Para la realización... disciplina

Mi gran amiga, paulita Durán me ha regalado un artículo MB, que nos sirve para vivir mejor:

En este último tiempo he ido tomando conciencia de lo importante que es la disciplina, esto es, actuar en forma ordenada y perseverante.

Muchas veces había despreciado las reglas, los horarios y las rutinas, porque las había considerado como verdaderos impedimentos para hacer lo que uno realmente quiere hacer. Eran para mi una especie de obligaciones impuestas por una sociedad autómata que buscaba realizar sus propios intereses y propósitos. Hoy he tenido un cambio de opinión, las considero un bien valioso, que ayuda a ordenar la vida y a enrielar los hechos para lograr las metas personales. Sin disciplina no hay logros y sin logros no hay realizaciones.

Esto me lleva a rescatar también el valor del ego, porque es el ego el que debe imponerse a las ganas o la falta de ganas de hacer las cosas. Y es a través del ego que podemos ejercer nuestra voluntad; una voluntad que viene de lo más profundo de lo que uno es.

Para poder ser disciplinados, una de las primeras cosas que debemos tener presentes es la autoexigencia. Es decir, tenemos que hacer un esfuerzo especial por hacer mejor las cosas, hacerlas más interesantes y también más completas. 

Esta exigencia personal nos hace tomar conciencia de la dificultad que tiene realizar algunas tareas y, así, dar el valor real a los logros de los demás, comprenderlos y ubicarlos en el lugar que les corresponde. De esta forma, las cosas van adquiriendo su real sentido, su posición en el mundo... y uno va también tomando una postura frente al mundo, porque lo que a cada uno le corresponde realizar  sólo puede realizarlo uno mismo.... esa es la misión que tiene cada uno de nosotros en este muncdo, ese el el aporte individual e intrasferible.

La disciplina traerá consigo otras virtudes, como la templanza y la fortaleza, que nos prepararán para afrontar mejor las dificultades propias de todo proceso. También traerá aparejada la armonía, porque cuando está presente la disciplina, está presente la proporción y la medida.

La disciplina puede ir educándose a través de las rutinas diarias y comunes. Ordenar las cosas de la casa, recomponer los closets, mantener ordenados los dormitorios, limpios y clasificados los libros, pueden ser tareas que ayuden a mantener la disciplina personal. Dicen que en la medida en que están ordenadas las cosas externas –especialmente los objetos de las casas- están ordenados los pensamientos y los deseos… con lo cual adquieren mejor pronóstico para convertirse en realidad.

Es bueno saber que cuando se es ordenado en el actuar, se es ordenado en el pensar y cuando estos elementos están presentes, los sucesos de la vida diaria acontecen en nuestro favor. 

La vida en comunidad es un testimonio no solamente de FE en Jesucristo, sino también un signo de rigor y disciplina.
En recuerdo y gratitud al Colegio Institución Teresiana ... de allí salió y creció esta comunidad...

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http://www.terapiafilosofica.org

Un abrazo a todos y todas.   Winston