Este artículo no es mío, es de un amigo que fue Sacristán, aquel que ayuda al sacerdote en la misa y tiene a su cuidado los ornamentos, la limpieza y el aseo de la iglesia y sacristía. Por eso me permití titularlo como "Los Archivos del Sacristán" , este segundo artículo nos relata una historia impactante. El Embajador que logra salvar a más de 1.300 chilenos... le invito a leer este segundo artículo:
La noche del miércoles 12 de septiembre de 1973
La noche de
este miércoles está sombría, en el cielo ni siquiera ha aparecido la luna. El
silencio de estas horas se quiebra cada cierto tiempo; se escuchan tiros,
tableteos de metralletas y gritos guturales que siempre parecen muy cercanos.
Todo esto provoca que los santiaguinos permanezcan escondidos y bajo una gran
tensión.
En la parte
alta de la ciudad, en una mansión vacía, llena de muebles de buen gusto,
libros y obras de arte; un hombre rubio,
alto y delgado, se pasea meditabundo, mientras, sus ojos azules escudriñan cada
rincón. Él es Harald Edelstam, Embajador de Suecia, el lugar: la Embajada de
Cuba. El diplomático se encuentra
apesadumbrado por la muerte de Salvador Allende. A pesar de concordar
que lo único que podía hacer el Presidente, en la circunstancia que estaba
viviendo, era suicidarse, siente el dolor de la pérdida de un gran amigo.
La luz se ha
ido, hace ya 9 horas que un funcionario de la Junta de Gobierno se apersonó en
esta legación llevando un papel amarillo entre las manos. Era un documento en
que se consignaba que el nuevo gobierno rompía relaciones diplomáticas con la
isla de Cuba, además, de ordenar la salida inmediata de los funcionarios
cubanos.
La tropa que
rodea la residencia pretendió en algún momento asaltar la misión. Ante esto,
los cubanos la hubiesen defendido a como
diera lugar. Finalmente, el gobierno de facto eligió romper relaciones
diplomáticas.
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El embajador al entrar a la Embajada Cubana |
Edelstam había
salido de su casa con la luz del día, en pleno toque de queda. Su aspecto
nórdico y su metro noventa de estatura, más su pasaporte diplomático habían
hecho posible que pasara el fiero cerco, impuesto por los militares, que
rodeaba la sede cubana. Los uniformados se impresionaron con la prestancia del
embajador, y es más, nunca antes habían visto uno.
En el interior
de la delegación, al término de una prolongada conversación con el
representante de Cuba, Harald Edelstam se queda a cargo de esta delegación. Al rato llega un bus en el que
los funcionarios extranjeros se
trasladarían al aeropuerto de Pudahuel.
Apenas parte
el bus, el embajador nórdico despliega una bandera de su país en el asta vacía,
el valor de la diplomacia transforma, con tal acto, a la casona en territorio
sueco. En la sede ya se encuentra el que sería su primer asilado: Max Marambio, quien permanece en lo que fuera la Embajada de Cuba 10 meses, luego
gracias a las gestiones del diplomático sueco Ulf Jertonson logra salir de
Chile rumbo a Suecia.
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Actual Corporación Harald Edelstam en Chile |
Harald Edelstam continua paseándose, se detiene para mirar las
estrellas que parecen tan lejanas, mientras, su joven huésped duerme profundamente.
Los militares alrededor del recinto diplomático se encuentran en plena guerra.
Nota: Harld Edelstam en colaboración con diversos grupos de rescate llega a salvar 1300 chilenos, sin importarle sexo, religión ni posición política.Gustaf Harald Edelstam (Estocolmo, 17 de marzo de 1913-ibídem, 16 de abril de 1989) fue un diplomático y embajador sueco, recordado por sus intervenciones en Noruega durante la Segunda Guerra Mundial, cuando protegió y rescató a personas de religión judía y a miembros de la resistencia al régimen pro-nazi y en Chile en 1973, donde rescató y protegió a numerosos perseguidos políticos después del golpe militar de Augusto Pinochet. Se le conoció por el apodo de El clavel negro en referencia a La pimpinela escarlata, también como «El Raoul Wallenberg de los años 70».La película El clavel negro es una mezcla entre el documental y la ficción, se desarrolla con hechos reales de la vida de Gustaf Harald Edelstam durante su estancia en Chile. Fue dirigida por Ulf Hultberg y Åsa Faring y protagonizada por Michael Nyqvist.