sábado, 15 de noviembre de 2008

IDIOMA DE LA PRODUCTIVIDAD.

IDIOMA DE LA 

PRODUCTIVIDAD.

 

Su lema de oro: “Trabajaremos hasta que reventemos”.

 

En la vida de los adultos este lenguaje “se habla” en una actitud “trabajólica” permanente, en donde  TODO pasa a un segundo plano ya que se previlegia la necesidad de trabajar por sobre otras áreas imprescindibles para la vida humana como lo son la familia, el descanso, la recreación, etc.


En la vida de estudiante esto se expresa en la actitud de querer  obtener las mejores notas, llegar a las mayores marcas del curso, estudiar sin descanso  hasta llegar a anular otros aspectos vitales para la vida de un joven: su relación con otros, su desarrollo afectivo, darse el tiempo necesario para reflexionar por lo hecho y lo por hacer, etc.

 

Está claro que las razones de desarrollar un trabajo embrutecedor están dadas por el deseo de buscar mejores posibilidades de desarrollo para los miembros de nuestras familias. ¡Llego tarde por ti, por ti trabajo los fines de semanas! es la respuesta histérica de los padres a sus hijos, sin embargo ese buen deseo de PROVEER  de cosas y comodidades la vida familiar, termina por DESAPROVISIONAR la casa de cordura, de tranquilidad y lo más importante, de la presencia de los padres.


Una nota de la Agencia de Prensa SEM, de Nueva York, publicada en la prensa , presenta un estudio de la Corporación Carnegie en donde se indica que “actualmente MÁS DE LA MITAD DE LAS MADRES con hijos menores de tres años TRABAJAN FUERA DE LA CASA. Estadísticas recientes demuestran que los padres de familia estadounidense abusan cada vez más de sus hijos o los descuidan. DEn USA, en los últimos años, el número de niños adoptados aumentó en un 50%. Los menores de un año son los que más se dan en adopción.

Según datos de Unicef, las denuncias de malos tratos contra niños y niñas también se han triplicado, unos tres niños mueren diariamente en los estados Unidos víctimas de malos tratos.

La crisis afecta más severamente a los niños menores de tres años, afirma el informe. Sin embargo, es este período el que marca el futuro del niño pues el cerebro se encuentra en su máximo  desarrollo. La salud y el estímulo que el niño experimenta en estos años literalmente determina si adquirirá las herramientas necesarias para sobrevivir en la sociedad moderna.

El problema es que cada vez menos empresas ofrecen el servicio de guardería y los padres se ven en la obligación de dejar a sus hijos al cuidado de otras personas. La mayoría e esos servicios son de muy baja calidad, ya sean guarderías, hogares comunitarios o familiares, concluye el informe”.

Podemos consultar respetuosamente ¿acaso el problema está en la mala calidad de los centros de guarderías y no en la realidad brutal que le exige a la familia VIVIR PARA EL TRABAJO? ¿Se soluciona la ausencia de los padres en sus casas, con guarderías de excelencia? ¿No le parece que el problema está en otra parte?

 

 

¿QUIENES SON LOS MAS TRABAJOLICOS DEL MUNDO?

 

En el mundo existen pueblos trabajólicos, amantes de la picota y el bisturí, servidores de los computadores y las soldadoras, amigos de escritorios y camillas; adoradores del dios reloj-control y la diosa productividad; pero  un artícluo de Nelson Soza M. publicado en el Mercurio del 20 de Enero de 1996, quienes  se pasan en sus expresiones amorosas hacia el mundo del trabajo son principalmente tres: JAPON con 2.159 hrs. anuales, FRANCIA con 1646 hrs. anuales y ALEMANIA con 1.638 hrs. anuales.

En algunos países como Alemania existen esfuerzos por bajar la carga de horas laborales, es así como la Volkswagen decidió acortar en un día su jornada laboral, claro que está decisión también respondió a situaciones de recesiones de tipo económicos... pero pese a ello la idea no deja de ser interesante.

El gobierno de Japón llamó a reducir la loca carrera de horas laborales a efecto de llegar a un total de 1.800 hrs anuales. algunas empresas respondieron. La Matsushita Electric, propietaria de Panasonic respondieron al llamado y se produjo en sus industrias una reducción de 236 horas anuales, transformado su jornada de 2.159 a 1.923 horas anuales de actividad laboral... nada menos que mas de un mes de trabajo (considerando una jornada de 8 horas diarias).

 

¿Y EN CHILE COMO LO HACEMOS?

 

No lo hacemos tan mal, por algo nos llaman los jaguares de los éxitos económicos. Nos acercamos al trabajólico oriental.

Si en el año laboral calculamos 3 “semanitas” de vacaciones,1 por el dieciocho nos quedan 49 “semanotas” anuales de trabajo, lo que multiplicadas por 48 horas semanales arrojan la no despreciable cifra de 2.352  horas de trabajo al año... ¡mucho más que los Japoneses! ¿Y entonces por qué no aparecimos en ese estudio que el gobierno nipón realizó el año 1992?

 

Pero no todo está perdido ciudadanos, son muchos quienes se están dando  cuenta, tal vez gracias a incidentes particulares (separación familiar, stress, paros cardiacos o los populares “cables pelados” que no existe oficina de calidad sin algún representante de esta afamada “enfermedad del trabajo”) han  caído en la proverbial conclusión que es mejor hacer transpirar a las máquinas en reemplazo del sudor humano, han descubierto que el hombre no nació para el trabajo y que éste es sólo un medio para su subsistencia y su desarrollo, pero que JAMAS debió haber alcanzado el nivel de eje vital que hoy  tiene en las existencias de los pueblos y personas.

Debemos matar el sentido del trabajo aniquilador del hombre, el sentido de satisfactor de todas las necesidades.

¿IDIOMA O DOMINIO?


 


A  algunos  se les enredan y confunden las palabras IDIOMA con DOMINIO.

El idioma puede ser usado como medio para avasallar a otras culturas, con el idioma entran formas de vida, culturas de otros grupos humanos que pueden desear la entronización de una forma  de entender y vivir la vida.

 

Cuando llegaron los españoles conquistando América, lo hicieron atrayendo a  los indígenas por medio de objetos materiales: el sonido armonioso de una flauta, los colores múltiples que rebotaban en un trozo de vidrio, las formas de sus ropajes, el bramido de sus pistolas y rifles.

 

Hoy nos siguen conquistando con objetos, por cierto algo más sofisticados, pero guardando similar dinámica: la goma de mascar nos cambió la cara, pasamos a imitar la musculosas mejillas de los norteamericanos que todo el día cargan su estómago de litros de ácido producto de esta constante rumiación.

 

Nos sedujeron sus blue jeans, la dureza de sus telas nos uniformó a todos y para todos, hoy nadie se admira de que para bajo se use pantalón de esta liberal tela y para arriba se combine con una tradicional corbata de seda.

 

En síntesis nos sedujeron costumbres extranjeras:

 

       - ¿Ha visto cosa más rara que nuestros hijos vestidos para Halloween? ¿Qué tiene que ver esta tradición extranjera con nuestras raíces  culturales? ¿No es contradictorio ver las inmensas producciones de discotecas invitando a jugar en esta noche de brujas?

-       ¿Y qué pensar de la comida rápida, aquella que hasta se puede comer al paso, no requiere de sillas, sólo un Hot-dog, una hamburguesa o un sándwich de pollo-mayo?

-       Qué pasó con nuestras antiguas cazuelas patriotas, aquellas que requieren de TIEMPO para ser paladeadas y zambullirse en un mar de sorpresa culinarias, lleno de choclo (en su coronta, no del pre elaborado y en bolsa), zapallo, carne, chuchoca y otras yerbas?

-       Unido al tema de los alimentos está la “comida basura o chatarra”, aquella hecha a partir de mezclas químicas, llenas de saborizantes, edulcorantes, preservantes, colorantes (annatto, pigment white 6, food yellow 6,4,8, C.I.14.720, 19.140, 73.015), antioxidantes(BHA. BHT, TBHQ), emulsionantes, goma xántica, acentuantes del sabor (glutamato monosódico, inosinato y guanilato de sodio), antiglomerante (dióxido de  silicio)... ¿Al fin, que comemos?

-       Jugos que parecen de frutas, fideos que imitan rellenos de carne, frituras que parecen de papa, leches que imitan la blancura y sabor del esfuerzo de la vaca ¡pero que NO lo son! 

 

Y después nos preocupamos porque nuestras hijas de 7 años están desarrollando mamas desproporcionadas para su edad... es que el productor de pollos agregó algunas hormonitas para ayudar al crecimiento de esos pobres pollos huérfanos de madre y padre, que no tenían donde comer maíz para su sano y normal crecimiento.

 

Nuestros hijos ya no llevan en la colación del colegio lo que nuestras madres nos preparaban, un pan de leche, una manzana roja y jugosa, un trozo de un dorado queque, un pancito con pollo o con la antigua torreja de chancho. No, ahora se les entrega unas monedas para que se compren comida basura en el kiosco del colegio, aquellas bolsitas de color con rodelitas con rostros de los dibujos animados que más quieren...¿es posible la elección? ninguna, se gatilló la máquina comercial que usufructa de las motivaciones de niños, solitarios de acompañamientos de sus padres. Y se concluye así la historia en donde el niño decide aquellas acciones que CREAN HABITOS, en ausencia de sus principales formadores.

       - ¿Y la introducción de las creativas lavavajillas, no han transformado la antigua repartición de responsabilidades entre los hijos del lavado común, de aquellos que en común ensuciamos?

       - ¿Quién puede tirar la primera piedra contra la dulce condena que nos autoimponemos frente a las tarjetas de crédito? Dinero de papel que se quema rápidamente y fulmina toda nuestra capacidad para pre -decir nuestros gastos, estamos condenados a gastar y luego ver como pagamos, no podremos revertir el círculo de la compra violenta y compulsiva. La idea antigua era tan simple: ¿qué desea comprar?, primero defina el objeto de su compra, luego abone mensualmente o ahorre y LUEGO compre... millones de millones ahorrados en los intereses, pero claro es otra cultura, es la cultura de la espera, de la paciencia. Hoy vivimos la cultura de lo inmediato.

 

-       La brutal manía por lo instantáneo empezó por el café, hoy tenemos todo instantáneo: el té, el puré, las sopas, los queques y hasta las tortas. ¡Todo instantáneo, todo apresurado.  Hemos interrumpido el viejo proceso de la búsqueda de lo querido, no necesitamos esperar.

-       La búsqueda significa ESPERAR lo deseado, prepararnos para su llegada, desear su llegada... no importa lo que se esperaba, podría ser desde un simple pan amasado hasta algo de mayor importancia como es el amor de la vida. Cambiamos la espera por el encuentro instantáneo, la búsqueda por la satisfacción a toda prueba.

-       El insomnio deseo de ASEGURARLO  todo, no dar un paso sin saber si estamos “cubiertos” por la póliza respectiva. Nos trajeron así los “seguros de satisfacción”, si no le agradó el producto ¡lo devuelve al remitente!, sin comentarios ni explicaciones, no necesita inventar una excusa para rechazar lo comprado, simplemente lo devuelve, luego recibirá su dinero íntegramente.

-       Y este sentido liviano de la vida? ¿De dónde nos viene esta actitud de pasar por las cosas, de consumir y desechar, de tomar el envase y tirarla  sueltamente? ¿De dónde nos viene esta lata profunda, este arrastrar los pies sin saber levantarlos e imprimirles mayor energía? ¿De dónde esta ausencia de sueños y esperanzas?



-        

En todos los idiomas surgen variados mensajes y por diversos medios… y somos simplemente nosotros en medio de una torre de babel…

SPANGLISH: IDIOMA MESTIZO, CULTURA MESTIZA.

SPANGLISH: IDIOMA MESTIZO, CULTURA MESTIZA.

 

Una forma de definir al habitante de Miami, es relacionándolo con un “gringo” con problemas de modulación. La mezcla que allí se ha logrado en de un mestizaje total: idioma, costumbres, visiones de mundo, expectativas. El habitante de Miami no sólo es bilingue, sino ha pasado a ser trilingue, gracias al tremendo desarrollo de esta nueva lengua: el Spanglish, mezcla de Spanish y de English.

 

Esta realidad de la integración idiomática y cultural también se expresa en nuestro país.  Algunas frases que podemos escuchar a diario (y no precisamente en Miami):

 

Ofrecemos Bebidas “light”, detergente “soft”, yogurt “plain”.

Te pido un “chance”, no te defraudaré ¿Okay?

Hagamos un “Break” para un cafecito.

Nos vamos de “week-end”.

Les solicito atención “please”.

Por pago “cash” tiene un 10% de descuento.

Avísame cuando estés “ready”.

“Sorry”  por esta vez no podré.

“Wait a minute”, voy a la esquina.

No te olvides de darme un “phonazo” el sábado.

Esta casa tiene un hermoso “Box Windows”

¡Oh my God! Dejé mi agenda en mi casa.

Y poco a poco, todos nos fuimos “spanglisheando



¿CUAL ES EL TEMA DE FONDO?

Sus conversaciones son mixtas, traducen, incorporan, se identifican con términos de ambos idiomas.

Ya no sólo es un juego de palabras que cuesta entender. 

La simbiosis de las palabras han pasado a la simbiosis de la forma de vida... copiamos modismos y modas extranjeras,  nos subordinamos a la moda que nos mandan, a los sabores en nuestros restaurantes, a la mentalidad individualista y competitiva ¿y nuestros valores como pueblo específico, como país? ... ese fondo si que es grave...

LA AMBIVALENCIA DEL IDIOMA.


LA AMBIVALENCIA DEL IDIOMA.

Así como el idioma y la palabra se pueden transformar en un canal que vincula y fecunda las relaciones entre las personas, también puede ser un medio para disociar, separar, segmentar.

 1. EL IDIOMA PUEDE SER USADO COMO FORMA DE SEGREGACIÓN.

 “Sabis que más loco,  tenemos caleta de carretes, lo vamos a pasar piola” ...frase corta, dicha rápidamente, en medio del living de la casa. 

Dejaste  a la abuela “marcando ocupado” dijo la niña que “andaba” con el sobrino de Don Bernardino.

Nadie entendió nada,  nadie claro está de los adultos presentes, algunos pusieron caras de simpatía tratando de decir “estos chiquillos, sólo se entienden entre ellos”.

Eran los términos del fin del siglo de los viejos, allí se quebró la época - dijo Don Bernardino- allí se empezó a construir la brecha que tanto nos separa. Allí la incomunicación entre generaciones vecinas llega a un punto de quiebre... y se manifestaba en algo aparentemente simple: palabras crípticas, términos juveniles que los adultos no entienden.

El tío “le pone” mucho, se está “enrollando”, la cosa es más simple - continuó el sobrino adolescente- nosotros somos jóvenes y queremos estar con otros iguales a nosotros, con el grupo nos sentimos bien, con ellos tenemos confianza, ellos nos comprenden.

Carlos, ahí estás confirmando lo que te decía - dijo Don Bernardino- Ustedes hablan así porque tras sus palabras existe un medio de excluir a los “viejos” de sus diálogos, en su idioma expresan que están molestos con nosotros, por ello han lograron sacarnos del medio creando su propios términos, de difícil acceso para el adulto que transita por su lado. Es así que ustedes viven su propio mundo, en su ambiente, con sus costumbres, con sus formas de entender la vida, la relación de pareja, el amor, el sexo.

Me parecía complicada la situación, la escena era un diálogo  respetuoso, pero cada uno permanecía en su puesto, dispuesto a defender su postura. Creo que toda la sabiduría de Don Bernardino no alcanzó a traducir el “idioma” del sobrino adolescente, ni tampoco existió un intento del sobrino por descifrar las ideas “conservadoras y enrolladas” de su tío.

¿Cómo salimos de esta? -pensaba para mis adentros- la cosa salió más fácil de lo que yo creía, el mismo Carlos tuvo una salida “simpática” cortando el diálogo: ¡chao viejos  fuera de onda, pero igual los quiero!  ... a los viejos no les quedó otra que terminar sonriendo.

 2. LOS CHOQUES IDIOMATICOS.

Ese día  estuve hasta tarde en el trabajo, me fui cavilando sobre estos “choques idiomáticos”, pensaba en la violencia del chofer de aquella micro,  llevaba a mi mente las imágenes de los punk, de los trasher, millones de jóvenes que en el mundo vestían de igual forma, consumían la misma música, similar hierba, escuchaban la misma música repetida millones de veces en millones de tímpanos reforzados. ¿Qué nos hace crear tanto “idioma” y tanta diferencia entre ellos?

A unas cuadras más de camino me detuve en una plaza casi a oscuras, me motivó el ruido de una fuente de agua que no paraba de saltar, la noche estaba agradable.  Hacía mucho tiempo que no degustaba el silencio en esta ciudad gritona, parecía que todo se daba para decirme ¿ves que no conoces y no valoras a tu ciudad?

Me quedé, y no pude evitar el paso de un par de ancianos, el uno era el bastón de otro, lentos como tortuga, pero perseverante el parcito.  La señora era la viva figura de mi abuela, más bien alta  y distinguida, pese a la gravedad de los años que nos empuja con más virulencia hacia la tierra y nos encorva, se percibía dignidad y altura en su actitud.

Mi abuela era especial, dama antigua, señora de la casa, pero reina en ella. Recuerdo que me contaba que con sus amigas creaban ingenuas “jerinjonzas”  y  jugaban con las sílabas ”nepo tapa napa”  “nepe tepe naca”, tiempos de juegos que de alguna forma circunscribían el espacio de los jóvenes y separaban a  los que no estaban dispuestos a entender la forma de colocar las letras y palabras. ¿No era lo mismo que viven  nuestros jóvenes hoy día? ¿No era la misma respuesta simpáticamente rebelde de separar los espacios y los diálogos?

El paso de los ancianos se perdió en la distancia y con ellos mis reflexiones, era tiempo de volver…

3. COMO PUERTA O CERRADURA…

Cada grupo tiene su propio idioma y sus códigos. Cada grupo lo usa como puerta que acoge e integra o como cerradura que niega, rechaza, excluye, impide el acceso a bienes o instancias comunitarias.

En la historia han surgido tantos y tantas con idiomas diferentes: el de la Libertad con Martin Luther King; el de la paz con el Dalai Lama; el de la vida con el Cardenal Silva Henríquez; el la violencia con el grupo Eta y otros tantos; el de la demagogia con el Presidente Chávez de Venezuela; el de la intolerancia de los radicalistas y fundamentalistas religiosos y políticos…

En tiempos de Hitler también se pensaba en el idioma como medio para segregar a todos aquellos pueblos que no formaban la “raza Aria”, aquel puñado de súper hombres llamado a conquistar y gobernar el mundo.

En la política cotidiana, vemos como el idioma (palabras, gestos y contenido) se usa con tanta violencia y desprecio por la posición del otro. Un político como el Senador Flores, gran expositor y escritor sobre el valor del lenguaje y los compromisos y relaciones que surgen de el, se ha convertido en un signo de brutal lucha por el poder, de negación de la unidad... un penoso ejemplo de violencia política...

Hoy el Idioma, el uso de la palabra y el gesto puede ser una instancia para crear puentes (ver artículo el idioma como pontífice), para sembrar esperanzas en un mundo en que se habla tanto de las crisis… necesitamos palabras de bien, de un futuro que podemos construir de una forma renovada.

LA INTEGRALIDAD DE LA COMUNICACION HUMANA.

1. Somos como gordas ovejas.


 Parecía que todos los pueblos del mundo venían a mí, no entendía de donde salía tanta gente y sobre todo lo que más impactaba era la uniformidad  de sus gestos.

 Me recordaban las largas filas de las ovejas por allá por tierra del fuego y magallanes, todas iguales,  engordadas para la ocasión, cargadas de lana para la ocasión, todas llevaban la misma ruta, a ninguna se le ocurriría cambiar de paso y saltar por los pasillos gritando  cual francesa emancipada ¡Libertad, igualdad y fraternidad!  

No,  el camino ya había sido pensado y diseñado por los esquiladores. Rápidamente quedarían desnudas de todo ropaje.

Este cuadro se me repetía cuando veía la multitud bajar hacia lo profundo, tomar el carro respectivo del metro y marchar, suavemente marchar, sin pensar, sin rebelarse.

2. ¿Cómo quitarnos el paso de oveja?

Eramos empleados, obreros, ejecutivos especialmente engalanados para la ocasión... ninguno miraba hacia su lado, ninguno cruzaba palabras ¿para qué, si todos estamos en lo mismo y sabemos hacia dónde vamos?

Eramos mujeres y hombres con paso de ovejas, camino hacia la esquirla. Quedaríamos desnudos al fin de la jornada, sin alientos ni ilusiones. Es la ciudad que nos roba hasta  la propia identidad.

Desde que llegué a esta ciudad me ahogó, no sólo por su smog y congestión, sino por ser una torre de Babel, en ocasiones insufrible. Era  parte del exilio en mi propio país, un querer entenderse sin lograr traducir adecuadamente los códigos de la ciudad.

3. El idioma. Algo más que traducción de códigos.

Persistía en mí una idea aún viva:  la importancia del idioma no está sólo en los códigos que se aplican y la capacidad para traducirlos y reproducirlos, el loro también reproduce sonidos que significan algo, pero él no logra captar la profundidad de lo que repite. Sólo el ser humano ha logrado dar a sus sonidos una fuerte carga afectiva y racional, sólo el ser humano logra dar fuerza a la palabra y a sus mensajes.

4. Socios que crean un estilo de convivencia.

Hoy nuevamente llegué  tardísimo a casa, me cuesta cortar lazos con la oficina. Volví de mi licencia con los mismos hábitos trabajólicos, pero además volví  como regresa el herido de guerra, tambaleante, gelatinoso como postre en la mesa de mi abuela.

¡Una mala noticia me dijo mi señora! Don Bernardino regresa a provincia, le ofrecieron un buen trabajo por el norte chico, será algo así como supervisor de un proyecto de una de estas ONG que están tan de moda.

Internamente sentí el golpe, me imagine como un árbol seco por allá al interior de Barraza, zona de una sequedad que arropa a los pueblos y hace temblar a sus habitantes. Son árboles que han perdido la esperanza de la lluvia y esperan que cualquier gota humedezca sus raíces  ¿por qué he llegado a sentirme como raíz seca? ¿Dónde corté vínculos con la napa de la alegría y la esperanza? ¿Es que esta ciudad de calles calientes ha secado mis proyectos?

Le escribí a Don Bernardino:  mis primeras líneas son para saludarlo, las segundas para llorar en su hombro... y le pasé a relatar mis experiencias en este juego de la gran ciudad.

Nunca su respuesta demoraba más de una semana, era un viento fresco en medio del desierto. Allí seguía recibiendo sus cálidas confesiones de maestro: El idioma se transforma en el canal por el cual un grupo humano se comunica, se entiende y colabora mutuamente. Nos hace “socios” y nos conforma en una determinada “sociedad”, gracias al intercambio de experiencias que vivimos en ella, podemos ver como la persona humana se perfecciona y desarrolla. De alguna es necesario compensar las debilidades personales con las fortalezas de quienes nos rodean, porque me experimento como un ser limitado y en muchas ocasiones pobre, solitario y débil me veo movido al encuentro con otros para fortalecer las debilidades y potenciar las fuerzas comunes.

El sentido de vivir en sociedad es como una hebra con dos cabos: nos organiza en comunidad y nos dirige hacia metas de bien personal y colectivo.

Sabemos que en la base del éxito de una sociedad está el respeto por la dignidad humana, ella  es el eje y fin de todas las interacciones del grupo social, ella debe ser por tanto la opción de todo grupo,  ella debe ser el baluarte de toda acción. ¡Nada contra la persona y sus derechos! ¡Todo por la persona y sus derechos!

Al leer las cartas de Don Bernardino aprendí a olfatear sus heridas y entre sus líneas lograba traducir que sus consuelos ante mis ansiedades, eran también gritos de duelo que explotaban en sus palabras. La muerte de su hermano era un tema recurrente, aún sin nombrar a los muertos ellos fantasmeaban en sus escritos y sudaban en sus palabras que llamaban al respeto por la persona humana,  el “corazón del diamante de la vida”, como acostumbraba a  referirse  cuando hablaba sobre el valor de las personas.

5. ¿Dónde están las razones para vivir hoy mi vida?

Sentado frente al televisor y después de ver los apasionantes y sangrientos noticieros,  revivía en mí una sensación casi inerte, deshilachado. Llegaba cabizbajo, cansado, con esa mirada que cada cierto tiempo nos posesiona que se hace infinita, leve, que mira sin ver nada, sin pensar nada. No tenía ánimo ni de sacarme la chaqueta, ya me retarían por que una vez  más terminaría por arrugarla como lechuga de feria, por sentarme en esta posición de adolescente desgarbado que se echa sobre el sillón.

Después de variados cabezazos  frente al noticiero me levanté sobresaltado y al sacarme la chaqueta voló en medio de mis movimientos era una tarjetita que me dieron en la calle:

 “Sra. María Luisa, revele su destino por medio de los buzios o aguas sagradas. Sabrá con exactitud los momentos más importantes de su vida, época favorable para la suerte, el amor, los negocios.

Conozca sus propias oportunidades, no confundir con otros profesionales. Sra. María luisa garantiza sus trabajos con honestidad y discreción.

Todos los días de 8:00 a 21:00 hrs, concertar cita fono 449754, Calle Nebraska 3084-A, Los Molles - Villa Magisterio”

 ¿Será que la solución al problema de la vida está en respuestas externas a la propia persona, es que hemos puesto nuestra confianza en baratijas para superar un estilo de convivencia brutal? ¿Es que sólo nos preocupa el cómo podremos encontrar “la época favorable para la suerte, el amor y los negocios”?

 Cuando la persona ha perdido la esencia de su interioridad, tiende a buscar las razones de su vida en lo exterior, en actos mágicos, en la bendición del azar y la suerte. Deja de pensar que el cambio está ensemillado en su propia persona.

 Es como el caso de la familia embrujada del Cajón del Maipo, que para vencer el embrujos tenía que prender una vela roja todos los viernes, encender un incienso todos los días y recitar unas oraciones locas y sin sentido.

 ¡Ninguna vela podrá encender en el corazón del hombre, lo que él no decida encender, ni ningún temor se disipará si no es la propia persona quien espante sus propios fantasmas interiores!

6. El idioma como soporte del crecimiento social.

 Así se va concretando el alumbramiento del BIEN COMUN , aquellas condiciones necesarias para una vida con calidad humana que le permita desarrollar todas su capacidades intelectuales, afectivas, de acción, de trascendencia.

El bien común se expresa en algunas condiciones esenciales:

       - Un ambiente de orden y de paz, que permita una forma de organización participativa y eficiente.

-       Canales para el crecimiento personal. Vivir con calidad de vida humana y posibilitar una desconcentración del poder político y económico.La medida del progreso debe ser el desarrollo del ser humano, para ello debe tener a la justicia como el cimiento de la paz social.

Como vemos, el idioma es un soporte importante para el crecimiento social, permite que las personas se liguen. Podríamos decir que es una suerte de “pontífice”, de “puente” que vincula e integra, que construye el grupo social que queremos ser.

TODAVIA NOS QUEDA ALGO DEL IDIOMA DE LOS MONOS…



 

MONOS FRENETICOS EN MEDIO DE LA CIUDAD.

 

El peso genético es muy  fuerte, me conversaba Don Bernardino aquel Domingo.

La fuerza genética del mono aún no ha evolucionado totalmente en nosotros, nos coge de cuando en cuando y  se manifiesta amordazando a la razón.  Transforma nuestras palabras y los gestos, nos hace señores de la metralla, amantes de la bravura, peones de la violencia.

 

Nuestro primer idioma como género humano fue el gemido, el gesto acompañado del grito, del salto. Era necesario gritar y contorsionarse hasta el dolor del rostro si era necesario para manifestar el peligro que significaba el aparecimiento de un animal peligroso para la vida del grupo.

No bastaba un grito, era necesario el acompañamiento de cada músculo que levantara las piernas y los brazos, que se convertían junto al brutal esfuerzo de la garganta, en la alerta salvavidas de aquellas pobres primeras comunidades en proceso de hominización.

Era la sed de comunicación que llevó al simio a dar el salto hacia la humanidad comunicativa.  Era la fuerza imparable de la evolución que requería un código que vinculara a los miembros de una misma tribu, este sería el canal para seguir la ruta del crecimiento.

Era el nacimiento de la lengua articulada y del idioma común.

 

Tengo un libro interesantísimo que nos habla sobre esto, dijo Don Bernardino, y me invitó a pasar a su escritorio, era un lugar que a mí me encantaba, así que prontamente respondí a su invitación.

Después de un largo pasillo se entraba a una pieza grande, me parecía tan antigua como el viejo palto que se podía ver por una de sus ventanas. Todas sus paredes estaban cubiertas de libros, de todos los portes y colores, ocupando de arriba a bajo todos los espacios.

¿Pero ha leído todos estos libros Don Bernardino?, consulté. Imposible meta es esa, he leído muchos, y muchos en algunos de sus capítulos.

 

Entrar allí era mágico, los olores envolvían desde la entrada, eran como azahares de primavera, pero con olor a libros  ancianizados, llenos de la sabiduría de miles de pensamientos.

En medio de esa multitud de pensadores empezó a buscar paseándose por la historia y la filosofía, el arte y las ciencias. Tenía una biblioteca cargada de pensadores,  en un desorden estrellado de colores y tamaños, de ediciones nuevas y antiguas. Su mano cogía los libros, los separaba, de alguna forma trataba de sentarlos más confortablemente, algunos  los cogía como viejos amigos y los dejaba a un lado, con la esperanza de un día volver a leerlos.

¡Aquí está lo que buscaba!, una joya de la antigua editorial TOR “El origen del hombre” de Charles Darwin, el mismo criticado por los anti evolucionistas y los creacionistas.

Era un libro amarillo, de hojas gruesas y decididas a permanecer en el tiempo, al fin era una edición de 1952.

Empezó a hojearlo y rápidamente encontró el trozo que buscaba. Con voz segura inició la lectura:

 

“No me cabe duda que el origen del lenguaje debe su origen a la imitación y a la modificación, ayudada con signos y gestos de distintos sonidos naturales, de las voces de otros animales y los gritos instintivos del hombre mismo...no me parece increíble que un animal simiano, más habil, haya tenido la idea de imitar los aullidos de un animal feroz para advertir a sus semejantes, precisando el peligro que los amenazaba. En un hecho de esta naturaleza habría un primer paso hacia la formación del lenguaje.

Ejercitada cada vez más la voz, los órganos vocales se habrán robustecido y perfeccionado, en virtud del principio de los efectos hereditarios del uso, lo que a su vez habrá influido en la potencia de la palabra.

Podemos admitir con seguridad que el uso continuo y el perfeccionamiento de esta facultad han debido obrar a su vez en la inteligencia, permitiéndole y facilitándole el enlace de una serie más extensa de ideas. Nadie se puede entregar a una sucesión prolongada y compleja de pensamientos sin el auxilio de palabras.”

 

Entre estas páginas antiguas y parduscas florecía el análisis y el entendimiento, se trataba de aprender a vivir en esta ciudad algo selvática.  Don Bernardino me comentaba sobre el inicio del lenguaje. Mira este otro libro, me invitaba, en este se dice que los estudiosos del hombre coinciden que en la búsqueda del origen del ser humano moderno existen “eslabones”. Estos se inician con la aparición de un antepasado común en la tierra, hace 40 millones de años: el primate bosquimano, nacido en medio de dinosaurios, astuto habitante de los árboles, de quien somos deudores por darnos el inicio de la vida, que un día sería humana.

Otro eslabón clave en el  nacimiento del idioma surge hace 500.000 años, es el Homo Erectus,  el más antiguo rastro del género HOMO encontrado. Aprendió a usar el fuego, la caza y herramientas básicas como el hacha.

Era de imaginar que es posible que este viejo pariente nuestro sea el primero en iniciar un lenguaje común, dado el desarrollo de sus órganos de fonación y el desarrollo inicial de su centro de lenguaje en el cerebro.

¡Qué bien suena el saber cómo el ser humano ha evolucionado hasta las formas de idioma y lenguajes que hoy utilizamos!

Pero también sigue  resonando un llamado: tenemos que humanizar nuestras comunicaciones, tomar conciencia de nuestros procesos evolutivos y detenernos, cuando aquel gen oculto de simio, que todos llevamos dentro, quiere tomar control de nuestras frases y decisiones…

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