimiento de un animal peligroso para la vida del grupo.
No bastaba un grito, era necesario el acompañamiento
de cada músculo que levantara las piernas y los brazos,
que se convertían junto al brutal esfuerzo de la garganta,
en la alerta salvavidas de aquellas pobres
primeras comunidades en proceso de huminización.
Era la sed de comunicación que llevó al simio
a dar el salto hacia la humanidad comunitaria.
Era la fuerza imparable de la evolución que requería un código
que vinculara a los miembros de una misma tribu,
este sería el canal para seguir la ruta del crecimiento.
Era el nacimiento de la lengua articulada y del idioma común,
era la semilla de fraternidad que este Dios trinitario-comunitario
quiso colocar en toda vida humana...
Este Dios nos hizo sus hijos y nos hizo hermanos...
a pesar de que a veces lo olvidamos.
No sabía que los católicos aceptaban la teoría de la evolución ¿será por estrategia ya que no queda otra?
ResponderBorrarPaulina