Tengo en la memoria una frase de una amiga:
usted cree que yo puedo contenerme, manejarme, pero no puedo, soy una bolsa de mierda!!
usted cree que yo puedo contenerme, manejarme, pero no puedo, soy una bolsa de mierda!!
Uff, complejo el diálogo que se podría continuar de esto ¿qué decirle?
Posteriormente otro amigo me envió esta imagen, por otro motivo de uso que ahora le voy a dar.
Mire la imagen de abajo,
a la IZQUIERDA yo pienso que representa como nacimos, reyes de la creación, llenos de potencialidades y capacidades para creer y crear...
a la IZQUIERDA yo pienso que representa como nacimos, reyes de la creación, llenos de potencialidades y capacidades para creer y crear...
Luego la vieja escuela, los malos amigos, la ignorancia de los padres, los religiosos dogmáticos, los domesticadores... Nos van transformando en lo que llegamos a ser... Unos pobres gatos quejumbrosos, enojones, cerrados a la belleza y grandeza de lo que somos (IMAGEN DERECHA).
¿Dónde quedaron los sueños que nos levantaban?
¿Dónde las ilusiones, los deseos de cambiar el mundo? ...
No pocos han terminado como bolsas, cansados y agobiados...
¿Dónde las ilusiones, los deseos de cambiar el mundo? ...
No pocos han terminado como bolsas, cansados y agobiados...
Pero hay una salida, el alma del tigre no muere...
El alma humana no olvida el lugar del que viene, no borraremos nunca la huella que Dios dejó en nuestro corazón ¿no podremos desde allí rescatar eso que nos habla de lo que realmente estamos llamados a ser?
El alma humana no olvida el lugar del que viene, no borraremos nunca la huella que Dios dejó en nuestro corazón ¿no podremos desde allí rescatar eso que nos habla de lo que realmente estamos llamados a ser?
Creo que la fuerza humana puede volver a sus fuentes,
puede alcanzar las cimas más altas que se proponga lograr.
Pero debe proponérselas, sino seguiremos siendo como aquel pobre gato quejumbroso...
Que en lo profundo no somos!
puede alcanzar las cimas más altas que se proponga lograr.
Pero debe proponérselas, sino seguiremos siendo como aquel pobre gato quejumbroso...
Que en lo profundo no somos!
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