
No sólo nos dieron la dirección, tuvieron la gentileza de acompañarnos.
Al llegar a una esquina Brenda nos dice, allí es la Misa... no se veía nada más que casas.
Efectivamente, la Misa se celebraba en una casa. Le llaman "Casas Misión", en el caso de esta ya tenía diecisiete años en que la familia la prestaba.
Entramos y nos sentamos bajo un humilde toldo, junto a una comunidad que cantaba con ganas, moviéndose... celebrando con Jesús Resucitado.
Eramos tres pájaros en corral ajeno, lo note al entrar, las muchas miradas curiosas, ninguna de rechazo por estos pájaros desconocidos.
En medio de la prédica, el sacerdote nos presentó y nos dieron un cariñoso aplauso.
"Casa Misión", interesante concepto, Iglesias vivas, sencillas, familiares, comprometidas con la afectividad del grupo, reuniéndose cada semana para dar el testimonio de que son efectivamente una Iglesia en Misión.
En un rincón, una señora con audífonos intentaba buscar una música en una radio... era la DJ litúrgica. No tenían guitarra, tenían una DJ que seleccionaba del CD las canciones que toda la asamblea entonaba con mucha fuerza.
"Casa Misión" ¿si en cada manzana de calle nuestra hubiese una de ellas ¿cómo de viva sería mi Iglesia? ¿Cómo cantaríamos pregonando que Jesús ha resucitado para siempre?
Esta foto muestra al Padre Calasancio predicando al estilo "cubano", a pesar de ser español. Un cura cercano, histriónico, amistoso, simple. El fue que me hablo de la cultura de lo esencial... ¿Qué es? ya te lo cuento.