La fuerza y la debilidad

Esta fotografía está tomada bajando al lago Elizalde, 
al interior de Coyhaique al extremo sur de Chile, si mira al fondo a la derecha, lo podrá ver.
Foto tomada por W. Elphick al extremo sur de América Latina ... la Región de Aysén de Chile

Es como usted lo ve, la simpleza de la tarde 
y de esta hermosa escena me generó esta reflexión :
¿Cómo opera la grandeza y la debilidad humana en mis acciones cotidianas?

El toro es el señor de la montaña, inspira respeto y como los reyes antiguos, 
un irracional temor de quienes pasan por su lado. 
Se mueve a paso lento, pero no lo detiene nada ni nadie, 
el sabe el trabajo que tiene que hacer y lo hace. 
El podría ser el signo del orgullo y la autosuficiencia 
que de pronto nos coge y nos hace actuar 
como toros o bueyes poderosos frente a los demás.

La pequeña gallina es saltarina, pequeña, temerosa, inquieta, 
no es territorial ni conquistadora. 
Ella podría ser el signo de mi debilidad moral y existencial, 
esa  humildad de reconocernos pobres, limitados, inseguros, inestables.

Ambos, buey y gallina conviven en mi interior.
Vamos caminando con su compañía,
un día fuertes y seguros, otros con dudas y debilitados.
Un día un pequeño tropieza nos desmorona,
una pena, un resfrío, un rechazo, una dificultad profunda
nos hace correr como una simple gallina atemorizada por el campo.

Otro día nos surge el toro, el buey avasallador y fuerte,
ese capaz de lograr todas las metas, aún teniendo que pisar y pasar por otros.
Pablo de Tarso dijo que cuando estoy débil, luego me hago fuerte.  

Cuando manejo mi debilidad y aprendo de ella, logro crecer.
Cuando pongo el poder y la fuerza al servicio de la comunión
logro crecer y reconocer que la fuerza 
y la debilidad siempre las tendré como compañeras.

¿Cómo está su buey y su gallina interior?







¿Qué es la Soberanía Alimentaria?



Desde la investigación aplicada para sostenibilidad, creo que la Soberanía Alimentaria constituye un punto de encuentro, debate, aprendizaje colectivo y en definitiva una ventana de oportunidad para dotar de espíritu crítico y aplicabilidad a nuestras investigaciones en temas ambientales, de manera que sean útiles para el conjunto de la sociedad y contribuyan a una sostenibilidad real, ecológica y social. 

La investigación, como los alimentos, la hacemos realidad mujeres y hombres, a menudo invisibles, pero que creemos en la posibilidad de transformar el mundo con nuestro trabajo. 

La Soberanía Alimentaria es para mí, como ecóloga, investigadora y ecologista militante, es la manta que, mientras tejo, mantiene el calor de mi motivación y me une a personas de todo el mundo ocupadas en seguir tejiendo esa misma trama para alimentar al mundo con el calor de la tierra.


Elisa Oteros. RedES para la Sostenibilidad.                         Universidad Autónoma de Madrid.



La Soberanía Alimentaria es la idea que me faltaba para cerrar el círculo, 
para ordenar la ensalada de conceptos que se han ido incorporando a mi vida. 
Estoy por el decrecimiento, 
pero a la vez siendo consciente de cómo consumo, 
y dónde pongo el dinero que no puedo evitar gastar. 

Me interesa la permacultura, pero no como salvavidas personal, 
sino como forma de reconciliación con el medio, 
como una forma viable de seguir adelante. 

La ecología no es un deber, o una moda. 
Es el resultado de la comprensión y el respeto de los procesos naturales. 
Respeto la lucha antiglobalización, 
pero no por miedo a un fantasma que acecha, sino conociendo ya, 
y cada día un poco más, cómo la globalización afecta a todos los seres. 

Colaboro en cooperación internacional, pero no aportando algo de dinero. 
De repente mi participación diaria ayuda 
a ir cambiando los circuitos comerciales, restituyendo el orden perdido, 
mejorando las condiciones de las personas en los países del sur, del norte, este y oeste. 

Trabajo en colectivo, en un proyecto que considero sencillo y necesario. 
Hago las tareas que me corresponden en el grupo de consumo, 
asisto a las asambleas, intento participar en las propuestas,...
Y poco a poco he conseguido que esa acción rutinaria e inevitable de comprar comida, 
se convierta en una forma de tomar conciencia 
de las posibilidades que ofrece el trabajo conjunto, 
de lo difícil que es organizarse sin líderes, 
de lo importantes que somos cada persona en un colectivo...

Inés Payá. Activista.
Grupo de Consumo L’Alficós 

Soberanía Alimentaria


La soberanía alimentaria 
es para mí el escaparate 
de una nueva forma de organización social. 

Es un remanso de paz 
frente el modelo capitalista, 
incontrolable y devastador. 



Es una visión de sociedad adaptada a su entorno, 
con nuevas formas de trabajo 
(ahora casi inimaginables) que están esperando. 

Es casi un ideal pero sólo casi, porque es posible
Y casi, también, porque sabemos que no es perfecto 
porque nunca nada colectivo lo podrá ser. 
Porque aún cultivando nuevos alimentos, 
y con ellos nuevos valores, 
sabemos que nunca faltaran pequeños campesinos, 
sin éticas, que venderán ecológico sin serlo 
y nunca faltarán tampoco 
los que quieran acaparar y dominar al otro. 
Pero sabemos también que pueden ser minoría 
y que en un mundo a pequeña escala, 
más local, esto es menos lesivo y más controlable.

Ricard Cots. Consumidor 

Se hace necesario superar una economía monetaria 
que en lugar de crear riqueza la extrae de la naturaleza para, 
después de concentrarla en pocas manos, devolverle residuos contaminantes. 
Si ponemos la mirada en cómo crea la riqueza la naturaleza 
observamos que la fotosíntesis es el principal proceso 
por el que el Sol fija el carbono generando materiales útiles.

La fundamental actividad humana que utiliza este proceso 
para satisfacer sus necesidades es la agricultura. 
Por ello la agricultura está llamada a jugar un papel central 
en una alternativa a la crisis desde el punto de vista ecológico y energético.

También, si partimos de que la solución a la crisis debe ser capaz 
de satisfacer las necesidades humanas básicas,
 el derecho universal a unos alimentos sanos, 
nutritivos y adecuados culturalmente, 
producidos de forma respetuosa con la naturaleza y permitiendo vivir 
dignamente a todos lo que participan en el proceso alimentario 
debe ser parte sustancial de la alternativa.

Una alternativa que incluya la alimentación es imprescindible.
 Nos encontramos, pues, que en la Soberanía Alimentaria, 
como elemento alternativo a la crisis, 
confluyen la visión ecológica, la energética y la alimentaria.

La capacidad movilizadora de amplios sectores sociales 
que tiene los derechos asociados a la soberanía alimentaria, 
hacen que el tema del control por parte de las y los campesinos y consumidores 
frente al actual control por parte del las multinacionales y, en definitiva, 
la democratización de la alimentación, constituyan la columna vertebral, 
el objetivo y a la vez el camino, en la lucha por la soberanía alimentaria. 

Se coloca así como parte sustancial de la exigencia de democracia real 
que está en el núcleo de la rebelión contra la actual crisis. 
Es decir, también la dimensión política del paradigma 
del otro mundo que queremos construir, tiene a la Soberanía Alimentaria en el centro.

Xavier Montagut. Xarxa de Consum Solidari 

¿Alcanza el Alimento en el mundo?


Según la FAO, existen alimentos para alimentar holgadamente 
a casi el doble de la población mundial. 
El problema no es la falta de alimentos, sino el acceso a ellos. 
Los alimentos están en el mercado internacional, 
pero no llegan ni a la mesa ni a la boca de los hambrientos del mundo, 
el 70% de los cuales viven en zonas rurales de los países en desarrollo. 

La solución al problema del hambre no es simplemente 
producir más, sino producirlo localmente. 
De ahí la importancia vital que asume la Soberanía Alimentaria 
y con ella los sistemas locales de producción agrícola, 
las y los pequeños agricultores y los cultivos infrautilizados.

Con la creciente volatilidad e incremento dramático 
de los precios de los alimentos básicos a partir del 2007, 
un pueblo no puede continuar dependiendo del mercado internacional 
para alimentar a su población sin poner en peligro su propia soberanía. 

De hecho ya en 1970 Henry Kissinger ex Secretario de estado de EE.UU, 
llegó a afirmar «Controla el petróleo y controlarás las naciones, 
controla los alimentos y controlarás a los pueblos».

José Esquinas Alcázar. 
Director de la Cátedra de Estudios sobre Hambre y Pobreza 
Universidad de Córdoba 

¿QUÉ MÁS AGREGAR?
Solamente que no olvidemos el tema, que formemos nuevas mentalidades, que mantengamos la indignación ética ... un día este mundo de la injustica se acabará...
Un día nuestra juventud hará lo que nosotros adultos, no pudimos, no quisimos cambiar...

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