LA GUERRA DE LOS IDIOMAS.

AQUELLA IRRACIONAL COMPETENCIA .

 

LA GUERRA DE LOS IDIOMAS.

 

 

Hace unos años atrás existía la mentalidad, que para solucionar  un conflicto y ante el fracaso de la razón, la violencia era el justo paso. La guerra surgió como el mejor canal para resolver las diferencias. Eran tiempos en que los primates usaban rifles. Eran tiempos en que se decía “si quieres  la paz, prepárate para la guerra”.

Miles de millones de dólares y un sin fin de dolores fueron el fruto de la vía violenta, la carrera armamentista logró cubrir el rostro de la humanidad y maniató todas las voces que pedían piedad. Sólo quedó  la del guerrero suelta y fuerte en medio de ciudades y pueblos.

Hoy, la vieja y anticuada, la pasada de moda y brutal señora guerra casi está en extinción. Al menos los perros grande ya no pelean, quedan las guerras pequeñas, las “convencionales” como les llaman los especialistas, que matan igual pero de montoncitos pequeños, nunca por millones.  La terrorífica palabra inglesa “mega death” está muriendo, la “muerte por millones” está dormida. Hoy solamente se muere por cientos y miles ... un día Señor, nos quitaremos este espanto.

La guerra ha envuelto y asesinado a pueblos enteros, ha sido un monstruo que la tribu tuvo que alimentar con la vida de sus propios hijos. Eran las ofrendas al dios de la lidia, el que consumía año a año a millones  y  excretaba todos los dolores del mundo.

 

Hoy los mayores vestigios de estas guerras son las heridas en el alma humana y los cementerios llenos de chatarra bélica, cubiertos de cabezas atómicas, sudorosos de aviones y tanques desarmados. Hoy estos cementerios son el recuerdo de una locura suicida.

Pero pese a todo, se ha quedado una guerra en medio nuestro. Silenciosamente se fue agachando, metamorfaseando asolapadamente en medio de nuestras vidas. 

El proceso de transformación fue lento, de la gran guerra caliente, con millones de muertos, se pasó a la guerra fría, aquella de los muros y las alambradas.  Era el frío de la guerra del puño apretado y las distancias, de la carrera por crear armas y el silencio en la relaciones. Pero todo esto cambió y hoy nos quedó la “guerra tibia”, que no es ni tan guerra, ni tan violenta, que no es ni tan leve ni tan mortal.

La guerra tibia, es una suerte de juego de roles sociales en que se compite por demostrar mayor presencia, superioridad cultural, fortaleza económica o simplemente cantidad de miembros al grupo al que se pertenece. Es el tiempo de las “barras”, de los “círculos”, de los “apart hotel”, de los “clubes” privados, de los “pubs” para cierta gente.

Esta guerra tibia se expresa en los “idiomas” que existen en la sociedad y en los grupos que lo “hablan”. Algunas de sus características son:

 

1. La guerra tibia de los idiomas divide, segmenta la realidad social  en grupos diferenciados:

 

      - Los Hippies.

      - Los Yuppies.

      - Los Nohistas.

      - Los trabajólicos.

      - Los anárquicos.

      - Los pragmáticos.

      - Los volados, etc.

 

Cada grupo se distingue por diversas condiciones que van conformando un estilo de hablar, de vestir, de seleccionar sus amistades, en general de comportarse.