jueves, 8 de abril de 2010

Monseñor Romero está vivo


No podría ser de otra forma, Jesucristo no defrauda

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El 24 de marzo de 1980, mientras monseñor Oscar Romero celebraba la Eucaristía en la capilla de un hospital de San Salvador, una bala certera acabó con su vida. Su sangre se unió a la sangre de Cristo y su cuerpo roto al del Crucificado y a los crucificados de su pueblo. Romero mezcló su sangre con la de tantos hombres y mujeres de su pueblo. Fue consciente de que así terminaría su vida, asesinado por las fuerzas oscuras del poder económico y militar.

Los poderosos creyeron que con matar al arzobispo Romero acabarían con su palabra, esa palabra que fue el consuelo y la esperanza del pueblo salvadoreño. “Mi voz desparecerá, pero mi palabra que es Cristo, quedará en los corazones que lo hayan querido acoger”, decía. Cuando él hablaba todo el mundo estaba pegado a la radio escuchando su palabra profética. Tenía una fuerza irresistible.

Su delito fue defender el derecho a la vida de los pobres, frente a la poderosa clase oligárquica, insensible ante el hambre y dolor del pueblo, y frente a un gobierno que asesinaba y masacraba a poblaciones enteras.


Monseñor Romero decía: “Una iglesia que no se une a los pobres para hablar en contra de las injusticias que se cometen contra ellos, no es verdadera iglesia de Jesucristo”.


Los poderosos creyeron que con matar al arzobispo Romero acabarían con su palabra, esa palabra que fue el consuelo y la esperanza del pueblo salvadoreño. “Mi voz desparecerá, pero mi palabra que es Cristo, quedará en los corazones que lo hayan querido acoger”, decía. Cuando él hablaba todo el mundo estaba pegado a la radio escuchando su palabra profética. Tenía una fuerza irresistible. Era Dios quien hablaba a través de él.


Cuando predicaba en la Catedral se transformaba. En sus homilías afloraban los más hondos sentimientos de su corazón de pastor: compasión e indignación, dolor y gozo. Decía: “Estas homilías quieren ser la voz de este pueblo. Quieren ser la voz de los que no tienen voz…”.


En varias ocasiones los enemigos del pueblo colocaron bombas en la emisora de la Iglesia para apagar su voz. Y con frecuencia recibía amenazas de muerte. Pero él decía: “Como Pastor, estoy obligado, por mandato divino, a dar la vida por aquellos que amo, que son todos los salvadoreños incluso a aquellos que vayan a asesinarme… Si me matan, resucitaré en el pueblo”.


Después de 30 años, monseñor Oscar Romero sigue vivo en el pueblo salvadoreño, en América latina y en todo el mundo, haciendo renacer en cada corazón que escucha su palabra, el compromiso por la justicia, la solidaridad y la esperanza en un mundo más humano. Las celebraciones del 30 an iversario de su martirio son una prueba de su resurrección. Miles de salvadoreños se movilizaron en todo el país con actividades conmemorativas. Multitudes de peregrinaciones llegan a diario a orar ante su sepulcro. Una energía sin nombre emana del lugar donde está sepultado. Delegaciones de todos los continentes se hicieron presentes en las celebraciones. Obispos, cardenales, laicos, religiosas y religiosos y sacerdotes de todo el continente latinoamericano, Europa, Estados Unidos, Japón, Australia y África participaron en las Eucaristías en la catedral con la presencia de miles de hombres y mujeres, sobre todo jóvenes.


En la Eucaristía del 24 de marzo en la cripta junto a su sepulcro, en un ambiente de fiesta y de alegría, se conmemoró, no tanto su muerte sino su resurrección. “Romero vive”, se leía en multitud de carteles y pancartas. El Obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Samuel Ruiz, pronunció una sentida y valiente homilía, interrumpida más de 15 veces, por fuertes aplausos de los miles de cristianos participantes.


Un sin fin de actividades se realizaron con motivo de este 30 aniversario, destacando la Semana Teológica en la UCA (Universidad Centroamericana) en la que participaron los teólogos Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino, José Comblin, entre otros, y obispos como Álvaro Ramazzini, Samuel Ruiz… Otros eventos fueron el Encuentro Internacional de las Comunidades Eclesiales de Base, la Asamblea del SICSAL (Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con América Latina); la procesión nocturna de los farolitos desde la plaza del Salvador del mundo hasta la catedral que fue acompañada por el mismo Presidente de la República Mauricio Funes; celebración en la capilla del Hospitalito donde fue asesinado Monseñor Romero y una masiva caminata desde este lugar a la plaza de la catedral, en la que se observaba muchos jóvenes y gente sencilla de áreas marginales y del campo; celebraciones ecuménicas en las plazas al aire libre; concierto en el Teatro Nacional en honor de monseñor Romero; inauguración por el Presidente de la República de un gran mural de monseñor Romero en el aeropuerto, de manera que todo viajero que llegue a El Salvador, lo primero que verá es a Romero; reconocimiento público por parte del Presidente de la responsabilidad del Estado en el asesinato del arzobispo y la consiguiente petición de perdón; la declaración de uno de los asesinos, el capitán Saravia, sobre el desarrollo del plan de asesinato del obispo, junto con el mayor Roberto D’Aubuisson (muerto hace ya varios años); conferencia sobre el proceso de canonización dada por monseñor Jesús Delgado y por monseñor Gregorio Rosa Chávez, quien en la catedral expresó que todos los obispos salvadoreños han escrito una carta al papa pidiendo su pronta canonización , a la que se sumaron también otras conferencias episcopales de América Latina y Estados Unidos.

Destaca el gran mural de Monseñor Romero con rostros de gente sencilla a su alrededor, de 20 metros de alto y 15 de ancho, levantado en el Parque Central frente a la catedral y a un costado del Palacio Nacional. Por todos lados se respiraba el espíritu de Romero. En calles y buses se podía ver afiches del santo Arzobispo. Su rostro se veía en camisetas, gorras, calcomanías, sellos postales… Pancartas con su retrato aparecen en manifestaciones, mítines políticos, actos religiosos, culturales e incluso deportivos. Multitud de canciones populares están dedicadas a él. Películas y documentales, dibujos y pinturas, libros y revistas hablan de él… El Presidente de la República , Funes, izquierdista, dijo que “Oscar Romero es el guía espiritual de la nación salvadoreña”.


Yo estaba absorto, observando todo lo que estaba celebrándose. Sentí que las palabras de Oscar Romero “Si me matan, resucitare en el pueblo”, se estaban cumpliendo. Jóvenes que no lo conocieron en vida se entusiasmaron con su mensaje de fe y de compromiso en la defensa de los Derechos Humanos.


Quienes pretendieron callar su voz, que no fueron sólo los que planearon su muerte sino todo el sector oligárquico terrateniente y empresarial, nunca se imaginaron que monseñor Romero resucitaría en el corazón de cada hombre y mujer comprometidos en la construcción de una nueva humanidad y con el Evangelio de Jesús, quien también fue brutalmente asesinado por los poderes establecidos de su tiempo.


Los grandes mataron al arzobispo Romero, pero resucitaron a un santo, San Romero de América, Pastor, Profeta y Mártir, símbolo del hombre nuevo.


No podría ser de otra forma, Jesucristo no defrauda

Por Fernando Bermúdez López. Revista 21, marzo 2010

lunes, 5 de abril de 2010

MARIO BENEDETTI: LA INSOPORTABLE AUSENCIA DE DIOS


1. PRESENTACION


Poeta y novelista uruguayo nacido en 1920, fallece en Montevideo en mayo de 2009.  
Se forma en Montevideo y  Buenos Aires, en  donde vive por varios años. Fue docente universitario. Obtuvo diversos premios: Premio Reina Sofía de Poesía, título de Doctor Honoris y otros..
En sus escritos diversos géneros literarios, poesía, cuentos y ensayos. Algunas de sus obras: novelas «Gracias por el fuego», «El olvido está lleno de memoria», y poemarios, «Inventario Uno» e «Inventario Dos».

2. ¿QUÉ DICE MARIO BENEDETTI?

En relación al ámbito de la espiritualidad y la fe, se manifiesta como un cuestionador de la fe, un buscador de Dios a quien no logra encontrar. Experimenta a Dios como una experiencia doliente, frustrada, silenciosa. Pero también Dios representa para el una experiencia de  “invencible ternura” y de “ insoportable ausencia”.


 Ausencia de Dios

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que dios se muere, se resbala,
saber que dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.


3. ¿QUÉ ME DICE MARIO BENEDETTI?





¿He vivido una experiencia similar a la de Benedetti: "(Dios)no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras que repetí buscándote, rodeándote?

Dios como Persona, como realidad cercana ¿Lo vivo en forma creciente o me conformo con verlo como una "figura", un ideal, una energía?

viernes, 2 de abril de 2010

¿Vivir o sobrevivir?

Espiritualidad para el siglo XXI.

Disfrutar tendría que ser la reacción o la consecuencia natural ante el hecho cotidiano de vivir; sin embargo, se ha convertido culturalmente casi en una imposibilidad. Por diversas razones -los miedos, los problemas, las presiones, la inseguridad, entre otras cosas- se nos va atrofiando la capacidad de disfrutar. 

Hay que rehabilitar esta potencialidad, volver a re-educarse en ella, generar hábitos para aprender nuevamente a disfrutar del placer de estar vivo. Nos basta con simplemente decirlo sino, a la vez, sentirlo y experimentarlo realmente. 

Hay que agradecer con todo: con la sangre, la piel, el cuerpo, la mente, la inteligencia, los afectos y las pasiones. Con todo y en todo hay que sentir que la corriente de la vida no se detiene y que su curso nos lleva y nos impulsa sin remordimientos, ni complejos. Hay que vivir porque para eso estamos en la vida. No hay que subsistir, ni sobrevivir, ni resignarse o resistir. Hay que vivir plena y profundamente porque la vida es una sola vez y se agota, tiene un tiempo preciso y una energía limitada. 

Jesús en su Evangelio nos exhorta a vivir el presente cuando dice: “No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por la ropa? Miren los lirios del campo, cómo crecen sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos o con qué nos vestiremos? Son los que no creen los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien lo que ustedes necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción”. (Mt 6, 25-34)

¡Cuánta fresca sabiduría tiene esa página del Evangelio! Nos enseña a contemplar el vuelo de los pájaros, a acariciar la tersura de la hierba del campo y a no preocuparnos desmedidamente por el afán de las cosas y el imperio de las necesidades, aunque sean las más elementales. Dios es un Padre providente que se ocupa de todo cuanto está destinado a nuestra vida. La existencia -por sí misma- está plagada de múltiples aflicciones. Hay que ir viviendo el día a día, paso a paso. 


Buscar primero lo que está primero. Todo lo demás es “añadidura”, resulta secundario y accidental. Hay que vivir sabiendo las prioridades y obrando en consecuencia. 


PARA REFLEXIONAR.

¿TU VIVES, te ocupas o te preocupas?,  ¿buscas lo esencial o estás perdido en medio de las añadiduras?; ¿le devuelves al día el cúmulo de sus aflicciones al llegar a la noche?, ¿te puedes desprender un poquito o por el contrario sigues sujeto a los problemas?...




AUTOR: Agradecido de mi amigo argentino Eduardo Casas, buscador de "claves" desde las cuales ir formando "llaves de comprensión" para aquellas interrogantes que se vuelven camino en la existencia humana desde su anhelo de crecimiento.


Su sitio: http://eduardocasas.blogspot.com

domingo, 28 de marzo de 2010

EL INSPIRADOR DE ALBERT CAMUS.


El INSPIRADOR DE ALBERT CAMUS.

El gran autor Albert Camus, como todos, un tiempo fue niño. Tuvo mirada, temores, inseguridades, búsqueda, inquietudes, juegos de niño.
Tuvo familiares, amigos y docentes que le ayudaron a ser un día lo que sería. El Señor Bernard es uno de ellos.

“La Clase con el Señor Bernard era siempre interesante por la sencilla razón de que él amaba apasionadamente su trabajo. Fuera el sol podría aullar en las paredes leonadas mientras el calor crepitaba incluso dentro de la sala. También podía caer la lluvia, en cataratas interminables y la clase apenas se distraía. Sólo las moscas, cuando había tormenta, perturbaban a veces la atención de los niños.)

El método del Señor Bernard, que consistía en no aflojar en materia de conducta y por el contrario en dar a su enseñanza un tono viviente y divertido, triunfaba incluso sobre las moscas.
Siempre sabía sacar del armario, en el momento oportuno, los tesoros de la colección de minerales, el herbario, las mariposas y los insectos disecados, los mapas.... que despertaban el interés languideciente de sus alumnos.

Era el único en la escuela que había conseguido una linterna mágica y dos veces por mes hacía proyecciones sobre temas de Historia Natural o Geografía. En Aritmética había instituido un concurso de cálculo mental que obligaba al alumno a ejercitar su rapidez intelectual . Lanzaba a la clase, donde todos debían estar de brazos cruzados, los términos de una división, una multiplicación o , a veces, una suma un poco complicada. “¿Cuánto suma 1.267 + 691? el primero que acertaba ganaba un punto que se acreditaba en la clasificación mensual . Para lo demás usaba los manuales con competencia y precisión... los manuales eran siempre los que se usaban en la Metrópoli.

En la clase del Sr. Bernard la escuela alimentaba un hombre más esencial todavía para el niño que para el H, que es el hombre de descubrir. En las otras clases les enseñaban sin duda muchas cosas, pero un poco como se ceba a un garza. Les presentaban un alimento ya preparado rogándoles que tuvieran a bien tragarlo”.

(El primer hombre - Albert Camus Tusquets Editores, Barcelona 1994).

Que motivador es encontrar un testimonio de educador renovado, aún teniendo tantos años su ejemplo, es un testimonio nuevo. Bernard y muchos otros, han decidido matar la vieja escuela y levantar la nueva, la humana, la inspiradora, la animadora (la que pone alma en lo que hace).
welphick

lunes, 15 de marzo de 2010

El antiguo testamento según Saramago



El antiguo testamento según Saramago

Saramago ha escrito su lectura del Antiguo Testamento en Caín, como antes lo había hecho con el Nuevo en El Evangelio según Jesucristo. Y en ambos casos lo persigue, obsesivamente, la misma pregunta: ¿por qué el mal?
En Caín ese interrogante se vuelve insistente ante los niños y los inocentes que murieron durante la destrucción de Sodoma y Gomorra; en el Evangelio según Jesucristo otros niños habían provocado la razonada compasión del novelista: las víctimas de la paranoia de Herodes.

Las idas y venidas de Caín a lomo de aquel burro sin nombre, tienen un objetivo: atestiguar la presencia multiforme del mal y reprocharle a Dios su pasividad, cuando no su complicidad con el mal. Para comprender los reproches y las invectivas de Saramago contra ese Dios que él escribe en minúscula, es necesario tener en cuenta su idea de Dios, en que los antropomorfismos bíblicos no son solo expresiones ocasionales, sino una condición permanente de un dios que como el patrón de una hacienda, mantiene con sus criaturas la relación amo-siervo, y como un poderosos cualquiera, pretende ser dueño total del destino bueno o malo, trágico o feliz de cuantos se mueven por el paraíso y fuera de él.
El mal, que aparece con presencia ubicua en el recorrido de Caín por los distintos episodios del Antiguo Testamento, en el pensamiento de Saramago es una travesura con la que Dios castiga a unos y premia a otros y es parte de la utilería con que Dios maneja el mundo. Él permite que Caín le dé muerte a Abel para exaltar a la víctima y degradar al victimario y su intervención es tan efectiva que puede transferir la responsabilidad de Caín, que solo sería el autor material, a Dios quien, según Saramago, sería el autor intelectual. Abraham, a punto de sacrificar a su hijo Isaac, aparece como instrumento de un dios caprichoso y prepotente que se regodea en el espectáculo de un padre que está dispuesto a sacrificar a su hijo para demostrar su fidelidad. Como cualquier tirano que ordena borrar a sangre y fuego una población rebelde, el dios de Saramago castiga, caiga quien caiga.
Otra clave del libro es que en su lectura y reconstrucción del Antiguo Testamento, Saramago convierte en dato histórico y literal, lo que es leyenda, o relato tradicional pedagógico, o simple mito. Por tanto, monta su propio tribunal de Nuremberg para juzgar los delitos de Dios contra la humanidad.
A esa dificultad de enfoque se le agrega otra de mayor entidad. Según la visión histórica de Saramago el mal no debería existir: ni Caín debió dar muerte a Abel, ni los niños y los inocentes debieron morir en Sodoma, ni en la Belén de Herodes, tampoco tuvo sentido el diluvio, y resultan absurdos los tsunamis, los terremotos, ni el mismo efecto invernadero. ¿Para qué creó Dios un mundo que Él mismo permite que vaya a su destrucción? 
Dentro de esta lógica ni el sufrimiento, ni la muerte, ni la injusticia deben hacer parte de la creación, y si lo son, se trata de descuidos culpables de Dios. El hombre, por tanto, igual que Caín, resulta una víctima de esos males, incluso de aquellos que él ejecuta con su propia mano. Un mundo así es el escenario en el que se mueve una criatura sin libertad y sometido a la voluntad omnipresente de un Dios todopoderoso.La libertad con sus riesgos, con su tarea diaria de crearse y robustecerse, no emerge en los escenarios creados por Saramago para su personaje. Caín no nació para renacer en cada ejercicio de su voluntad; nació sin voluntad propia y movido por la absorbente y dictatorial voluntad de un Dios que tiene descuidos y que rompe platos que paga el hombre; no el autor intelectual, sino el sicario, como ocurre en el injusto y desordenado mundo construido por los hombres.
Estas características, el dios antropomorfo, el mal como equivocación culpable de Dios, el hombre sin voluntad responsable y sin libertad, dependiente de un Dios que debería despojarlo de la posibilidad de hacer el mal, explican el universo creado por Saramago para Caín, su criatura.


Fuente: De Vida Nueva Coombia.

domingo, 14 de febrero de 2010

RITO EXORCISTA PARA LIBERARSE DE LOS DIABLOS ORGANIZACIONALES.

El exorcismo es una antigua forma de oración la Iglesia tiene para liberar del poder maligno a personas o a grupos. Su particular condición es que no es un acto personal, sino comunitario … el ministro actúa en nombre de la Iglesia, de la agrupación.
 
¿No le parece que en la organización necesitamos en ocasiones un “exorcismo” para recuperar zonas o personas perdidas, que han caído en el olvido de sus opciones, de su liderazgo, de su “bautismo” organizacional, de sus esperanzas y sueños compartidos, de la visión y misión corporativa?

Por lo general el mayor acto de exorcismo hace referencia al “Bautismo”, al primer juramento o sacramento con que la persona se comprometió a vivir en su vida.  El “bautismo organizacional” ¿no es la adopción de la identidad corporativa? ¿No es la primera inducción hacia las metas organizacionales? ¿No es ese brillo en la  mirada de pertenecer a un lugar que creo que es “mi” lugar de trabajo?

A continuación le entregamos 10 ideas para vivir el rito del “exorcismo” organizacional.

1. Descarte causas naturales.
Un buen exorcista, sabe que primeramente debe cuidar que el mal ambiente o la falta de fuerza organizacional, no respondan a causas naturales: enfermedades de las personas, envejecimiento de ideas, depresiones, estructuras de personalidad agresivas, etc.
Si la desmotivación de la gente responde a malas condiciones laborales, inestabilidad, falta de diálogo interno, fuerte mando vertical, ausencia de información… esos diablos se pueden exorcizar con toda efectividad.

2. Re-descubra la fe original.
El exorcista debe tener una FE a prueba de todos los fantasmas y diablos organizacionales… sino cree en el proyecto organizacional, fácilmente será “posesionado” por las fuerzas negativas.
La liberación de la angustia, temor y pesimismo organizacional, pasa por tener a personas que sean capaces de provocar la liberación de todo esto, simplemente recordando las ideas “bautismales” y fundacionales, el primer amor de la empresa, la razón por la cual se creó, vive y busca proyectarse.
No pocas veces se requiere “re-fundar” una obra o compañía, volver a rescatar los ideales fundacionales y actualizarlos a los nuevos contextos.

3. Detecte uno de los mayores diablos organizacionales.
Este diablo es bravo, es el responsable del caos interno, de la falta de buen uso de los recursos, de los auto engaños, de los auto atentados, de la desconfianza y competitividad entre compañeros de trabajo. Este diablo tiende a reducir el entusiasmo, los ideales, nos vuelve viejos, desmotivados, descomprometidos, agotados, decadentes.
¿Quién es? Es la entropía organizacional, que  día a día nos va matando la capacidad creadora, la flexibilidad para generar respuestas de mayor pertinencia. Se expresa en una aversión vehemente, contra toda nueva propuesta, se deja de creer en los proyectos… “ya lo hemos probado todo y nada resulta”…

4. Use la fuerza del exorcista: la Sinergia organizacional.
El “diablo” de la división, desconfianza, recelo, individualismo, es especialista en desmoronar la sincronía y  unidad de los equipos de trabajo. Esto provoca pérdida de conexión y debilitamiento de la cadena afectiva y productiva . Los sistemas o personas aisladas, tienden al desorden y al caos en la medida en que pasa el tiempo, no se corrige y se asume como “normal” ese ambiente… “es la forma en que aquí se trabaja”…
Usar la sinergia significa crear un buen clima organizacional, parar  por un momento la carrera productiva y pensar en las personas, mirarse, tocarse, sentirse, escuchar, proponer, rescatar, valorar, sumar…

5. Asperge las certezas esenciales.
Parte esencial de un exorcismo es cuando el sacerdote asperja el agua bendita. Asperjar es rociar o esparcir en forma de pequeñas gotas el agua.  Tome la idea:  asperge, rocíe, salpique, moje  a las personas y a los equipos con las razones fundacionales de su empresa, con las certezas que crean identidad, con la mirada de futuro que nos hace caminar alineadamente hacia las metas organizacionales.
Rocíe las certezas esenciales (¿Quiénes somos? ¿Qué buscamos? ¿Qué proyectos de futuro nos mueven? ¿Qué rol de aporte y cambio social nos identifica?) . Que ellas permeen, que entren profundamente, que no queden como un “barniz” que aparentemente ha penetrado las mentes y los corazones, pero que no tiene impacto en las voluntades.
Es cierto que vivimos en tiempos “que lo único estable es el cambio”… pero las personas y las organizaciones no pueden vivir en un cambio frenético y constante.  El diablo de la incertidumbre, quiere desestabilizar, hacer olvidar las razones fundacionales de la organización,  provocar la desestabilización e incomunicación interna… asperge certezas…

6. Sitúe el problema en su justa dimensión.
No pocas veces en la organización se enfrentan las fuerzas destructivas contra las constructivas… por momentos no se sabe quien es quien… pero hay un signo claro: las fuerzas destructivas tienden a difundir el “fin del mundo”, el caos adveniente, la crisis sin solución. Tienden a demostrar mayor fuerza y denunciar mayor daño de lo que realmente es.
Asumir el conflicto, el miedo, la divergencia,  requiere que sean considerados en su justa medida, con realismo, sin espanto, sin crisis que quiebren la convivencia y el entendimiento grupal.
Las emociones negativas si no se asumen,  porque se consideran debilidad o cuestiones “personales”, buscan salida … en ocasiones en forma destructiva.
El miedo que en momentos amplificamos, puede ser también una herramienta de activación, de creatividad, de sobrevivencia… y desde allí generar respuestas, planes de acción de mayor efectividad.

7. Cree nodos, desate nudos.
El "exorcista" organizacional busca abrir los canales que la persona atribulada cerró en su inserción organizacional: encuentro con las ideas fundacionales, integración a una comunidad de trabajo, apertura a la identidad, vivencia de los aspectos simbólicos de la organización.
Crear nodos, es abrir redes que integren, soporten y respalden, en donde se aprenda a reír,  en que el error se valore como aprendizaje, en que se confíe en si mismo, pero también en el equipo, en donde no se tema pedir ayuda o reconocer ignorancia,  angustia.  Crear canales, es dejar fluir la energía organizacional que termina por derribar el engaño, la mentira y la confusión, que algunos buscan provocar.


8. (R)EVOLUCIONE.
Los “diablos” organizacionales nos obligan a involucionar, a retroceder en los esfuerzos, a olvidar los compromisos, a detener el avance.   No pocas veces respondemos buscando el cambio en forma impulsiva, provocando una “revolución”, pasando del blanco al negro de un golpe, olvidando que existen los tonos intermedios.
Exorcice buscando “evolucionar”, superando estadios en forma ascendente y permanente.
Exorcice buscando la evolución en vista de las estructuras, sin olvidar el de la persona… no hay mejoría estructural o social, sin haber buscado transformar las estructuras internas y motivacionales de las personas. Integre los aspectos emocionales, temores, incoherencias, egoísmos, necesidades, sueños personales.

9. Sintonice en un idioma común.
Uno de las acciones que hacen complejo los exorcismos, es la facilidad con que el “mal” cambia de idiomas y de voces … nadie entiende nada…
En ocasiones hablamos con muchas palabras y discursos, pero con “lenguas desconocidas”, con términos que en ese ambiente tienen significados equívocos, incluso con la predisposición negativa para entender lo que discutimos.
Cuide que los intercambios comunicacionales sean claros y todos entiendan lo mismo por aquellos conceptos que se están analizando, evite los discursos engorrosos y palabras “bonitas” que dicen poco. Recuerde que el “exorcismo” es un acto comunitario, por tanto es vital cuidar el lenguaje comunitario.

10. Exija, demande, increpe.
La mejor forma de quitar al fantasma su sábana y espanto es increpándolo, llamándolo a más, recordando el valor del esfuerzo y perseverancia.
Cuando el “diablo” organizacional se viste de duda, de desencanto, apatía, burocracia, rutina, hiper sensiblidad… es tiempo de increparlo y llamarlo a reavivar su fe en el proyecto original. Descubriremos así que la mejor forma de no perder el rumbo… es mantenerlo, mano firme hacia los propósitos acordados.
Increparnos, exigirnos, retarnos mirando el bien común, nos permite vivir la resiliencia comunitaria, aquella fuerza que nos aglutina y nos impulsa con pasión en situaciones complejas.

Un requisito para lo anterior: Estar convencido, para ser convincente ¿cómo podrá tener la autoridad para espantar los males organizacionales, sino está comprometido con los “bienes” organizacionales, con la mirada de futuro, con los sueños compartidos, con retos prospectivos?



NOTA: Hemos hecho un símil entre exorcismo y desarrollo organizacional, no pocas veces somos “intuitivos”,  no afrontamos las crisis institucionales o las atribuimos  a trastornos en el clima, a “acciones” de terceros, casi  “demoniacas”... olvidando que todas ellas pasan por un simple remedial: una verdadera y sincera confesión de las responsabilidades personales y organizacionales y el sincero deseo de aplicar planes de desarrollo y de evolución organizacional.
Junto con pensar en los “males” organizacionales, debemos promover los “bienes” organizacionales: la filosofía de vida institucional, el testimonio de equipos directivos comprometidos, la propia fe en el proyecto organizacional, la integración de metas personales con las organizacionales, etc.


CITAR:
Elphick D., Winston H. LAS 10 MEJORES FORMAS DE POTENCIACION ORGANIZACIONAL:Estrategias para exorcizar a los fantasmas organizacionales y refundar la gestión [Internet]. Versión 2. Knol. 2010 ene 10. Disponible en: http://knol.google.com/k/winston-h-elphick-d/las-10-mejores-formas-de-potenciacion/125f649imcsod/83.

AUTOR: Winston H. Elphick D. Profesor, Magíster en Educación PUC, asesor organizacional, escritor.   © Propiedad intelectual 98876, puede ser utilizado parcial o totalmente citando la fuente.       
 www.discipulomisionero.com                   wed@discipulomisionero.com

jueves, 28 de enero de 2010

DEMOCRATIZAR EL PROCESO EDUCATIVO

1. ¿Por qué democratizar el proceso educativo?


Porque es tiempo de matar la escuela de la dictadura docente, sin caer en la escuela de la dictadura del alumno. Porque es urgente abrir nuevas rutas educativas en donde no se privilegie el rol de profesor por sobre el del alumno, ni el del alumno por sobre el docente, sino se invite a una mayor convivencia y comunión entre ambos


Cuidando el péndulo educativo

Hoy la educación debe cuidar que la teoría del péndulo no la haga pasar de un ambiente centrado en el profesor a uno focalizado en el alumno.

Viviríamos el éxodo de una dictadura -docente a una dictadura-discente donde el alumno toma el rol de un "reyecito" amo de todas las decisiones y centro de todas las atenciones de un profesor cada vez más minimizado en su rol de orientador y de guía de los procesos. Creemos que el péndulo debe equilibrarse en torno a una relación, en donde se vivan procesos de comunión y participación efectiva.

Es peligroso cuando se enfatiza un rol sobre otro. Ejemplos de esto tenemos muchos, entre otros la educación no directiva de Carl Rogers, que aportó muchísimas cosas positivas a la Educación, pero no supimos manejar la relación docente-alumno, al evitar definiciones claras sobre el rol del profesor. Se quiso privilegiar las opciones del alumno, por sobre el rol del profesor, sobredimensionando un aspecto que es esencial (la capacidad de autodirección del alumno), reduciendo al mínimo el aporte docente (yo no enseño a nadie, cada uno se educa así mismo, yo no direcciono ni pre defino objetivos, etc).

La educación de la neutralidad, sólo llega a objetivos neutros… con docentes neutros, para alumnos neutros…

Con el tiempo nos dimos que la educación nunca es neutra, que ella tiene pre definido un conjunto de objetivos para acompañar a la persona en el encuentro consigo mismo y con los demás.

Esta relación está marcada por la interacción entre alumno-profesor, entre profesores-familia, entre profesor-profesor, entre alumno-alumno. Todos son actores centrales de un proceso que busca el bien de todos.

El traslado de instancias democratizadoras hacia la escuela debe ser una realidad que se proyecte en acciones más que en discursos y palabras bien intencionadas. Democratizar el proceso educativo significa abrir nuevas afluentes para aprender; ya no es suficiente la información dada por el profesor; existen tantas variables, tantos avances investigativos que hacen imposible que UNA persona domine la totalidad de una temática. Debemos reconocer la diversidad de miradas respecto de un tema, sus componentes y tonalidades, democratizar es compartir la unidad a partir de la diversidad a efecto de que cada uno discierna y concluya sus opiniones y opciones.

Democratizar la educación significa diseñar estrategias participativas efectivas, concretas, evaluables; lo que permitirá que quienes participan en ella se involucren, se apropien de un proceso que -por su naturaleza- debe ser de todos… "No sólo más educación para más gente, sino más gente en la educación", como nos lo decía el Informe Faure de las Naciones Unidas.

Ni autoritarismo, ni colegios camping.
Buscando la tercera vía de la Reforma Educacional.

Qué duda cabe que las reformas que enfrentan nuestros países de América Latina están viviendo procesos de adecuación pero, principalmente, de búsqueda de nuevos modelos pedagógicos. En pocos años hemos transitado de modelos autoritarios a otros modelos emergentes que nos hacen mirar al docente como un simple derivador de procesos, sin capacidad para intencionar las acciones, para poner límites y exigencias.

Los modelos autoritarios han instaurado modelos coercitivos y restrictivos, donde la figura del docente es el sol que domina todos los paisajes. El autoritarismo docente nos ha dicho que el docente enseña y el alumno acata; que uno lo sabe todo y el otro nada; que el docente decide y opera y el alumno se silencia y obedece.

Por otra aparte, otras visiones del aprendizaje -entre ellas, Carl Rogers, ampliamente difundido entre nosotros- nos han dicho que "nadie educa a nadie", que "cada uno uno se educa a sí mismo", que "la libertad personal está por sobre todo", que "no podemos colocar restricciones en el proceso". Las teorías no directivistas de la educación nos han insistido en que la persona no requiere más estímulos que su propia voluntad, que no se requieren motivaciones externas para aprender.

Con todo su aporte a la relación personal entre docente y alumno que hicieron los planteamientos no directivistas de la educación, podemos decir también que nos dejaron una huella profunda de esquemas neutros y laxos en educación.

No pocas veces hemos visto que la educación se ha visto falta de los elementos orientadores y clarificadores que nuestros alumnos requieren. Un niño no es un adulto en pequeño. Un adolescente tampoco es un adulto perfecto. Ambos requieren de soportes, de personas y acciones que les ayuden a descubrir y descubrirse, a entender y a entenderse.

miércoles, 20 de enero de 2010

HACIA UNA ORGANIZACIÓN CREADORA DE CONOCIMIENTO PROSPECTIVO.

HACIA UNA ORGANIZACIÓN CREADORA DE CONOCIMIENTO PROSPECTIVO (I)




¿Será posible “adivinar” el futuro de nuestra organización? En este artículo buscaremos relacionar dos elementos que son fundamentales en toda organización: la gestión del conocimiento y la capacidad de prever los escenarios futuros en que tendremos que actuar. En un segundo artículo veremos algo de liderazgo prospectivo y la gestión del conocimiento.


Atención Señores de la bola perdida.


¿Quién se ha llevado mi bola de cristal? 
Es la pregunta que con espanto se hacen muchos ejecutivos de empresas y directivos de colegios, ante la pérdida de propuestas futurísticas.
Algunos ratones hace tiempo que han perdido su queso, otros, como los adivinos organizacionales han perdido sus “bolas de cristal”.
¿Cuántas veces no se ha caricaturizado a la adivina con una bola de cristal en su mano, como la figura de quien nos da pistas para alcanzar aquellos cambios que anhelamos? ¿Cuántas organizaciones han buscado esa “bola” de cristal que les mostrara lo que será en el futuro su organización?


Las bolas de cristal, los gurús y sus estrategias transformacionales han desaparecido, no nos queda más que aceptar que el futuro o lo seguimos esperando para ver “como viene”, o nos decidimos a “hacer que venga” como nosotros queremos que venga.


Este es un cambio radical de paradigma organizacional: podemos ser animadores de la gestión del conocimiento y el talento en forma prospectiva, de tal forma que NO esperemos “ver” el futuro que “nos espera” (lo que es una idea pasiva, como la “bola de cristal”) sino que podamos LOGRAR lo que queremos SER en el futuro, de acuerdo a una decisión estratégica de la organización, asumida en el presente.


Esta nueva visión requiere de una conducción de los esfuerzos de capacitación o desarrollo de personal no por ideas emergentes o por inercia, sino de acuerdo con las demandas de los nuevos escenarios que esperamos construir desde el trabajo en equipos prospectivos en la organización.


Decimos que una organización hace gestión del conocimiento, cuando ha logrado instalar procesos para transferir, compartir y re utilizar el conocimiento y la experiencia de sus trabajadores, de modo que el saber se transforme en un recurso disponible y en un activo, un patrimonio, un capital acumulable para la organización.
Esto justifica una inversión programada en la formación y capacitación que busca a personas que saben y que saben-hacer y que prospectivamente son capaces de proyectar sus nuevos aprendizajes en el tiempo.


Cuando trabajamos por la gestión del conocimiento prospectivo, lo hacemos pensando en cuatro ejes:
  • En acopiar conocimiento organizacional , mediante el perfeccionamiento y capacitación de las personas.
  • En compartir el conocimiento, generando talleres autogestados, uso de planes anuales de capacitación compartidos por los trabajadores de la empresa.
  • En reutilizar y transformar el conocimiento, al provocar la confrontación de los antiguos saberes con los nuevos adquiridos.
  • En proyectar el aprendizaje en la estructura futura, promoviendo una organización prospectiva que estudia, analiza, se abre y se renueva con las nuevas ideas, logrando flexibilidad, creatividad, asumir desafíos, proyectarse en el medio.
Desde la gestión del conocimiento, gestionar futuros de desarrollo y crecimiento.


La actitud prospectiva siempre ha estado presente en la historia de la humanidad, ¿cuántas mujeres y hombres han sido descubridores, colonizadores, creadores, gestionadotes, gracias a ella?
Los grandes saltos de la humanidad han sido actos prospectivos, quienes han pensando o anhelado un futuro mejor, para ellos o para otros, han sido capaces de proyectos que les permitieron llegar a concretar sus sueños, obteniendo buenos resultados.


Gestionar el conocimiento puede convertirse en una obra prospectiva y creadora de futuros. Quien sabe más, produce mejor, quienes comparten ese saber animan mayores compromisos organizacionales y trabajos colaborativos, potenciando así un mayor aprendizaje organizacional, los que les preparan para asumir los desafíos que están por venir.


Una organización que aprende, obtiene mejor uso de sus insumos y logra mejores resultados tanto productivos, afectivos, de inserción social, de bien común y es capaz de sostener su existencia en tiempos futuros.
“En efecto, la sociedad del conocimiento es entonces aquella sociedad en la cual cada individuo y cada organización construye su propia capacidad de acción, y por lo tanto su posición en la sociedad a través de procesos de adquisición y desarrollo de conocimiento, organizados de tal forma que puedan contribuir a procesos de aprendizaje social. A tal fin, básicamente se requiere de la capacidad para generar conocimiento sobre su realidad y su entorno, y para utilizar dicho conocimiento en el proceso de concebir, forjar y construir su futuro”. (Chaparro, Fernando 1998, Conocimiento, innovación y construcción de sociedad. Una agenda para la Colombia del siglo XXI, TM Editores–COLCIENCIAS, Bogotá 1998).
“El paradigma del conocimiento, trae como consecuencia otros paradigmas o reglas del juego que dictan la nueva forma de competir. De la capacidad de entender, adaptar y aprovechar estas reglas del juego, dependerá el éxito de las empresas y su permanencia en el futuro. Así también el desarrollo de las naciones dependerá, fundamentalmente, de la capacidad de generación y aplicación del conocimiento por su sociedad”.  (Luigi Valdes; “CONOCIMIENTO ES FUTURO; 1995. Hacia la sexta generación de los procesos de calidad; Editor: Centro para la Calidad y la Competitividad de CONCAMIN. México).


Como ejemplo representativo de la velocidad de cambio y la centralidad del conocimiento como objetivo de desarrollo, es necesario observar que entre 1995 y el 2002 la China dobló su inversión en investigación y desarrollo, que en porcentaje del PIB, pasó del 0,6% al 1,2%. En el mismo período Israel elevó su inversión del 2,74% al 4,72% del PIB, siendo la tasa más alta de todos los países de la OCDE. Al mismo tiempo, la inversión global en investigación y desarrollo de la OCDE aumentó en valor relativo, pasando del 2,09% al 2,26% del PIB. Las empresas del Japón y de la Unión Europea aumentaron su tasa de investigación y desarrollo, logrando el 2,32% y 1,17% del PIB, respectivamente, frente al 2,12% y 1,15% obtenido en el año 2000. Así mismo un importante grupo de países se han planteado como objetivo fundamental acrecentar sus inversiones en investigación y desarrollo, de modo que Austria planea llegar al 2,5% del PIB en el año 2006, Alemania al 3,0% en el 2010 y Reino Unido al 2,5% en el 2014, mientras que Corea se ha comprometido a doblar sus inversiones entre el 2003 y el 2007 (Cfr. OCDE, 2004).


En síntesis, como expresan algunos autores, entre otros Boisier (2002) estamos asistiendo a la formación de una verdadera Socioeconomía del Conocimiento. Tres serían sus principales rasgos:
− El conocimiento es el factor clave del desarrollo en la economía global. Hace la diferencia entre riqueza y pobreza
− La creación y redistribución de la riqueza básica para que compita exitosamente una sociedad implica la necesidad de promover la redistribución del conocimiento.
− La multiplicación o explosión del conocimiento aumenta las necesidades de educación masiva y pertinente de la población.
(Boisier, Sergio, Sociedad del conocimiento, conocimiento social y gestión territorial, Documento de trabajo N. 5, Instituto de Desarrollo Regional, Fundación Universitaria, Sevilla, 2002).

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