LA RELIGION COMO PRODUCTO DE MERCADO




¿Sabes Señor?  hemos creado un instrumento que consideramos maravilloso:
un modelo de libre mercado, economía social de mercado...
sobre ella hemos levantado nuestra forma no sólo de negociar, comprar, vender,
sino ella es parte de nuestra vida laboral, política, cultural.
Vivimos inmersos en la competencia y productividad, 
buscando las formas para "verder" y "venderme".


Señor, la cultura del libre mercado se nos ha incrustado en todo.
Vivimos en una sociedad del consumo que se agrava,
todo se vende, se compra, se permuta, se liquida o remata.
Nada se regala, ni se dona, ni se vincula a un gesto de gratuidad.

En ese contexto también ha surgido una religión para el mercado,
con dioses que se adaptan a las necesidades del cliente,
que responden expeditamente a  todos sus requerimientos
que no traspasan el ámbito de lo inmediato y concreto.

La religión del dios del mercado nos ofrece ofertas celestiales,
signos ostentosos de un dios mediático, farandulero, vendedor de pócimas.
El dios del mercado primeramente reduce y  fragmenta al ser humano
lo convierte en un ente que “energizar”, “magnetizar”, “sicologizar”.

El Dios verdadero no juega a las energías positivas
ni tampoco nos habla de la “magia” de las situaciones,
no imanta piedras y velas de colores para cambiar nuestras vidas.

Simplemente habita el corazón humano
para que logremos mirarnos y lograr autoconciencia
y desde allí trabajar la unidad de la persona como realidad consistente,
independiente y con plena autonomía del propio Dios.

Dios quiere una mujer y un hombre Señores de su desarrollo personal,
responsables del crecimiento y del aumento del peso de sus vidas.

Dios no se vende en el mercado de las ofertas de sus seguidores,
no por ofrecerle mayores “regalos” y “sacrificios”
su amor se expresará de mejor manera.
Dios no es aquel que se diluye en la noche de nuestras ofrendas,
es el Dios que nos llama a la madurez de la fe,
que evita los actos mágicos y renuncia al “yo te doy SI tu me das”…
Tu eres Señor, el Dios que nos ama no por lo que te ofrecemos
sino simplemente porque somos tus hijos y tu amor y misericordia
sobrepasa la justicia y desborda todo lo que podría imaginar de ti. 

LEVANTAR EN LA CIUDAD UNA ECONOMÍA MORAL




"La economía moral es convocada a existir
como resistencia a la economía del "libre mercado".
(Julio Boltvinik Economista y columnista de "La Jornada").

El libre mercado tiene un inmenso valor: su diversidad,
pero también tiene una enorme debilidad: su relatividad,
todo “depende de…”, no hay valores ni verdades absolutas,
simplemente manejamos el mundo sobre la oferta y la demanda,
sin orden alguno, es decir, el mercado se autorregula,
como quiere y en las condiciones que algunos definen.

¿Quién pedirá por el derechos de los socialmente mudos y cojos?
¿Quién llamará a que el alza del pan y de los remedios
no se logre por una vergonzosa colusión entre empresarios?
¿Quién se preocupará donde dormirán los pobres?

El mal empresario no piensa en cuidar el puesto de sus trabajadores,
basta ver el cierre de las obras de CENCOSUD que dejó a 4.000 cesantes.
El mal laboratorio deja de investigar sobre la cura de una enfermedad,
porque existen muy pocos “clientes” para comprarlas,
el mal panadero compra la harina a punto de vencer,
para sacar mayores ganancias, con una menor inversión…

¿Existe realmente la responsabilidad social empresarial
o es más bien una estrategia de marketing social?
Todos estamos llamados por el Dios de la Vida
a levantar una patria justa y grande para todos,
Todos somos responsables de la creación de una sociedad inclusiva.

Son los llamados efectos colaterales o simples “debilidades” del mercado.
¿Qué podemos hacer para evitar que el mercado nos utilice,
nos degrade, nos convierta en antropófagos o marionetas,
en competidores desleales y agresivos,
en sociedades con escandalosas brechas entre quienes tienen
(salud, casa, trabajo, educación, entretención) y los que poco o nada tienen?

¿Poner ojo en el mercado debilita acaso la libertad
o que la autoridad o el estado nos impondrá su visión?

La avaricia de unos pocos especuladores
y la desinformación y poco involucramiento de muchos
dan lugar a grandes crisis que llaman “económicas”,
cuando en realidad son éticas y convivenciales.

VENDIENDO A SU PROPIA MADRE






“Cavallo es capaz de vender a su madre por un poco de poder”
dijo Gustavo Veliz en la campaña presidencial de 1999 en Argentina.
Provocó gran debate ¿por qué, si hoy todo es “vendible” y “negociable”?

Suena repetido a lo mejor, pero el mercado nos está comiendo,
o más bien, nuestras actitudes mercantilistas en la convivencia diaria:

·      Ambientes desconfiados, competitivos y agresivos,
·      publicidad engañosa, ropa de modas ridiculizantes,
·      televisión farandulera, opinólogos ignorantes, noticias morbosas,
·      teleseries, realitys show que no abren la mente del televidente.
·      La economía global favorece el calentamiento y pobreza global,
·      la explotación del hombre por el hombre,
·      un consumismo  y  “marquismo” compulsivo y creciente,
·      la búsqueda de la satisfacción del propio placer a como de lugar,
·      pornografía, tranquilizantes, drogas adictivas, arte vulgarizado…

·      Se sobrevalora el mercado financiero y especulativo,
·      por sobre la creación de fábricas y micro empresas.
·      Nos acostumbrarnos a que todo es desechable y transitorio,
·      la cafetera, las relaciones, el amor, la amistad, la verdad…

La ley de oferta y demanda nos ha condicionado todo:
·      ¿Quiere vulgaridad en la televisión?
·      ¿Quiere profesores que no exijan y que sean muy entretenidos?
·      ¿Quiere sexo adolescente sin relaciones maduras y responsables?
·      ¿Quiere competencia entre unos y otros?
·      ¿Quiere programas dopadores y alienantes?

Todo lo podemos producir para una demanda “exigente” y caprichosa,
no importa lo que pida, todo vale en el mercado si  eso “vende”:
comida que intoxica, productos absurdos, actos banales, sin sentido,
locutores vulgares, valores devaluados, objetos prescindibles…

En este mercado manda lo que el cliente desea comprar,
(entiéndase “cliente” por alumno, televidente, lector)
sin evaluar si eso es prudente, educativo, socialmente responsable.

Juan Pablo II dijo que estábamos viviendo un “capitalismo salvaje”,
por la forma en que convivimos y distribuimos los bienes.
¿Pero cómo se puede humanizar este capitalismo?
¿Con una revolución,  un choque brutal de fuerzas?
¿Con una reforma, un ejercicio gradual de cambio?
¿Con un mayor equilibrio entre mercado y Estado?

Hoy, Señor en medio del torbellino mercantil,
nos llamas a humanizar mirando al extraño como mi hermano,
a vivir evaluando nuestros actos y sus consecuencias.
Nos pides que nos abramos a que no solamente
vale lo cuantificable y negociable,
que la belleza y el amor humanizan
y valen mucho mas que lo “utilitario” de la vida,
que la gratuidad y la donación también existen.


Hoy, Señor mirando las vitrinas y vidrieras del comercio,
me pides que responda una pregunta esencial:
¿En dónde estoy colocando mi empeño,
en lo que “consumo” o en aquello
que realmente me “alimenta”  la vida, los sueños?

CERRAR LAS PUERTAS Y HUIR

No pocas veces dan ganas de dejarlo todo y partir,
de no preocuparse de nada ni de nadie…


No pocas veces agota vivir humanamente,
dan ganas de abandonar tanta reflexión y filosofía
y volverse pragmático y libre mercadista.

Pero finalmente si vivo alienado de mí mismo,
si silencio la fuerza de lo que me hace humano,
reducido a un ente productivo y consumista
¿A qué destino podré llegar?


Si vivo fragmentado en partes irreconciliables,
por una parte mis afectos, por otra mis razones,
por una un espíritu debilitado, por la otra un cuerpo hedonizado
¿A qué vida desintegrada podré alcanzar?

Si en mi mundo interior sólo hay interferencias,
bulla, apatía, sin sentido, competencias y apariencias,
¿Qué tipo de construcción estaré dando a mi vida futura?

Cerrar las puertas, dejarlo todo y partir
difícilmente me ayudará a escuchar la palabra
que Dios ha guardado para mí,
ni tampoco podré escudriñar las señales
que dejó en mi mente y mi corazón.

YA NO SEREMOS CONOCIDOS…




Una vez dijiste Señor algo parecido a esto:
Ya no les llamo empleados, conocidos, cercanos…
Les llamo AMIGOS…
Es que en tu esencia está el ser amigos,
La trinidad Padre, Hijo, Espíritu Santo es una eterna amistad.
No puedes ser de otra forma, nos quieres como amigos,
lo que tanto falta hoy en esta ciudad globalizada.

Te presento el escrito de un joven, es como un grito en la soledad, mira:

“¿Existirán de verdad los amigos incondicionales?
Esos que estén a tu lado cada vez que los necesites,
dispuestos a jugárselas por ti, orientándote,  
o simplemente oyéndote, ¿existirán de verdad?
Mis "amigos", aparecen cuando todo va bien,
y luego cuando necesito de su amistad se dan la vuelta, dejándome sin aliento.
¿Saben qué me gustaría encontrar a alguien en quien confiar de verdad?
Alguien que te de la seguridad de que no estás solo
y que puedes confiar en los humanos, aunque sea solo uno,
y así creer en la verdadera amistad”.
(Tomado de: viviromorir.blogspot.com. Posted by Escorpión 5:29).

Es cierto, es solamente una persona, no te doy cifras estadísticas…
pero está dicho en exceso que la SOLEDAD es hoy la nueva pobreza
que ataca a millones, que comen solos, que sueñan solos,
que sufren solos, que imaginan y proyectan solos.

Sin embargo, tenemos sed de vivir con otros, de amar con otros,
de sentir esa mano incondicional que acoge la mía siempre.
¿Aún no la encuentras?
La tuya Señor es una mano siempre presente, siempre dispuesta.

Eres el Dios que nos espera con un desayuno en la playa,
que sale al paso para conversarnos y luego cenar con nosotros.
Nos llamaste tus amigos, ya no seremos tus siervos,
o esclavos de un Dios dictador y manipulador.
Somos tus amigos por decisión tuya, TU nos llamaste primero,
¿Cómo perder esta oportunidad de crecer en tu amistad?

PADRE NUESTRO: LA EXPERIENCIA COMUNITARIA



Poco a poco nos fuiste mostrando tu paternidad, soy tu hijo.
Pero también la fraternidad: he nacido con otros, soy hermano.

Aprendemos que es necesario tomar dos puntas de la vida:
La fortaleza de ser YO y la necesidad de ser un NOSOTROS.
La vida se encarga de hacernos ver que no es verdad
“que no le debo nada a nadie”, que me he hecho “solo”.

Nos educaste Señor en la pedagogía de la familia y la comunidad,
en el ejercicio de sentirnos incompletos sino crecemos en comunión.
Vamos aprendiendo que la vida, mi vida es mucho más que mi YO ,
es mucho más que mi conciencia, mis intereses y mis derechos.

Sin comunidad mi voz no hubiese sido lenguaje,
sin otros mis huesos rotos no hubiesen sanado
y nunca las manos ausentes en mi vida
se hubiesen cambiado por otras que reemplazaron el afecto y la cercanía.

Sin comunidad no hay Iglesia que levante las manos,
que lleve a la calle, a las plazas, al capitolio, a la ONU,
al hospital, a la escuela, a la empresa, a la familia
el anuncio de que el ser humano ha resucitado para siempre,
que nunca morirá y que por eso valoramos su vida,
porque sin este acto de valorar al UNO se pierde el TODO,
desaparece la comunidad que sostiene la vida humanizada.

PADRE EN LA RUTA: LA EXPERIENCIA DE SER YO CON UN SENTIDO


Poco a poco nos fuiste enseñando Señor
que la vida humana no es un azar y un hecho casual.
Que no somos frutos de una evolución espontánea,
sino provocada por un acto de amor del Dios de la vida grande.

Toda vida humana tiene una dirección y un propósito,
busca abrazar los fuegos que brillan a lo lejos,
aquellos que dan rango de eternidad a cada pequeño paso que damos.
Toda vida humana trae ensemillado un proyecto a descubrir,
una invitación para un enorme viaje por las geografías y la gente.

Voy así descubriendo que a mi vida le inyectaste un sentido,
que en mi ADN espiritual está tu llamado a caminar hacia un fin,
que no voy dando tumbos o en círculos embriagadores,
sino que cada paso tiene un motivo en este camino de descubrir mi YO
y descubrir  también la relación con otros YO
para poder llegar a develar y concretar ese gran proyecto de vida personal.

Al mirar hacia atrás veo un pequeño hilo que va uniendo todo,
una señal que integra mis búsquedas y ansiedades,
y que da razón a todos los esfuerzos, las penas y alegrías.

Al fin SOY YO en estos huesos y este espíritu que expresa una arista
de la enormidad del amor siempre presente de Dios.
Gracias Señor pues somos una expresión del Cristo que vive encarnado
en nuestras mentes, corazones y acciones pequeñas y grandes,
que te has quedado en lo más profundo de esa casa que soy YO.

PADRE MIO: LA EXPERIENCIA DE SER CREATURA


Cuando por estos días hablamos tanto de Darwin y la fuerza de la evolución,
algunas voces contraponen las posiciones: o eres evolucionista o creacionista.
Otros insisten en la separación entre razón y fe, entre Dios y la creación…
Vieja discusión que no logra diferenciar el QUIEN con el COMO.
¿Cómo negar la fuerza de la teoría de la evolución?
Sus pasos, sus estudios, su racionalidad tan bien planteada.
Ella define con claridad COMO se crea la vida en la tierra…
pero no resuelve el QUIEN pensó e ideo todo aquello que plasma esta teoría.


Es un poco como la pedagogía de Dios en nuestra vida:
Vamos creciendo sobre etapas de desarrollo personal,
vamos evolucionando, siempre de menos a más.
TU mismo, nos dijiste Señor: "Yo Soy el Alfa y el Omega" 
la A y la Z, hermosa imagen que expresa ese llamada a evolucionar,
a ascender, a peregrinar de menos a más.      

Nos diste identidad de semilla, pequeña y enorme a la vez.
Pequeña como posibilidad y proyecto,
enorme cuando se descubre, se trabaja y se camina
aún en la oscuridad y la niebla,
como mirándote en medio de esa poca luz,
sintiéndote como brisa suave y refrescante,
pero también como ráfaga que empuja y exige.


La fortaleza de nuestra fe es que primeramente
nos invita a reconocernos como creaturas,
hijos nacidos de una paternidad que supera tiempo y espacio.
Eres Tu Señor quien se acerca primero y nos llama a la vida,
eres Tu el enamorado de tu propia creación,                                                      
somos tus creaturas, pequeños, pero gigantes en tus manos.
¡Tan maravillosos y con tanto cuidado nos hiciste
que terminaste alabando la vida humana!



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